¿Cómo actuáis cuando os llega un mensaje de WhatsApp con un audio de seis minutos? Yo actúo de la siguiente manera: si me lo envía alguien que me cae muy bien, lo escucho a 2x y, si lo hace una persona que no me cae ni bien ni mal, lo borro inmediatamente para que no me ocupe memoria interna. Normalmente (lo he comprobado muchas veces), a una velocidad de 2x, entiendes perfectamente la idea general que te quieren transmitir. Pensad que, de los seis minutos de audio que os envían: uno de los minutos lo destinan a los suspiros; dos, a saludar la gente de la calle; dos y medio, a las conversaciones interiores que expresan en voz alta y que no te aportan nada, y los treinta segundos restantes, a la razón de fondo de la llamada (que, normalmente, no va más allá de un "Hoy hace mucho calor" o "A ver cuándo quedamos, que hace mucho que no nos vemos"). De hecho, seguramente, obtendríamos mucha más información (y más deprisa) si nos escribieran una frase de no más de cinco palabras. Las cosas importantes se pueden decir con pocas palabras. Cuando enviáis un audio de seis minutos, lo único que hacéis es hacer perder un tiempo muy valioso a la persona que lo recibe, un tiempo que podría utilizar para hacer cosas mucho más relevantes, como enviar gifs y emoticonos divertidos a los grupos de WhatsApp que tiene silenciados.
Estaría bien que, antes de enviar cualquier audio, os pusierais en la piel del futuro receptor y entendierais que este no es el camino para conservar una amistad
No, ahora en serio, no tenemos que confundir el WhatsApp con un confesionario. Ya sé que no vemos la cara de la persona a la que le enviamos los mensajes y que esto hace que nos desinhibamos mucho más, pero tenemos que ser misericordiosos. Estaría bien que, antes de enviar cualquier audio, os pusierais en la piel del futuro receptor y entendierais que este no es el camino para conservar una amistad. Escribir frases no es fácil —puedes hacer muchas faltas ortográficas y cometer algunos errores gramaticales—, pero te abre una gran puerta hacia el aprendizaje y hacia la compasión. Cuando hagáis el cambio de la oralidad a la escritura, notaréis que vuestras vidas se transforman radicalmente, notaréis que las personas que antes os tenían silenciadas y que contestaban vuestros audios de seis minutos al cabo de dos meses con un simple emoticono, ahora os contestan con una frase que tiene sujeto, verbo y predicado. Los cambios cuestan de hacer, al principio parece que no sirvan para nada, pero, si tenéis paciencia, veréis que vuestra vida social mejorará un cien por cien.
Un día recibí un audio de diez minutos y medio de una persona que consideraba mi amiga, y cometí el gran error de escucharla a velocidad normal. Sentí como aquella supuesta amiga hacía sus necesidades, suspiraba, se limpiaba el culo, tiraba la cadena del inodoro, charlaba con un amigo que hacía mucho que no veía sin haberse lavado las manos, compraba una barra de pan, cogía el coche, se le ponía en marcha la radio a todo volumen y, cuando toda esta tortura auditiva acabó, me dijo que llegaría tarde porque no había tenido tiempo de hacer todo lo que tenía que hacer. Aun así, me envió un audio de diez minutos y medio. Con estos minutos, habría tenido tiempo de hacer todo lo que tenía que hacer y llegar puntual a la cita. ¿Pero qué queríais que le dijera? Este tipo de personas no son conscientes de la tabarra que te dan, lo hacen sin darse cuenta. La bloqueé.
Todos hemos tenido la tentación de hacer un audio, es tan sencillo..., solo tienes que pulsar el micrófono y charlar por los codos. Escribir, en cambio, implica utilizar la vista, los dedos y el entendimiento; y todo el mundo sabe que, a partir de una edad, la vista está cansada, los dedos parecen morcillas y el entendimiento empieza a decaer. Por eso el rango de edad que más utiliza los audios son los boomers. Se puede entender que actúen así y se los puede perdonar. Lo que no se puede entender es que alguien que está en la flor de la vida y que tiene todas las facultades intactas (supuestamente) malgaste el intelecto con audios kilométricos en vez de utilizarlo para escribir mensajes cortos y concisos. No hay quien entienda esta posmodernidad. No quisiera alargarme más. Resumiendo: no enviéis más audios de más de treinta segundos; hacedlo por el bien de la humanidad.