Si un libro no te fascina después de leer quince páginas, ¿es necesario que lo sigas leyendo? Si conoces a alguien y después de tener tres citas aún no te convence, ¿hace falta que te acuestes con él o que conciertes otro encuentro? Si trabajas en una empresa que no te valora ni te paga lo que vales, ¿hay que seguir salvándoles el culo mientras ellos no dan ni golpe? A simple vista os pueden parecer tres preguntas muy absurdas y sin ningún tipo de relación entre sí, pero, si prestáis un poco de atención, os daréis cuenta de que en realidad todas tienen una misma respuesta y un mismo trasfondo. Si algo no te gusta, lo mejor que puedes hacer es decir que se acabó lo que se daba (es decir: soltar un no como una catedral) y pasar página. En el caso del libro, cerrarlo y coger otro que encaje más con tu forma de ser o de pensar; en el caso del trabajo, pegar un portazo después de cantarles las cuarenta y marcharte mirando fijamente al horizonte (si no lo hay, te lo imaginas) con una ligera sonrisa en la cara. En cuanto a las citas, no contestarle ningún otro whatsapp e inscribirte en Tindercat.

Debemos aprender a decir 'no' en cualquier contexto. Soltad todo lo que no os satisfaga, lo que os aburra o que os traiga más quebraderos de cabeza que tranquilidad y alegría

Debemos aprender a decir no en cualquier contexto; hay millones de libros y de personas en el mundo, no hace falta perder el tiempo con lo que no nos llena lo que tiene que llenarnos. Tempus fugit, carpe diem (es todo lo que recuerdo de los cuatro años de clases de latín y de la película El club de los poetas muertos). Soltad todo lo que no os satisfaga, lo que os aburra o que os traiga más quebraderos de cabeza que tranquilidad y alegría. De verdad, no es necesario forzar las relaciones y las lecturas cuando no fluyen, por más ilusión que os haga que funcionen y que todo vaya bien. Es solo una fantasía que os habéis montado, una idealización; la realidad sigue su propio camino. Es necesario escuchar más a nuestro cuerpo y menos a la razón. El cuerpo —si lo escuchamos— siempre nos lleva por el buen camino. La razón suele dar preferencia a las convenciones sociales, a lo que se espera de nosotros como miembros de esta sociedad. Y, teniendo en cuenta que a esta sociedad le falta un tornillo, pues ya podéis imaginaros cómo acabará todo. Bueno, creo que me he perdido, ¿dónde estábamos? Ah, sí, ya me acuerdo, en el instante de cerrar un libro cuando llevas quince páginas aburriéndote profundamente y de no sentirse culpable por no haber terminado una obra maestra de la literatura universal que todo el mundo debería leer antes de morir, según Google y los entendidos. Pues mira, quizás no hace falta hacer todo lo que dicen que tenemos que hacer los entendidos. ¿Quién decide qué tenemos que hacer antes de morir? Quizás a mí ese autor me importa un pepino o no me inspira confianza ni me hace ninguna gracia. Y no pasa nada. Cada uno tiene gustos distintos. Y suerte tenemos de ello, si no todo sería muy aburrido.

¿Cuántas parejas han aguantado año tras año porque no se atrevían a decir un "no, por ahí no paso, vete a hacer puñetas y que te den morcilla"? Todos sabemos la respuesta: muchas. ¿Cuántos libros nos hemos tragado —aunque fueran más aburridos que cambiar la funda del edredón— para poder decir que nos los hemos leído y formar parte de la élite de gente culta? Ya os lo digo yo: a tutiplén. Queridos, la vida es muy corta y puede llegar a ser muy aburrida si nos lo proponemos. Intentemos hacerla lo más alegre posible, que decir no tampoco cuesta tanto. "No". ¿Veis? Ya lo he dicho. Dos letras: una consonante y una vocal. Ya sé que decir también es muy fácil, pero no os hagáis los remolones, que tarde o temprano os pasarán factura tantos síes. Pensad que si decís a los libros que os importan un comino no tendréis tiempo de leer los que realmente os interesan (para los obsesivos y compulsivos como yo: no pasa nada si dejáis un libro a medias, la vida continúa). ¿De verdad os queréis pasar toda vuestra vida (teóricamente, la única que tenemos) con alguien que os da absolutamente igual o en una empresa que os toma por tontos por la pereza y el miedo a decirles que no? Pensad en ello.