1- ¿Antena 3 manipula?
Los contrarios a la lengua valenciana han empezado una campaña contra la decisión del alcalde de la capital, Joan Ribó, de rotular las señales de tráfico en catalán. El sábado pasado, Antena 3 emitió en uno de sus informativos una pieza donde se defendía que ahora muchos usuarios no entenderán las indicaciones y, para reforzar su teoría, insertaron las declaraciones de una presunta afectada.
El usuario de twitter "ca nyot" fue el primero en darse cuenta de que esta testigo, en principio casual, era una periodista que había trabajado en la cadena y, en un vídeo que ha corrido mucho por la red, demostraba que Laura Herreras (la chica en cuestión), además, sabe hablar valenciano.
Lo más terrible es que, una vez descubierta la mentira y la trampa, la desbordada periodista tuiteó una excusa que lo empeoraba todavía más.
Cuándo se debate sobre información y realidad, a menudo se deja caer que las empresas públicas están obligadas a ser absolutamente equidistantes (cosa en la cual estoy totalmente de acuerdo) y que las privadas... bien, las privadas son privadas y pueden hacer lo que quieran con su dinero. Y eso incluye defender los intereses políticos o empresariales que les apetezca e informar con el sesgo que crean conveniente. Pues bien, la perversión del argumento queda claramente demostrada con este ejemplo. Claro que las empresas tienen intereses, pero eso no quiere decir faltar a la verdad para conseguirlos. ¿Se puede mentir y manipular en nombre de una línea editorial? ¿La información puede ser falsa en nombre de una opinión? ¿Hay que teledirigir ideológicamente cada noticia o sería mejor ofrecer información y después opinión?
Ah, por cierto, seguro que la cadena ha pedido excusas por esta chapuza. Lo que pasa se que no he sido capaz de encontrarlas en ningún sitio. Pero por culpa mía, que no domino mucho eso de buscar...
2- I hablando del tema...
Ve, ahora vamos a la pública y allí, efectivamente, vemos una equidistancia exquisita. Una imparcialidad extrema. Una información totalmente aséptica. Es la noticia pura desnuda de artificios:
3- La información más variada sobre el debate Iglesias-Rivera
Y más información en estado puro. Ahora sobre el debate que Jordi Évole organizó en el Salvados de La Sexta. Dos millones menos espectadores que el otro debate indican que la gente encuentra estas elecciones terriblemente apasionantes. En cambio, el efecto mediático del debate fue el mismo.
En OKDiario, el medio de Eduardo Inda, uno de los grandes "amigos" de Pablo Iglesias y de Podemos en general, hablaron del debate. Observe todo lo que publicaron:
¿Se ha fijado en que el sujeto de todas las noticias es Iglesias? ¿Y siempre en negativo? Rivera no es ni noticia. Rivera no cuenta. Rivera no está en ningún titular. El debate sólo interesa como manera para cargar contra Iglesias e Iglesias tenía que protagonizar todas las noticias sobre el debate: Iglesias independentista, chavista, manipulador y cobarde. Ah, y su gente son unos intoxicadores.
¿Qué dijo Rivera? ¿Qué propuestas hizo? Da igual. Para OKDiario, fue un cara a cara de Iglesias con Iglesias.
4- El clickbait ya tiene que empezar en el titular
El concepto clickbait ha llegado para quedarse. Los medios usan cada vez más todo tipo de cebos para motivar a los clientes a pulsar el botón izquierdo del ratón. Es el deseado "clic". Las últimas semanas hemos visto que el sexo no falla nunca. Sin embargo, un buen titular contundente tampoco. ¡Y si pueden ser un par, el uno al lado del otro, mejor!
¿Quién se puede resistir a clicar unos cebos tan apetitosos?
5- Cuando la información es privilegiada
Los hijos no tienen culpa de tener los padres que tienen. En cambio, en el caso de los padres, la afirmación no puede ser tan rotunda porque, sí, los padres alguna cosa tienen que ver en cómo salen los hijos. Aunque, a veces, los hijos salen como salen y a pesar de los padres.
En todo caso, cuando un padre es el máximo responsable de la lucha antiterrorista y está especializado en yihadismo, alguna responsabilidad tiene que tener si resulta que su hija periodista publica noticias sobre yihadismo que no son muy exactas. Eso pasa con el comisario Enrique Barón y su hija Bárbara. Esta semana ha publicado la pieza titulada "140 peligrosos islamistas convertidos salieron de la CUP y ERC".
Bien, si se la lee, comprobará que no hay ninguna prueba de lo que se afirma en el titular. Y si lee lo que explica Voz Populi en este enlace, tendrá más detalles del tema.
Sí, ya sé que si tu vocación es informar sobre yihadismo, no tienes que dejar de hacerlo por culpa de la profesión de tu padre. Pero si la casualidad hace que tu padre sea, por desgracia, el responsable de acabar con el yihadismo y, a la hora de cenar comenta cosas y tú después las publicas sin contrastar, ni probar, ni confirmar, ni de nada... pues, tenemos un problema. Sobre todo porque es muy grave (ojo, pero mucho) que la hija de quien tiene que acabar con el yihadismo en España acuse directamente a dos partidos con diputados, alcaldes y concejales de crear yihadistas sin ninguna prueba.
6- Cuando la noticia no dice lo mismo que el titular
Observe este titular:
Y ahora, lea la noticia:
¿Me lo parece a mí o existe una cierta descoordinación entre una cosa y la otra?
