"Sentimos una enorme responsabilidad, hacer de Esquerra Republicana un partido al servicio de nuestro país. Asumimos la responsabilidad de servir Catalunya". Lo dijo Oriol Junqueras el sábado —cuando menos así lo he leído— y estoy perpleja. Me he quedado así porque estoy demasiado cansada para pasar a cualquier estado o emoción que requiera más energía.
Ha sido un día de trabajo intenso, en todos sus minutos, y quizás por eso solo me queda cerebro —y corazón— para las cosas sencillas, claras y transparentes. Quizás es lo mismo que le pasó a Oriol Junqueras —el proceso de elección dentro del partido ha sido largo y difícil y la victoria es más bien justita— y, tal vez, también con la emoción del momento, no le salió ningún subterfugio político. Ningún discurso florido.
Sea por lo que sea, nos encontramos ante unas declaraciones del máximo dirigente de Esquerra Republicana que son muy reveladoras, no solo de qué ha pasado, sino de hasta dónde pueden llegar a partir de ahora. En primer lugar, lo que hace falta preguntarles es qué demonios han hecho hasta ahora; porque nuevos en el trabajo no son. Me pregunto por qué ERC no era ya un partido al servicio de nuestro país y, por lo tanto, también ¿al servicio de quién o qué estaban?
Me pregunto por qué ERC no era ya un partido al servicio de nuestro país y, por lo tanto, también, ¿al servicio de quién o qué estaban?
Muchos pensamos que ni en política se podía llegar a tan alto grado de incongruencia como el que alcanzó ERC en las últimas elecciones catalanas a la hora de formar Govern; pero el tema de fondo era otro. Quizás no había ninguna contradicción, si es a partir de ahora que sus dirigentes tienen que "hacer" de Esquerra Republicana un partido al servicio de Catalunya. Lo vuelvo a escribir y todavía no me lo acabo de creer.
Pero todo eso nos lleva, todavía, a toda otra consideración, ¿puede un partido que se presente a unas elecciones en nuestro territorio estar al servicio de nada que no sea Catalunya? Cuando menos un partido que se declara nacionalista catalán. Ya no digo nada de independentista; porque el tema de ampliar la base, aunque ha sido no ya improductivo, sino directamente excluyente, vuelve a sacar la cabeza en la fórmula del sumar.
¿Y entonces también me pregunto, de qué manera y cómo se entiende o cómo se llena de contenido, en esta formación, entre sus viejos-nuevos dirigentes, el hecho de trabajar para Catalunya? Sí, es una pregunta con trampa, doble por cuestiones nacionalistas; pero hay cosas que han dejado de ser evidentes en la deriva de la política del país y haría falta que la ciudadanía tuviera o intentas tener muy clara antes de votar.