¿Usted es mala persona y es pobre? Pues usted no tiene nada que hacer. ¿Usted es mala persona pero tiene mucho dinero? Pues no sufra, que puede comprarse la indulgencia de mucha gente y pasar a la historia como una buena persona. De hecho, la historia de la humanidad está llena de cabrones muy ricos (y de cabronas muy ricas) que son considerados (y consideradas) por todo el mundo como unas personas modélicas. Y algunos todavía hoy son ejemplo de virtud.
Con los países sucede lo mismo. Si usted es un país pobre, no lo respetará nadie. Aunque sea modélico en todo. Pero si le salen los dólares por las orejas (o los euros, o los yuanes), no sufra, que lo respetarán y le reirán todas las gracias. Es así como regímenes absolutamente execrables, corruptos, sátrapas, que aplican leyes medievales y donde los derechos humanos de todo tipo son inexistentes, pero tienen petróleo o son una potencia económica, acaban siendo países que "a ver, tienen sus cositas, pero cuando los tratas son buena gente. Roban y matan, pero como tienen muchos billetes, estos pequeños detallitos quedan tapados y no se ven".
A partir del momento en que tú vas a uno de estos países porque te ofrecen ir como trabajador muy cualificado, te dan todas las facilidades para hacer tu trabajo, ponen a tu disposición los medios que hagan falta, te tratan como a un maharajá y tu cuenta corriente empieza a tener muchos ceros (pero muchos), empiezas a ver las cosas con una indulgencia que no manifestarías si trabajaras 18 horas al día en el mismo sótano repugnante donde después duermes y cobrando 5 euros a la semana. Vaya, que cuantos más ceros tienes tras un número cualquiera (mejor del 5 al 9), mejor te cae quien te los ingresa.
Y como estos países conocen perfectamente las debilidades humanas, invierten en imagen. Bien, más que invertir la compran. Y fue así como Catar consiguió tener el Mundial de fútbol del 2022. Con mucho dinero consiguió que quienes tenían que votarlos como sede, lo hicieran. Y con mucho dinero fue a las principales ligas del mundo y les dijo: "¿Sabéis qué pasa? Pues que aquí en verano hace un poquito de calor. Por lo tanto jugaremos el Mundial en invierno y vosotros cambiaréis las fechas de todas vuestras competiciones. Y a callar".
Y así fue como Arabia Saudí se ha comprado el rally Dakar y las Supercopas de fútbol de Italia y España: "¿Cuánto valen? Pues pónganme tres de cada". Arabia Saudí, un país donde están prohibidas las relaciones extramatrimoniales y el alcohol, decapitan a los traficantes de drogas, las mujeres son consideradas como muebles y justo ahora empiezan a dejarlas entrar en los campos de fútbol o conducir y donde la homosexualidad está castigada con latigazos, prisión o pena de muerte.
Pero, claro, eso son detallitos menores que se olvidan mucho cuando los señores saudíes llaman a la puerta de tu casa, en este caso la de la Federación Española de Fútbol (FEF), y le dicen: "A ver, aquí tenemos 120 millones de euros. 60 van para ustedes y 60 para los cuatro clubs que haremos venir. ¿Los quieren? ¿Sí? Pues ya pueden empezar a hacernos la pelota. Pero mucho".
Total, que la Liga española se ha detenido un fin de semana de competición para que se juegue una competición que se han tenido que inventar, que la disputan dos equipos que no deberían hacerlo porque no ganaron ninguna competición y que no interesa a nadie. Bueno, a nadie no. A los que cobran los 120 millones, sí. Y mucho. ¡¡¡Y viva Arabia Saudí y su espléndida democracia!!!