Si hacemos caso del titular, los calificados como "titiriteros proetarras", dieron una paliza a una persona. Si leemos la noticia, comprobaremos que no fue así. Y también comprobamos que, para evitar malentendidos totalmente involuntarios, no habría estado de más que el medio hubiera aclarado ya en el titular de que eran los clásicos golpes que se dan los guiñoles. Pero es que después de ver cómo explicaron algunos medios la famosa obra que inició la trayectoria mediática de los llamados "titiriteros proetarras", tampoco hubiera estado mal ver que pasaba realmente en esta otra obra. No, como para poder juzgar la realidad y no lo que algunos dicen que es la realidad.
7- ¿Hablamos de la presunción de inocencia?
Desconozco cómo fue, pero me arriesgaré. Creo que los compañeros de El Periódico lo debatieron y que, después de muchos argumentos a favor y en contra, decidieron publicar sus caras. De hecho, deseo que fuera así, que fuera una decisión consensuada fruto de la reflexión y no un impulso. Otra cosa es que yo, personalmente, esté totalmente en contra.
Sacar en una portada la fisonomía de tres personas sólo "desalojadas" por la policía, pero que visualmente están detenidas, no es cosa baladí. Implica mostrar su identidad. Y marcarlos. A partir de ahora, cuando se hable del llamado Banc Expropiat del barrio de Gràcia de BCN, la imagen será la de estas tres personas. Y si hay incidentes, sus caras estarán asociadas a la violencia. Estas tres personas no han sido juzgadas. Son presuntos no-se-sabe-bien-qué porque ni siquiera vemos en la información de qué se los acusa.
Decía antes que estoy en contra de publicar sus caras. ¿Por qué? En estos casos siempre hago la misma pregunta: ¿qué aporta? ¿Ver las caras de estas tres señores, me ayuda a entender la noticia? ¿A ponerla en contexto? ¿Estas tres caras me dan alguna información necesaria? A mí no. Por lo tanto, para mí, no hace falta.
8- ¿No había ningún otro ejemplo mejor?
Poner una foto de Pablo iglesias y Albert Rivera en un bar (donde, por cierto, fueron a grabar el primer debate de Salvados) para ilustrar una noticia sobre robos de bares, lo encuentro, como en la noticia anterior, innecesario. Si es una broma, no me hace gracia. Si es una indirecta, es de un estilo mejorable. Si no tenían ninguna otra foto a mano, quizás tienen que hacérselo mirar.
9- ¿Una acusación anónima tiene que ser considerada cierta?
Y seguimos con presunciones de inocencia. Y en un tema tan delicado como apasionante. Eldiario.es publicó el viernes esta información:
Como los futbolistas son tan famosos como los cantantes o los economistas, la noticia tuvo mucha resonancia. Tanto, que en un bar escuché una conversación sobre esta cuestión que encontré genial. Era una pareja joven. Él argumentaba que aquí alguien está acusando a un famoso sin aportar ninguna prueba. Y el famoso ya es considerado culpable por la opinión pública. Y, mientras demuestra su inocencia, le pueden destrozar la carrera. Ella decía que en los últimos casos de pederastia aparecidos y relacionados con la iglesia, en algunos sí que ha habido un reconocimiento público del abusador, pero en otros no. Y que, a pesar de eso, se han dado como ciertos y nadie ha apelado a ninguna presunción de inocencia. ¿Por qué? ¿porque eran curas? Él le decía que, en el caso de los futbolistas, se han dado sus nombres sin aportar ninguna prueba y que eso, en un estado de derecho, es inaceptable. Entonces ella añadía que, de cara a la opinión pública, efectivamente no es lo mismo que puedas intuir qué un mosén anónimo es el acusado de unos hechos de hace 30 años, que tener el nombre y el apellido de un profesional del deporte en activo, muy famoso y a quien todo el mundo conoce, pero que eso no quita que sea igual de injusto. Y peor en el caso del anónimo porque no tiene altavoces mediáticos dónde defenderse. Él, entonces, contraatacaba afirmando que no es comparable la carrera de un cura jubilado con la de un joven jugador de fútbol.
Una vez más tengo la opinión dividida. Podría firmar argumentos de la una y del otro. Y soy de los que piensa que de los abusos, cuanto más hablamos mejor, porque se ayuda a otras personas que han sufrido y que han estado años calladas por miedo o por vergüenza, a denunciarlos. Eso sí, hay que hacerlo con cuidado, respeto y huyendo del sensacionalismo. Pero, ¿y si la acusación no es cierta? ¿Los medios tenemos que hacer de jueces? ¿Tenemos que condenar a alguien que no ha sido juzgado? ¿O bien en nombre de la presunción de inocencia tenemos que ser cómplices del silencio y tapar casos en que las víctimas sólo nos tienen a nosotros para hacerse un espacio?
Tema complicado, muy complicado. Terriblemente complicado... En todo caso le dejo la reflexión de Ignacio Escolar, director de eldiario.es, medio que publicó la exclusiva de la noticia.
10- Lo que haga falta para que hablen de ti
Mejor acabar este repaso con un momento patético, pero que no atenta contra nada más que contra las ganas de darle caña al mono del despropósito para seguir alimentando a la bestia.
Esta señora ya no tiene edad para ir por la vida soltando barbaridades (ojo, es muy libre de hacerlo, si le apetece, pero eso no quiere decir que haga falta). Pero esta señora sabe que este nivel le permite futuras apariciones en otros programas del mismo estilo al que hace referencia. Ella sabe que si da carnaza, los tiburones vendrán a comer. Y la tentación de ganar en un mes lo que no has ingresado en tu vida y, además, ser famosa y que te conozcan por la calle, hace que confieses lo que haga falta. Sea cierto, sea menos cierto o sea semi pensionista. Tanto da. El caso es alimentar un sistema con tanta hambre que se come lo que le echen...
Ah por cierto, ¡BUENA SEMANA!