¿Los niños tienen que aprender a utilizar la tecnología de pequeños? Mi respuesta es clara y concisa: no, rotundamente no. Lo que tienen que hacer los niños es aprender a pensar y a utilizar la imaginación; no necesitan la tecnología para nada. En las escuelas se tendría que prohibir cualquier tipo de tecnología. Papel, lápiz, goma de borrar, sacapuntas para hacer punta al lápiz y cuatro pegatinas de colores; ni tabletas digitales, ni ordenadores, ni móviles, ni redes sociales. Los hijos de Steve Jobs (Apple), de Bill Gates (Microsoft) y de grandes directores generales de empresas tecnológicas han sido educados sin tecnología; por algo será. Un niño necesita amigos, abrazos, juegos, pasárselo bien, estar ilusionado, sentirse comprendido, tener un entorno que le haga sentir seguro y poder expresar lo que siente; el resto (la tecnología) se puede ir a freír espárragos. No hay nada más fácil para un niño de la Generación Alfa que aprender a manejar cualquier aparato tecnológico; así pues, no tengáis prisa por ponerles un móvil en las manos, dejad que disfruten durante un tiempo de su maravillosa imaginación.
Los niños de la Generación Alfa presentan graves problemas de comprensión lectora, de concentración (son multitareas: hacen muchas cosas, pero ninguna bien), de expresión oral y escrita (no saben transmitir lo que piensan o sienten de forma comprensible), de hiperactividad (no pueden estar sin hacer nada ni un minuto) y dependen de las máquinas para resolver cualquier obstáculo que se les presente (no saben hacer nada por sí mismos). Si no me creéis, haced esta prueba: dejad un niño Alfa solo, sin ningún tipo de tecnología, en medio del bosque durante un día y veréis como no sobrevive. Será incapaz de encontrar alimento para nutrirse y de encender fuego si hace frío. Eso sí, no va a estar quieto ni un minuto.
Las pantallas son adictivas, son nocivas para la vista y provocan insomnio si se abusa de ellas.
Lo que más necesita esta sociedad es gente que piense por sí misma, que sienta y sea empática y que utilice la imaginación para crear; y todo esto no nos lo enseñará ninguna máquina, sino que sería ideal que lo hicieran las escuelas. Inicialmente, el hombre creó las máquinas y la tecnología a imagen y semejanza de sí mismo; ahora, en cambio, parece que todo haya dado un giro de 180 grados y que cada vez queramos parecernos más a las máquinas (que todo el mundo sabe que no tienen sentimientos). Seamos diferentes de las máquinas y de la tecnología, permitámonos el lujo de no hacer nada y de observar nuestro entorno. La creatividad nunca es fruto del estrés, sino de la calma. No hace falta que hagamos veinte cosas al día mal y estresados, solo hace falta que hagamos una de bien, concentrados y disfrutándola; de esta forma seremos mucho más productivos.
¿Qué prisa tenemos por introducir la tecnología a los niños? Enseñémosles primero a tener valores, a saberse espabilar solos, a soñar despiertos, a valorar las pequeñas cosas, a ser humildes y empáticos, a ayudarse entre ellos y, sobre todo, a saber quiénes son y qué quieren; ya habrá tiempo para la tecnología. Primero tenemos que crear unos buenos cimientos; de nada servirá poner el tejado si los cimientos no se aguantan. La tecnología es una herramienta que les servirá mucho, si tienen la cabeza en su sitio y las ideas claras. ¿Habéis conocido a algún niño que tenga dificultades para utilizar la tecnología? No, ¿verdad? Los niños, de forma intuitiva, solos, sin la ayuda de ningún adulto, son capaces de aprender cómo funciona un móvil y cualquier aplicación que haya instalada mucho mejor que sus padres. ¿Por qué tenemos que malgastar su infancia poniéndoles pantallas en las escuelas, entonces? Las pantallas son adictivas (si no se han construido correctamente los cimientos de los que hablaba hace un momento), son nocivas para la vista y provocan insomnio si se abusa de ellas. No es moderno realizar tiktoks en clase con los alumnos; es triste y ramplón. Moderno es conversar, observar, debatir, exponer dudas y resolverlas entre todos, compartir, cooperar… No sé si me explico. Me parece que se ponen muchas pantallas por doquier para ahorrarnos tener que afrontar otros problemas (tanto en casa como en las escuelas). Qué fácil es colocar una pantalla delante de un niño para seguir haciendo las mil actividades que hacemos a diario para no pensar. La tecnología tiene que facilitarnos la vida, no tapar agujeros que no queremos ver. Todo es sano si se hace con moderación y conscientemente, y de momento poca gente utiliza la tecnología de forma sana. ¿O me equivoco?