"Querido lector" es como empieza Lady Whistledown sus diarios de sociedad y como quiero empezar mi columna semanal sobre vino, estilo de vida y amor al más puro estilo @winesandthecity. En una sociedad donde abundan más las fotopollas que la poesía, déjame explicarte, como sumiller y mujer, la sed del arte de seducción. Por favor, no dejes de leerme porque no has visto o no te gustan Los Bridgerton. No creas que es una estupidez. Julia Quinn, la autora de la saga de novelas, es graduada en Historia del Arte en Harvard y empezó la carrera de Medicina en Yale. No la acabó por el fabuloso éxito de esta literatura rosa que bebe del Sentido y sensibilidad de Jane Austen. Déjame analizar por qué triunfan. Hay que poner en perspectiva la serie producida por Shonda Rhimes, uno de los best-sellers de Netflix, desde el punto de vista de la generación porno, de la cual (consumamos más o menos o a épocas) formamos parte. A un clic de todos los fetichismos prohibidos, de las orgías más báquicas y de los bukakes más exuberantes, en la carta se denota que la gente está sedienta de sensualidad. Lo que triunfan son las caricias, las miradas, la espera, el DESEO en mayúsculas... Quizás porque en un momento en que todo lo podemos tener a través del teléfono (vídeos, citas de Tinder), nos habíamos olvidado de cuánto nos excita lo que no es obvio. Un sexo más basado en los preliminares, en imaginar lo que vendrá, en soñar situaciones inverosímiles, en el poder de la mente, que al final es el órgano más erótico que tenemos. ¡Así que no critiquéis tanto esta serie porque sea "de niñas", porque lo peta! Tiene una estética bestial, los planos parecen cuadros de Fragonard y cada complemento del look de las diferentes protagonistas, cada detalle de la tacita de té son exquisitos. Aparte de la recreación visual, te obliga a reflexionar sobre el amor romántico que tanto mal ha hecho a lo largo de la historia. Este amor en cuyo nombre las mujeres hemos aguantado y aguantado.

Los bailes de la alta sociedad son una mera parodia del estrés de conseguir el matrimonio perfecto en el barrio inglés de Mayfair. Siento hacer spoilers, pero la reina Carlota dice una de las mayores verdades que se han dicho en la televisión en los últimos años: "¿Qué es la vida sin chismes?". Mi pregunta cuando hace tiempo que no veo a un grupo, es: "¿tenéis cotis?". A mis amigos siempre les pido titulares. ¿Porque qué es la vida sino un sainete?

La reina Carlota dice una de las mayores verdades que se han dicho en la televisión en los últimos años: "¿Qué es la vida sin chismes?"

Sí, sí, te crees superior porque tú no compras el Lecturas, pero, en cambio, estás todo el día mirando a la nueva novia de tu ex en Instagram. En una sociedad donde siempre nos estamos comparando, mola que la heroína Penelope sea alguien que no parezca una Barbie y que sea la más locuaz, valiente y diferente de todos. Y que se desdramatice la luna de miel. La mía fue horrorosa, en soledad, más que nada, que no ni pude sacar el vestido, porque él se dedicó a ir con los amigos. Sí, sí, ya lo sé, había señales. También cuando vimos Gran Hermano 2 sabíamos que Fanya y Carlos el Yoyas acabarían así como dice el post de Mercedes Milá...

Una de las cosas que más aprecio de esta sitcom, a parte de que beben champán y brandy, es que las escenas más picantes están enfocadas al placer de ella. Puedo sentir el perfume del pelo y el erotismo de enseñar la nuca. Parece superficial, como seguramente lo es la propia ficción, pero es vital. Ya lo decía Nietzsche: en el eterno retorno de que los opuestos se acaban tocando. También hay mucho empotramiento romántico, aunque ninguna imagen ha podido igualar la de la escalera con el Duque. Por mucho que pongan tríos con olor a naftalina.

La trama principal es la del mercado matrimonial. Y aquí mi teoría de cada viernes. Allí va de competir, actualmente, creo que es más como el llamado "juego de las sillas". Cuando para la música, te acabas sentando en la primera silla que hay para no quedarte de pie. Cuando una mujer quiere tener hijos, tiene esta necesidad de quedarse con alguien antes de que sea demasiado tarde, porque por mucho que se congelen los óvulos, el horno también envejece. En la ficción, las debutantes aspiran a ser las más bonitas del baile, y en un pasado no demasiado lejano Elena Francis era trending topic. Odio esta frase de Coco Chanel pero pega: "Las mujeres no se arreglan para gustar a los hombres, sino para molestar a las otras mujeres".

Me he plantado en los Elle Gourmet Awards vestida con un vestido floral de YolanCris que podría estar ambientado en aquella época de la regencia. Y el resumen de la gala es una simpatiquísima Eva Longoria dándolo todo con la promoción de Land of Woman, una Cristina Pedroche más terrenal con su nuevo libro sobre la maternidad y un triunfante y amabilísimo Eduard Xatruch del Restaurant Disfrutar. Lo que está claro es que hay dos tipos de personas: las que esperamos la cuarta temporada con la voz en off de la Featherington sin seudónimo y los que adoran la morbosidad de los true crimes. La mente tiene extraños caminos para evadirse...