Cuando| resulta que la política no interesa a nadie y cuando resulta que estamos hartos del Procés, resulta que los medios de comunicación que dedican horas y horas de su programación (en el caso de las TV o radios) o la mayoría de sus contenidos (en el caso de los digitales), arrasan en audiencia.
Mirémonos las cifras televisivas de ayer. En Catalunya TV3 hizo unos resultados como de cuándo sólo había 5 o 6 cadenas. El TN Mediodía hizo un 30,2% y el TN Noche un 31,7. Y en programas, Els Matins hicieron un 28,2%, que es una brutalidad, y Tarda Oberta un 18,1. En España "Al Rojo Vivo" de La Sexta, con monográfico sobre Catalunya (un día más), hizo un 20,3, que triplica prácticamente la media de la cadena. Para hacernos una idea de la cifra, fue el tercer programa más visto en todas las horas y en todas las cadenas españolas, sólo superado por "Espejo Público" (A3-20,7) -que también estuvo dedicado básicamente a Catalunya- y "La que se avecina" (T5-20,5), una marca de entretenimiento totalmente consolidada.
Y si nos miramos los informativos españoles, La Sexta fue líder al mediodía con un 18,6%, seguida del Telediario de TV1 con un 16,1. Pero es que ayer todos los informativos del mediodía hicieron cifras superiores al menos al 13,3%. Por la noche, La Sexta hizo un 16,5 y detrás suyo quedó T5 con un 16,2. Y ahora usted me dirá, bien, sí es que muchos catalanes miran cadenas españolas y hacen aumentar los consumos. Sí, seguro, pero aproximadamente tres cuartas partes de esta audiencia no es catalana. En España el tema interesa.
Y hablando de no catalanes, otra cifra espectacular. El segundo canal de Euskal Telebista, que emite en castellano para el País Vasco, hizo un especial de 4 horas el sábado por la mañana, día en el cual no pasó nada especial. Pues bien, tuvo una audiencia del 13,7%, prácticamente duplicando la media de la cadena. Alguna cosa pasa cuando un 14% de los espectadores vascos están un sábado por la mañana enganchados a la TV consumiendo la actualidad catalana.
Fenómeno aparte el de twitter. Las últimas semanas miles de catalanes han abierto un nuevo perfil en esta red. Primero parecía que eran bots (ro-bots), porque la mayoría no ponían foto propia, no tenían seguidores y no tuiteaban. Pero se ha demostrado que un porcentaje muy alto son de verdad. Gente que, haciendo caso del boca a oreja, han entrado para seguir la actualidad que los grandes medios no explican o manipulan con una dedicación digna de elogio. Vaya, para estar informados. Son los mismos que consumen información tradicional como entretenimiento y que luego quieren confirmarla, entenderla, o que alguien que piense como ellos, se la traduzca a gusto..
Y, sí, es cierto que el fenómeno García Ferreras ayuda mucho. Él fue el primero al saber ver que el Procés podía ser un gran espectáculo televisivo y ahora es capaz de convertir una comida del President Puigdemont en un restaurante del centro de Girona en un directo de dos horas. Y arrasar en audiencia. Pero para tener éxito, él y el resto, tienen que tener un buen material. Hace falta un buen guion. Hace falta que pasen cosas, cuanto más inesperadas, mejor. Hace falta mucho ritmo. Hacen falta impactos. Hacen falta muchos escenarios diferentes para poder ir conectando. Hacen falta muchos personajes. Hacen falta giros argumentales. Hacen falta buenos muy buenos y malos muy malos para que el espectador se identifique a conveniencia. Y todo eso lo está dando el Procés. Sin parar Y cada día. Sólo hoy hemos tenido la comparecencia del President Puigdemont en Bruselas y su citación y la de sus 13 consellers en la Audiencia Nacional, con solicitud incluida de fianza de 6 millones de euros.
La guerra de la comunicación se libra en los medios. Y el espectáculo y la propaganda son los instrumentos usados mayoritariamente para servir la información, poniéndote siempre mucho más pan que jamón. Pero eso no quiere decir que no haya jamón. Y que quien elabora el jamón no se acabe beneficiando. Aunque parezca que quien saca provecho es sólo quien vende el pan.