Ha pasado durante los últimos tres años. Hacia las doce y media de la madrugada. Aproximadamente. De repente, uno de los diarios del nacionalismo español excluyente anunciaba que tenía la portada embargada. Sí, sí, uno de estos diarios que cuando estalló el caso Fernández Díaz hicieron un Harpo Marx conjunto. Era la señal de que al día siguiente publicaba en portada alguno de los famosos informes apócrifos de los hermanos Grimm.
Y al día siguiente nos levantábamos con la portada ya desembargada. Y hoy era la presunta cuenta secreta de un prohombre del procés encontrado en no-se-sabe-donde con un número de referencia imposible, mañana era la cuñada de la tía de otro prohombre y un dinero no declarado en un paraíso fiscal, y pasado mañana era cualquier otro escándalo.
Portada embargada era señal de zasca al procés. Y, a partir de aquí, ¿ya sabe la historia, no? Toda Catalunya era un inmenso 3% y los periodistas que intentaban diferenciar lo que era cierto (que había y hay) de lo que era mentira (que se ha demostrado que era la mayoría), eran acusados de estar a sueldo del régimen.
Ah, pero la vida es una rueda que no para de girar y quien se va a la cama con niños, meado se levanta. O como decía Pedro Navaja: "lo que a hierro mata, a hierro termina". Y ahora son los fabricantes de mierda al por mayor y profesionales de la conspiración quienes antes de ir a dormir miran a ver si ya han publicado el capítulo del día de "El sorprendente caso de Jorge y el señor antifraude" para ver de dónde les caerá la hostia. Pobrecitos, tener que probar su propia medicina.
Sin embargo, esto es sólo la victoria del pobre. ¿Mejor que nada? Mire sí, pero como que los buenos sólo ganan en las películas, cuando acabe esta historia, que veremos cómo acaba, a los malos no les pasará nada. En medio del ataque de fanfarronada y soberbia que ha afectado al señor antifraude en su comparecencia en el Parlament, se le ha escapado que si le echan de su actual cargo, él seguirá en la carrera judicial o se cogerá una excedencia. Y lo ha argumentado: una grabación ilegal no es ninguna prueba de nada.
Por lo tanto, como si dice que mató a Kennedy, a la perrita Laika, a Chanquete, a Prince, o a los marqueses de Urquijo, que a él su futuro le lame un pie (y parte del otro) porque el trabajo no lo perderá.
Y, con respecto a su socio, lo mismo. Por eso se inventaron las puertas giratorias. Y en su caso, en agradecimiento eterno a un servidor del Estado que ha actuado como ha actuado para salvar el régimen, mire que no le acaben condecorando.
Y quién ha pagado a las misas, lo mismo de lo mismo. Porqué quién tiene el poder, manda. Y quien manda, manda. Y a los pobres sólo nos queda el consuelo de ver cómo, a veces, los ricos también sudan.
El problema es que tiene que hacer tanto calor para que eso pase que, cuando pasa, nosotros ya estamos deshidratados.