Ahora hace justo una semana hicieron en Valencia una corrida de toros benéfica a favor de un niño que quiere ser torero. El niño se llama Adrián, tiene 8 años y sufre un cáncer.
El acto provocó estas dos reacciones:
Ahora podría estar rato soltando adjetivos descalificativos contra estas dos personas, pero creo que la palabra que resume mejor el sentimiento ante esta barbaridad es: incomprensible.
Es incomprensible de entender como alguien, por muy en contra que esté de los toros (o en contra de la cosa que sea) pueda manifestar eso públicamente. Y le diré más, es incomprensible ni siquiera que lo piense. Desear la muerte de un niño porque tiene una ilusión contraría a tu pensamiento es una barbaridad inhumana.
Dicho esto, mirémonos una portada de periódico:
¿La barbaridad expresada por un par de salvajes merece ser portada? Y cuando digo un par no es ninguna metáfora porque fueron exactamente dos. Y no más. ¿Merece eso la campaña que pusieron en marcha ciertos medios de comunicación contra los animalistas y a favor de los toros? Una campaña como las suyas: coordinada, persistente, activa, haciendo mucho ruido y por tierra, mar y aire. Fue tan fuerte que la presidenta del Partido Animalista (PACMA) acabó tuiteando esto:
Una de las respuestas que recibió fue esta:
¿Se imagina un diario haciendo una portada sobre este tuit racista y machista? ¿Se imagina que este comentario de alguien tan descerebrado como los dos que deseaban la muerte del niño hubiera servido para empezar una campaña contra los taurinos? ¿Verdad que no? ¿Verdad que este personaje no representa a todos los que piensan como él (o ella)?
Tengo la impresión que según qué actitudes, formas y maneras de hacer, como decíamos antes cuando se estropeaba la TV o se iba la luz de casa: "Es de ellos. Eso es de ellos".
- Mear contra el viento y acabar salpicado
La misma prensa de la que le hablaba hace unas líneas, hace tiempo que tiene un enemigo. Y ya sabe qué pasa cuando la Caverna tiene un enemigo, ¿verdad? Que va a por el sin descanso.
Total, que este enemigo, que es futbolista y del Barça. jugaba el domingo con la selección española. Contra Albania. Y Gerard Piqué, el enemigo en cuestión, se cortó las mangas de la camiseta. ¿Por qué? Él dice que por comodidad. Porque prefiere jugar con una camiseta térmica debajo y las mangas de la de arriba, le molestaban. Pero la Caverna, como el mito del mismo nombre, vio sombras en forma de fantasmas, y vio un resquicio por dónde cargar:
Al final del partido, con todo el lío ya montado, salió el propio Piqué desmostrando que las mangas de la discordia no llevaban ninguna bandera. Y la propia Federación Española hizo público un comunicado confirmando su versión. Por lo tanto, Piqué no había recortado ningún símbolo patrio. Por lo tanto, todo era mentira. Por lo tanto había que rectificar. Bien, una rectificación, como siempre, hecha de aquella manera...
"¡¡¡Piqué alborota las redes"!!! ¡¡¡Buenísimo!!! O sea, un grupo de ultras empieza a decir por la red que Piqué es un traidor en España, la prensa que le tiene ganas a Piqué hace una noticia sin confirmar nada y la rectificación es decir que Piqué era el culpable poralborotar el gallinero.
Pero hubo medios que tiraron la piedra...
... y que no escondieron la mano. Al contrario. A un tal Ojeda, experto en insultar a Piqué en OKDIARIO, el medio digital de Eduardo inda, la verdad no le cambió el discurso. En todo caso se lo reforzó.
- El mundo según yo mismo
Una prensa a quién la realidad le estalla en la cara, de una manera simple, sencilla y con naturalidad:
- Cinco señoras y un señor
Día de la Hispanidad. En la recepción oficial celebrada en Madrit (más que nunca concepto) se terminaba de cocer la investidura de Rajoy. Y empieza a circular esta foto:
De abajo arriba y de izquierda a derecha son: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, la presentadora Ana Rosa Quintana, la periodista Isabel San Sebastián, la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz y la periodista Pilar Cernuda. Vista así la imagen, esto es una conspiración. Pero, ¿lo fue? Mirémonos otro encuadre:
Aquí desaparece Cernida y aparece el director de 20 minutos, Arsenio Escolar, que es el autor de esta foto. El periodista vio que en la red había mucha polémica especulativa con la imagen y decidió aclarar lo qué había pasado:
Por lo tanto, quizás hubo una conspiración. O 32. Pero el momento de la foto no fue uno de ellos.
Mangas que no llevan bandera, políticas del PP y del PSOE que no conspiran cuando todo el mundo piensa que lo están haciendo. La red tiene prisa y crea realidades inciertas que después cuesta desmentir. Quizás porque la ficción es más divertida y tiene más morbo y la verdad no vende tanto.