No hay más opción: Alemania o Bélgica. España no está porque el PSOE no ha querido. Así que sólo el eurodiputado alemán Udo Bullmann y la belga Kathleen Van Brempt han presentado formalmente su candidatura para sustituir a Gianni Pittella al frente del grupo socialdemócrata en el Parlamento Europeo, después de que el italiano renunciara como líder del segundo grupo de la Eurocámara.
En la terna, como es sabido, no estará la española Elena Valenciano, y no por decisión propia. La que fuera vicesecretaria general del PSOE prefirió no hacerlo, tras conocer el veto de la dirección de su partido, y no precisamente por carecer de méritos o apoyos entre sus correligionarios europeos. Más bien por el afán de la actual dirección de expulsar del marco institucional u orgánico a todos aquellos y aquellas que no estuvieron en la trinchera de los de Sánchez durante las últimas primarias.
El veto no sólo reabrió hace semanas la división interna entre el secretario general y sus críticos —hasta entonces instalados en un sepulcral silencio sobre la acción política del nuevo PSOE—, sino que además ha dado al traste con la escena de la unidad que el propio Sánchez pretendía con la celebración de la Escuela de Buen Gobierno que el partido celebrará en Madrid este fin de semana.
González, Rubalcaba, Javier Fernández, Ximo Puig, Jáuregui y la propia Valenciano declinaron la invitación después de conocer la negativa de Sánchez a apoyar a la ex vicesecretaria general del PSOE, aunque oficialmente esgrimieran problemas de agenda.
Sánchez contribuye a mantener el desequilibrio de género en los puestos de mando de las instituciones europeas
Vetos aparte y en medio de la ola feminista tras el 8-M, Sánchez contribuye además a mantener el desequilibrio de género en los puestos de mando de las instituciones europeas, donde los presidentes del Parlamento, la Comisión, el Consejo y el BCE, además de todos los portavoces de la Eurocámara son hombres, a excepción de la del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria.
El secretario general del PSOE se apresuró a anunciar su apoyo al alemán Bullman tan sólo para cerrar el paso a su colega española, lo que le convierte ahora en esclavo de sus palabras, pese a que una mujer joven, preparada y con experiencia de gobierno, como la belga Van Brempt, ha decidido también optar al puesto. Y le ocurre después de haber negado el apoyo de los socialistas a la candidatura de De Guindos a la vicepresidencia del BCE y esgrimir para ello que debía ser una mujer y de perfil técnico.
La literalidad fue exactamente esta: “Es absolutamente inexcusable que habiendo como hay muchas mujeres en España y muy preparadas para el cargo, el Gobierno del PP no optase por una candidatura femenina”. Pues ahí está Kathleen Van Brempt. ¿Cambiará Ferraz de apuesta habiendo comprometido de antemano su apoyo al alemán? Silencio. En Ferraz no saben/no contestan. Silencio absoluto el mismo día que Pedro Sánchez pidió a los suyos en el Parlamento que hicieran de las mujeres —y los pensionistas— el eje central de su acción política. ¿No será que una cosa es el discurso y otra los hechos? De momento, Europa es cosa de hombres, también para el PSOE, salvo que corrija el rumbo. En esta ocasión, no podrá argüir que la belga apoyase a Susana Díaz…