En este momento hay en Catalunya una parte importante de electorado de aquel que llamaríamos "moderado" que se encuentra desamparado. Simplificando, sería una parte del antiguo votante de Unió y alrededores y una parte del pujolismo sociológico que es catalanista pero al que esto de la independencia pssssí, pero sin muchos excesos. Y que cuando oye la palabra CUP se le desmonta la nata del "tortell" del domingo comprado saliendo de misa de once y se le despeina el cardado (del pelo).
No manejo encuestas mágicas ni tengo la costumbre, muy de moda últimamente, de inventarme datos para afianzar mi línea editorial, pero esta realidad descrita es una especie de Bosón de Higgs o Partícula de Dios.
Higgs intuyó que existía una partícula elemental de la materia que era la explicación a muchas cosas. El problema es que no sabía como encontrarla. O sea, sabía que estaba, pero no sabía dónde estaba. Hasta que 50 años después de elaborar su teoría, la comunidad científica consiguió verla.
Pues bien, estos votantes de quien le hablo son la partícula. Existen, pero ni se ven, ni se sabe dónde están exactamente, ni qué comportamiento electoral tienen. La comunidad científica que más les busca últimamente son los de Ciudadanos, que en cada sesión de preguntas parlamentarias al Govern y al president sacan temas que intuyen que les pueden ser próximos. Eso, junto con una moderación del discurso en el tema "identitario", hace que los de Inés Arrimadas no escondan públicamente su intención de seducirlos.
Paralelamente, un sector de la antigua Convergència ha detectado que es en esta franja por donde sufren la fuga de votos que les hace ir perdiendo apoyo elección tras elección. ¿Cómo recuperarlos? La refundación ha sido el primer paso, sobre todo para sacarse de encima la sombra de la corrupción sistémica. Pero el gran empuje pueden ser estas imágenes de diputados de la CUP rompiendo y quemando fotos del Rey, enfrentándose con los Mossos y, sobre todo, las pintadas de amenaza. Y esta recuperación puede ser por contraposición.
Situados en el polo contrario, el PDECat 1/ huye "de esta gente del flequillo mal cortado que están en contra de todo" y puede acercarse al electorado Bosón de Higgs presentándose como gente moderada, porque la "zona Bosón" 2/ es actualmente el único espacio libre donde captar una parte importante de voto que nunca irá al PP y que quizás se ha dejado seducir por los cantos de sirena de Ciudadanos (a falta de otra cosa) y que, debido a la radicalización de la CUP, son susceptibles de recuperar 3/ sin perder al electorado indepe que el PDECat comparte con Esquerra, que 4/ es una franja donde ya no pueden ganar más terreno, pero si perder unos millares de votos que hay que conservar.
En resumen, los actos de desobediencia de la CUP, hechos sobre todo en clave de equilibrio de poder interno de cara al apoyo o no a los presupuestos, pueden llevarnos a unas elecciones, donde, si acaba imponiéndose el sector duro de los cupaires, tendremos otro tablero electoral en un momento donde todo va muy justito entre los dos bandos y un trasvase de 50 mil votos en el lado soberanista pueden ser unos cuantos diputados de más o de menos que otorguen o quiten mayorías.
Porque, y eso es muy importante tenerlo en cuenta, los votantes que en las últimas elecciones decidieron optar por la CUP de David Fernàndez, pueden estar de acuerdo en que no hay para tanto por quemar o romper una foto, pero sociológicamente (también) son de comer "tortell". Quizás no un brazo de gitano o un "palo", como hacen los del Bosón. Quizás son más de mousse de cítricos o de banda de hojaldre fino con fruta, pero son de "tortell" y no de beber calimocho. Y menos a morro. Y la batasunitzación en las formas, les genera rechazo.
Ellos (y ellas) son el otro Bosón, del que hablaremos otro día.