¿Por qué es tan difícil vivir en este país? Y, cuando digo país, quiero decir Cataluña. Da igual cómo te lo mires, no hay nada que funcione. El alquiler de los pisos, por ejemplo. ¿Cuánto hace que no vais a una inmobiliaria a poneros al día del precio de la vivienda? Lo primero que notaréis es que os sale más a cuenta pagar la hipoteca de una casa con jardín y piscina que el alquiler de un piso sin calefacción ni ascensor y con vistas a una pared de hormigón. Pero, ¿cómo es posible que el alquiler de un piso de dos habitaciones cueste más de seiscientos euros? Tener una vivienda digna es un derecho fundamental y, al parecer, la Generalitat se lo pasa por la entrepierna. Ahora tampoco os penséis que comprar una casa sea barato..., las casas no bajan de doscientos mil euros y los sueldos, en la mayoría de los casos, no pasan de mil. No sé mucho de matemáticas, pero diría que no salen los números. ¿Quién puede permitirse el lujo de comprarse una casa sin compartirla con veinte personas más o sin venderse algún órgano para poder pagarla? Supongo que los únicos que deben poder son los que venden pisos y casas a estos precios abusivos.
¿Creéis que esto es una sociedad del bienestar? A mí me parece más una sociedad del sálvese quien pueda y del quien no corre, vuela que acabará como el rosario de la aurora.
Dejemos a un lado la vivienda y centrémonos en la sanidad. ¿Pero quién carajo toma las decisiones en este país? El derecho a la vida y a ser sanados es otro derecho fundamental, pero, en cambio, se gastan el dinero que deberían invertir en enfermeros, médicos y material médico en dietas o vete a saber qué. ¿Cómo es posible que la Generalitat —sabiendo que en Cataluña hacen falta profesionales y que los hospitales y centros médicos están saturados— empuje a los médicos y enfermeros catalanes a emigrar a otro país porque aquí no encuentran trabajo o están mal pagados y hacen más horas que un reloj? Parecen bobos. Y lo peor de todo es que luego contratan profesionales que vienen de otro país y que solo quieren hablar en castellano. Los catalanes nos merecemos ser atendidos en nuestra lengua y morir en nuestra lengua, como muy bien dijo Carme Junyent. Si utilizamos la lógica, ¿no sería más lógico que los profesionales catalanes trabajaran en Cataluña con unas buenas condiciones laborales y así nos ahorraríamos ir a buscarlos al extranjero y enseñarles a hablar catalán?
Tema educación. El otro gran tema del que se habla poco (porque no interesa hablar de él o porque ya no hay nadie que piense). ¿Todavía existe la educación en este país? Yo creo que dentro de diez años ya no tendremos que preocuparnos por si la gente habla catalán o no porque nadie hablará; nadie será capaz de articular una frase porque habremos perdido la facultad del lenguaje. Lo que quiere el sistema educativo actual es que los alumnos pasen curso; da igual si no han entendido nada de lo que les han enseñado y lo han suspendido todo, pasarán curso a toda costa. Lo que no puede hacer el sistema educativo es herir los sentimientos de alguien que no da palotada en clase y suspenderlo; arrastraría este fracaso el resto de su vida. Si alguien tiene pensado aumentar sus conocimientos en este país, mejor que se lo vaya sacando de la cabeza y que busque un vuelo hacia un país nórdico.
Y ya para terminar y para no alargar más el drama que estamos viviendo los pobres catalanes; ¿qué me decís del precio de la comida? Comida, otro derecho fundamental que va muy unido a los dentistas —para quien no sepa qué es un dentista: persona que te repara los dientes a precio de Rolls-Royce. Si os parecía caro comprar una casa, id al supermercado a comprar una botella de aceite, de esas que están blindadas y que llevan un candado de seguridad para que no las robes. Y, si sois valientes, intentad comprar una bolsa de frutos secos, cuatro piezas de fruta y un par de lonchas de carne de ternera sin hormonar. ¡Y no vale pedir un crédito al banco! ¿Creéis que Cataluña puede salir adelante en estas condiciones? ¿Creéis que esto es una sociedad del bienestar? A mí me parece más una sociedad del sálvese quien pueda y del quien no corre, vuela que acabará como el rosario de la aurora.