Esta semana se han cumplido diez años desde aquel invierno marcado por la llamada “Revolución del Maidán”. No era muy difícil sospechar que, de aquellos acontecimientos, pudiéramos encontrar hoy a Ucrania sumida en un conflicto armado. Porque precisamente esa podría ser la intención que prendió la mecha en aquellas revueltas que, meses después de su inicio, terminaron en masacre. 

El supuesto desencadenante de las protestas fue el incumplimiento por parte del presidente de aquel momento, Yanukóvich, de la promesa de firmar un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. El presidente, acusado después de haber reprimido las protestas con una contundencia policial desmedida, ha pasado a la historia como “prorruso”. 

Lo sucedido hace diez años en la plaza de la Independencia de Kiev todavía necesita ser contado. Y, a pesar de que acaba de dictarse sentencia en un tribunal ucraniano al respecto de la autoría de las matanzas, el silencio y las versiones maquilladas siguen apareciendo en la prensa occidental. 

La mayoría de los medios de comunicación occidentales se recrearon en la masacre que se cobró las vidas de más de cien personas, entre ellas manifestantes y agentes de policía, pero, según apunta el investigador Asier Blas, “sin ánimo de saber realmente qué ocurrió”. 

Apunta el experto que abordar lo sucedido en el Maidán “genera muchos problemas, ya que se construyó todo un relato idealizado para justificar un Golpe de Estado y forzar un viraje atlantista en Ucrania”. Un mensaje que, según Blas, “se repite a la mínima que haya ocasión para justificar lo que, sin duda, fue uno de los principales desencadenantes de lo que nos trae hasta la invasión rusa en Ucrania y la actual guerra en curso”. 

Lo sucedido en el Maidán hace diez años, necesita ser explicado para comprender la dimensión del actual conflicto, poder así resolverlo y, también, evitar que pueda volver a suceder

Es prácticamente imposible encontrar un medio de comunicación que haya abordado la sentencia publicada el pasado mes de octubre por los tribunales ucranianos, en cuyo veredicto se confirma que muchos de los manifestantes no fueron masacrados por las fuerzas del orden, sino por francotiradores situados en lugares que estaban controlados por los opositores. No existieron francotiradores rusos, como también se llegó a afirmar en su momento, y el presidente no tuvo implicación alguna en los terribles hechos acontecidos. Lo dice una sentencia, que se fundamenta en informes periciales y pruebas analizadas durante el juicio. 

Está pasando desapercibido el hecho de que se haya considerado probado que el 20 de febrero de 2014 unos francotiradores disparasen contra manifestantes y policías, produciendo decenas de víctimas mortales y heridos. 

Tampoco se acuerda nadie de la conversación entre Catherine Ashton y el ministro de Exteriores de Estonia, quien, tras visitar Kiev, afirmó que todo apuntaba a que los francotiradores estaban organizados por la oposición al gobierno y nadie se ha preguntado por qué el nuevo gobierno instalado tras el golpe de Estado jamás quiso investigar lo sucedido. 

Como recoge Blas, exmilitares georgianos declaraban en documentales de televisión estadounidenses, italianos e israelíes y medios de comunicación macedonios y rusos que ellos habían participado en la masacre y que habían sido contratados para ello bajo la dirección de un exmilitar estadounidense. Fuese o no cierto lo que declararon, finalmente, el juicio sobre la masacre admitió sus testimonios como evidencias a finales de 2021.

Toda la información disponible, recabada durante años por el politólogo, Dr. Ivan Katchanovski, es la que ha sido presentada al juicio y considerada como prueba válida por el tribunal. El resultado de su investigación ha sido confirmado por la sentencia, y apunta que los policías asesinados y heridos, como la gran mayoría de los manifestantes (tanto fallecidos como heridos), fueron atacados por francotiradores en edificios y áreas controladas por activistas del Maidán. Una investigación cuyas revelaciones tienen un gran impacto, puesto que nos permiten conocer mejor el origen del actual conflicto. Esta semana, cono motivo de la sentencia y el aniversario del Maidán, hemos entrevistado al investigador (puede verse aquí https://beatalegon.tv/video/especial-maidan-grupo-de-control-entrevista-a-ivan-katchanovski/). 

La guerra de Ucrania nos ha afectado de manera directa, puesto que ha supuesto un cambio en las relaciones geopolíticas y estratégicas de Europa, pero especialmente de España. La relación con Rusia y China se ha visto debilitada y ahora mismo es necesario poner fin a un conflicto y resolver las tensiones generadas, así como los tremendos problemas que para las economías y la sociedad ha supuesto estar en uno u otro bando. 

Abierto el frente de Israel, la comunidad internacional tiene que reubicarse, abordar los problemas, y reconocer su papel en ellos. No solamente como actores que faciliten la resolución de los conflictos, sino, sobre todo, como responsables de iniciarlos. Y en el caso de Ucrania, lo sucedido en el Maidán hace diez años, necesita ser explicado para comprender la dimensión del actual conflicto, poder así resolverlo y, también, evitar que pueda volver a suceder.