Esta es una de las típicas frases que nos decían en casa cuando éramos pequeños y estábamos encantados, perdidos en nuestros pensamientos o, sencillamente, desconectados de todo. Las frases hechas van cambiando con el tiempo, y mis hijos, para el mismo fenómeno decían "estar empanado" hace pocos años. Es probable que ahora se diga de alguna otra manera, ¡vete a saber! Sin embargo, me parece mucho más poético decirle a alguien que está en la luna.

La llegada de los humanos a la Luna en 1969 fue la gran noticia después de unos años de carrera espacial y en plena guerra fría de los Estados Unidos con la antigua URSS. En la década de los setenta, y varios viajes y alunizajes después, perdimos el interés por nuestro satélite. La Luna y la carrera espacial perdieron la novedad e, incluso, hubo gente que dudó del gran hito humano y defendía que la llegada a la Luna era un gran engaño. Pero las naves enviadas desde la Tierra llegaron a diferentes localizaciones de la Luna, donde depositaron máquinas con sensores, que han ido tomando medidas y enviado datos a la Tierra para que los astrofísicos y otros investigadores extraigan conclusiones. Por ejemplo, tenemos los puntos de alunizaje de cuatro misiones Apollo, las 12, 14, 15 y 16 (recordad que el Apollo 13 fracasó, como sabemos por una famosa película, y una famosa frase, “Houston, we have a problem).

Imagen de los puntos donde tocaron "luna" y dejaron sismógrafos varias misiones Apollo, con la localización de latitud y longitud lunar (extracto del artículo enviado a publicar (preprint) de Keisuke Onedera, con el análisis de seísmos de baja profundidad de la Luna durante la época de los años 1969-1977)

Siempre se nos ha dicho que la Luna es un satélite "muerto". Un concepto un poco difuso, ya que una cosa es que no contenga actualmente ni nunca haya podido sustentar la vida, por lo tanto, esté biológicamente muerta, y la otra es que sea un cuerpo estelar geológicamente muerto, que no es el caso. La Luna tiene movimientos sísmicos y tectónicos, a causa de diferentes razones. Los sismógrafos depositados en la superficie lunar por las misiones Apollo durante los años 1969-1977 detectaron e informaron de los movimientos sísmicos lunares, ¿que quizás podríamos denominar lunamotos o selenemotos? (moonquakes en inglés). Los sismógrafos dejados por los Apollo medían tanto los movimientos de ondas sísmicas de largo periodo, y otros que medían los movimientos más cortos y rápidos. Los seísmos de la Luna más largos fueron ampliamente estudiados, pero no los más cortos, que en las ondas de radio que llegaban y con la tecnología de la época era mucho más difícil de distinguir con respecto al ruido que, por ejemplo, generaban los cambios de temperatura entre el día/noche sobre los sensores.

Aunque nos pensamos que la Luna ya no atrae la atención de los investigadores, tanto tenemos grupos de investigación con proyectos potentes como también empresas dispuestas a pagar los gastos de experimentos o, incluso, de enviar el hombre a la Luna de nuevo

¿A qué se deben estos seísmos? Básicamente, se cree que hay dos razones principales: el impacto de meteoritos sobre la superficie lunar, y la atracción gravitatoria de la Tierra sobre la Luna (una especie de "marea" sólida) que provoca movimientos tectónicos lunares.

Como hemos dicho, los primeros análisis de datos se fijaron en los movimientos sísmicos intensos, y durante este tiempo se detectaron unos 13.000, pero un nuevo análisis, que ha revisado los movimientos de baja profundidad ha detectado el triple, particularmente concentrados en el hemisferio norte (donde está el sismógrafo del Apollo 15). No se sabe la razón de esta elevada sismicidad, con algunos movimientos sísmicos que pueden llegar a una potencia alrededor de 5,5, medido en la escala de seísmos terrestres, pero teniendo en cuenta que hay intereses comerciales para enviar nuevas naves a la Luna, si enviamos a personas, lo tendríamos que tener en cuenta, para la seguridad de los que vayan y de los aparatos que llevemos.

Aunque nos pensamos que la Luna ya no atrae la mirada y la atención de los investigadores, no es cierto, y tanto tenemos grupos universitarios de investigación con proyectos potentes que se tendrían que desarrollar en los próximos años, con lo que se ha llamado la Armada Lunar; como también empresas start-up de los Estados Unidos, como Astrobotic, que ofrecen sus servicios de forma comercial a gobiernos, universidades, empresas y también individuos, dispuestos a invertir y pagar los gastos de experimento o incluso, algún día, de enviar el hombre a la Luna de nuevo. Ahora bien, justo este enero, en lo que seguro ha sido un grave revés para los objetivos de la empresa, una de las naves, la Peregrine de Astrobotic, se desintegró por fricción en la atmósfera terrestre.

Lo que está claro es que algún día podremos decir con propiedad "¡estás en la Luna!", sin embargo, de momento, nos quedan todavía muchos datos por analizar para conocer mejor nuestro satélite.