El único camino de supervivencia y de triunfo que le queda al independentismo es aplicar la rotundísima victoria del sí en el referéndum del pasado domingo con una declaración unilateral de independencia. La represión indiscutible por parte del estado español que ya conocéis y muchos habéis sufrido (que no sólo permitió y urdió expresamente ataques violentos donde se sabía antes que nada que habría gente indefensa, sino que además representó una vulneración execrable de los derechos civiles y humanos de los ciudadanos de Catalunya) justifica en ella misma esta determinación, a la que ya se habían comprometido la mayoría absoluta de nuestros parlamentarios. Si el Parlament no aprueba la DUI, los líderes catalanes demostrarán que no tienen en cuenta los sacrificios y la lección de increíble dignidad con que el pueblo de todas partes deslumbró al mundo en una jornada de resistencia ejemplar y bellísima.
Los ciudadanos protegieron con sangre y paciencia infinitas su derecho al voto y ahora toca a nuestros líderes tomarse muy seriamente el compromiso que firmaron con su pueblo. Conocemos la tentación de los independentistas moderados, de toda la gentuza que soñaba en tumultos en la calle sólo para reanimar al hámster del autonomismo y convocar unas plebiscitarias de nuevo en el marco del constitucionalismo español, con toda aquella excusa de ampliar la base. Todo el mundo que piense así, y creedme que os intentarán embutir la trampa en la boca como si fuerais cerditos, no sólo estaría incumpliendo las promesas dadas en sede parlamentaria, sino que además se mearía encima de todo aquello que hicisteis el 1-O. La proclamación de la DUI en el Parlament es una exigencia que si el soberanismo no aplica, y cuanto antes mejor, firmará su muerte perpetua.
La comunidad internacional sólo reaccionará si el Parlament y el gobierno Puigdemont cumplen todo aquello que prometieron a los ciudadanos
Estos días nos han demostrado que en España sólo le quedan las pistolas y las lágrimas del pobre Albiol lloriqueando ante los agentes que ayer habían cascado a nuestras madres y abuelas en los colegios electorales. La histeria que ha demostrado el Estado hasta ahora sólo ha sido la puntita. No tengáis duda: si el Parlament aprueba la DUI, Rajoy-Sánchez-Rivera no tendrán ninguna objeción en enviar al ejército a Catalunya para reprimir todavía más la libre voluntad de los catalanes que ganaron el referéndum. Aquello que vivisteis el domingo pasado será sólo una broma, porque a Rajoy se le meten las imágenes de las torturas y las vejaciones (sabe que incluso le servirían para ganar unas elecciones) y el presidente español se basa en la asquerosa indiferencia que nos mostraría nuevamente Europa. No tendrán ningún inconveniente en volver a cargar contra los manifestantes. Tenedlo claro.
La comunidad internacional sólo reaccionará si el Parlament y el gobierno Puigdemont cumplen todo aquello que prometieron a los ciudadanos. El Estado sólo se avendrá a negociar en términos de igualdad si, nuevamente, resistís su segundo embate, que será todavía más terrible y tendrá forma de tanquetas, legión y cabra. Si queremos que las instituciones catalanas sobrevivan y se pueda negociar con quien sea, sólo tenemos una fuerza: la voluntad popular que se hizo patente el 1-O y millones de personas haciendo de muro de la tiranía con su cuerpo. Nuestros representantes no pueden cambiar el sentido profundo de las leyes que ellos mismos firmaron y con el cual nos prometieron la libertad. Cualquier cosa que no sea declarar la independencia es un acto de alevosía imperdonable. Si resistís y continuamos, no tenemos miedo, tenemos esta partida ganada. Just DUI it.