"El progreso debiera significar un cambio constante con el objetivo de alcanzar el modelo"
G.K.Chesterton

Sin vacaciones no se han quedado. Todo hay que decirlo. Los nuevos vocales del CGPJ no se tomaron muy a pecho lo de nombrar inmediatamente presidente. Se fueron de mes de agosto, se reunieron telemáticamente para no perder el relax veraniego y luego se han conminado a una negociación frenética, como si no pudieran ponerse de acuerdo, sino con una espada de Damocles encima. En fin, lo han hecho. Al menos han evitado que pensemos de salida que hacían votos para ser el peor Consejo de la historia, el que teniendo cierta libertad no lograba ni constituirse en pleno.

Lo han hecho, y testadas múltiples opiniones, de todos los sectores, no lo han hecho mal. Los conservadores están contentos porque han logrado neutralizar a los aspirantes apadrinados por Moncloa y por Cándido Conde-Pumpido. No siempre todos los intereses de todos los hombres poderosos de la izquierda están en el mismo cesto. Así que lo que consideran un empeño tenaz y sostenido de Félix Bolaños por darle el máximo poder judicial a Pilar Teso y los que ven a Cándido Conde-Poderío detrás de una preferencia clara por Ana Ferrer creen haber alejado las zarpas de ambos del control del órgano de gobierno de los jueces. Lo de Teso se había dado hasta por hecho en círculos del actual poder político. Una mujer, decían. Pablo Lucas no puede ser, toca que sea una mujer. A mí, que tengo clara la importancia de romper los techos de cristal, que exigir que sea una mujer sea un argumento de relato para imponer a "la" mujer que alguien ha decidido me repatea pero bien. Teso es una magistrada con un recorrido corriente, un recorrido que llega al Tribunal Supremo, pero sin más. Eso sí, fue asesora del Ministerio de Justicia durante el gobierno de Zapatero y ya se sabe que ZP, ahora, si no es Dios, susurra al oído de Dios, como la paloma.

Ana Ferrer es una buena magistrada penal demasiado apegada al organigrama de Jueces para la Democracia como para ser aceptada por los conservadores. Viuda de un conocido magistrado que fue vocal del CGPJ con el apoyo socialista, es puro establishment de la progresía judicial. Le aguarda en la recámara la presidencia de la Sala II del Tribunal Supremo, a la que pertenece, una vez que en octubre Manuel Marchena caduque y no se vuelva a presentar al cargo, como ya ha anunciado. A Pablo Lucas, también con un gran curriculum, lo habían dejado en la cuneta hace tiempo porque en Moncloa no se fían de él y por su pasado como controlador del CNI y sus autorizaciones políticamente candentes, sobre todo en Catalunya.

Finalmente, el bloqueo se ha roto con la aparición de lo que en este tipo de procesos podría llamarse "la tapada". En el último momento, alguien con buen tino ha puesto sobre la mesa a una magistrada a la que su pertenencia a JpD impedía vetar como conservadora, pero que no levantaba suspicacias en el resto de sectores al no ser conocida actividad alguna de obediencia debida por su parte. Una joyita, como verán. ¿Quién es Isabel Perelló? Ayer mismo por la mañana decía yo en TV3 que no la conocía. No la conocía yo ni la mayor parte de la carrera judicial, y eso, en los tiempos que corre, no puede ser sino bueno.

Tanto entre los conservadores como entre los moderados, y hasta en la asociación más beligerante con todo, el nombramiento ha caído bien

Isabel Perelló es una magistrada de lo contencioso-administrativo, escalafón de especialistas, indudablemente más preparada que Teso para todos aquellos que conocen su trabajo y trayectoria. Catalana de origen, estuvo destinada en el TSJC y desde allí llegó a la Audiencia Nacional, en la que compartió el trabajo de la sección octava con Margarita Robles. Allí llevó temas de la mayor complejidad técnica dentro de su área de especialización, como son los relacionados con Defensa de la Competencia y otros. Sus resoluciones son alabadas. Es técnicamente buena y capaz de expresar su valía de muy buena forma sobre el papel.

Nada gustosa de estar en el centro del huracán, a pesar de que ahora entrará de lleno en él. Todos los que la han tratado consideran que es "muy maja" en el trato y capaz de tejer relaciones con gente de todo signo. Haber trabajado codo con codo con Robles hizo que esta conociera de cerca su valía y la impulsara hacia la Sala III, además ha sido letrada del Tribunal Constitucional y ha manejado de forma teórica cuestiones relativas a derechos humanos. ¿Ha susurrado su nombre alguien para recordar que es muy válida y estaba ahí? Es bastante posible. Un susurro que no ha tenido que ser del gusto de Bolaños, pero es que hay quien sigue teniendo mando en plaza y la capacidad de con mano izquierda muñir opciones, algo que al triministro se le escapa. Si de verdad Sánchez, hace años, le prometió a Teso la presidencia, como se llegó a publicar en 2022, entonces le han ganado la partida. La candidatura de esta magistrada llevaba rulando desde 2013, cuando la obtuvo Carlos Lesmes, y eso que nadie le concede entre sus pares unos méritos escandalosos. Dicen que quien no tiene padrinos no se bautiza, pero conviene escogerlos bien.  

La cosa comienza, por primera vez, con alguien que no había sido pactado por los dos grandes partidos y que ni siquiera se había presentado en primer plano como candidata por ninguna de las facciones. Alguien ha sido capaz de sugerírsela a los conservadores y de convencer con hechos y datos a los dos vocales próximos a Sumar que han trabajado para arrastrar a otros. Alguien sabía que con eso bastaba para romper los designios de quienes se creen todopoderosos. Vale, bien. Ni para Cándido ni para Félix. Quien nunca se ha postulado ni ha sido postulada ni ha tenido responsabilidad alguna en puestos dependientes de gobierno alguno se ha filtrado por las rendijas del atado y bien atado. Vale, bien. Empezamos con el contador a cero y el puesto ganado en buena lid.

En mi cata por estratos dentro del mundo judicial, apenas he encontrado a una persona de su asociación que ha gruñido sin dar muchas explicaciones. Los celillos son malos. En líneas generales, tanto entre los conservadores como entre los moderados, y hasta en la asociación más beligerante con todo, el nombramiento ha caído bien. Tal vez porque muchos ni siquiera la conocían ni le conocían obediencia alguna. Vale, bien. Al menos es un inicio. Ahora le falta demostrar independencia, capacidad de entendimiento con todos los vocales y espíritu para reconstruir el depauperado prestigio de esa institución.

Además de todo eso, es mujer. A mí me congratula que lo sea y también me congratula que no sea ese su principal atributo. Es una buena magistrada, con talante y valía para montar ese potro desbocado que es el CGPJ, y ha sido elegida para ello, sorteando que ser mujer se lo impidiera, como ha sucedido hasta ahora con tantas otras magistradas valiosas.