El Gran Tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es uno de los grandes depredadores oceánicos, y aunque no sucede a menudo, también es el máximo responsable de las muertes de humanos a causa de los mordiscos de tiburones por todo el mundo. Se cree que los tiburones identifican y cazan a sus presas potenciales guiándose por su vista. Les gusta cazar, particularmente, a focas, leones marinos y otros mamíferos pinnípedos que se encuentran en la superficie. Para los animales que nadan en la superficie es difícil camuflarse, y los tiburones los ven desde aguas más profundas, con la figura recortada contra la luz del exterior, mientras que, por el contrario, a las inadvertidas presas, les cuesta distinguir los tiburones que están nadando debajo, ya que su lomo grisáceo no destaca contra el fondo marino. Los humanos que nadan o hacen otras actividades sobre un tablón de surf, presentan una forma muy similar a la de una foca nadando, por eso se cree que los tiburones se confunden y los atacan.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Australia decidieron estudiar más de cerca cómo los tiburones distinguían sus potenciales presas y si se podía encontrar alguna manera de despistarlos y confundirlos con el fin de evitar el ataque. Para realizar estos estudios, han ido a una zona de la Tierra donde abunda el Gran Tiburón blanco, a Mossel Bay (Sudáfrica). Ataron un tablón con forma de foca nadando con una cuerda larga en una barca, y mientras esta iba navegando, grabaron (horas y horas de grabación) cuántas veces y de qué manera el tablón fue atacado por tiburones. Los investigadores parten de la hipótesis que la contrailuminación, es decir, la iluminación del objeto en la zona inferior, puede ser una buena estrategia de camuflaje. La contrailuminación hace que la forma del objeto no se pueda distinguir claramente contra la luz exterior si lo vemos desde abajo, particularmente si intentamos pasar desapercibidos para los animales marinos que no tienen mucha agudeza visual y son ciegos a los colores (las retinas de los tiburones solo tienen un único tipo de cono, las células fotorreceptoras responsables de la visión en colores, por lo cual tienen visión monocromática). Los resultados que han obtenido son bastante interesantes.

Los científicos deducen que los tiburones se guían por la figura y forma de la zona oscura para identificar a su presa, pero si ven diferentes zonas oscuras más pequeñas, no interpretan que forman parte de un todo, sino que asumen que se trata de presas pequeñas

En primer lugar, compararon los ataques a un tablón sin ningún tipo de iluminación con respecto a tablones de la misma forma a los que enganchaban luces tipo LED de diferentes tipos de intensidad (bajos, moderados o fuertes). Por el solo hecho de iluminar el tablón, los ataques de los tiburones disminuían, pero con las intensidades de luz más fuerte, no había ataques. De estos resultados, los investigadores deducen que no se trata solo de que la forma se confunda con el brillo exterior, sino que el hecho de que sea todavía más luminoso es lo que confunde al animal. A continuación, estudiaron si había que iluminar toda la superficie, o solo hacían falta algunas zonas iluminadas. Curiosamente, determinaron que no hacía falta que toda la superficie estuviera iluminada, pero sí que era muy relevante la disposición de las luces. Si la retahíla de LED dibujaba una única línea longitudinal de arriba abajo, se observaba un decremento, pero todavía había un cierto número de tiburones que atacaban. En cambio, si las luces estaban distribuidas en varias bandas horizontales, dividiendo la forma en sectores iluminados y no iluminados, los tiburones perdían interés y no atacaban. De estos resultados infirieron que lo que realmente los confunde no es la luz, sino el contraste entre las regiones iluminadas y oscuras. Los científicos deducen que los tiburones se guían por la figura y forma de la zona oscura para identificar a su presa, pero si ven diferentes zonas oscuras más pequeñas, no interpretan que forman parte de un todo, sino que asumen que se trata de presas pequeñas, y no les interesa cazarlas. Es probable que el juego de luces y oscuridad pueda crear efectos de confusión en el movimiento que no permita a estos grandes depredadores guiarse en su movimiento de ataque. Los autores también enfatizan que hay varios tipos de tiburones, los cuales pueden tener diferentes estrategias de identificación y caza de presas y, por lo tanto, haría falta estudiar hasta qué punto todos los tiburones utilizan la misma estrategia.

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Resumen gráfico del trabajo presentado en el artículo de Ryan, Hart y colaboradores (Current Biology 34, 1–7, 2024), que muestra cómo se ha llevado a cabo y cuáles son los resultados más importantes de este estudio de comportamiento en el Gran Tiburón blanco, en Mossel Bay, Sur-África.

Os podéis preguntar cuál es el objetivo de los investigadores. Os recomiendo mucho que miréis este videoresumen donde encontraréis a los investigadores explicando por qué han hecho este estudio y donde veréis de primera mano como de fascinante (y terrorífico) es observar estos grandes depredadores en acción. El objetivo de esta investigación es comprender cómo identifican y atacan a las presas los tiburones, con el fin de buscar estrategias efectivas y fáciles de camuflaje para los humanos que practican deportes marinos, engañando y confundiendo los sentidos de los tiburones, pero al mismo tiempo, intentando disminuir las matanzas de estos condroíctios y limitando el impacto negativo sobre sus poblaciones naturales. Hay que ver si se pone en práctica.

En todo caso, los tiburones y otros depredadores ejercen una tarea relevante e indispensable en las redes tróficas marinas (como ya os expliqué en un artículo hace poco), pero su población ha disminuido drásticamente desde 1970. La pesca excesiva de tiburones y rayas los está llevando a la extinción, causando verdaderos desastres ecológicos marinos. Quizás algún día no quedarán tiburones en nuestros mares y océanos, y eso sí que sería una pésima noticia.