En Guadiana del Caudillo (Badajoz), el alcalde, el popular Antonio Pozo, decidió la primavera pasada reforzar la seguridad de la placa franquista que preside la fachada del Ayuntamiento. La insignia, con el nombre de Francisco Franco y un recuerdo de su paso por la localidad en 1951, fue incrustada en la pared y protegida por un cristal blindado, después de que apareciera rota a martillazos. Los socialistas habían pedido en el pleno la eliminación del distintivo, pero la mayoría absoluta del PP se lo pasó por el forro. Y no pasa nada.
En Alacant, 46 calles aún llevan nombres franquistas porque el mes pasado el PP presentó un recurso judicial contra la decisión del Ayuntamiento de retirar las placas, que ha sido admitido por la titular del juzgado número cuatro. Así que la juez ha ordenado la paralización en el cambio de rótulos, que fue aprobada con los votos del PSOE, Guanyar Alacant y Compromís. Y no pasa nada.
En Almuradiel (Ciudad Real) gracias al PP y a Ciudadanos, el dueño del bar franquista Casa Pepe, famoso por convertir su restaurante en un templo de exaltación de la dictadura, ya tiene una calle. El pleno, según desveló el diario.es, aprobó la medida aprovechando la baja por enfermedad de la alcaldesa del PSOE. Y no pasa nada.
En España hay una ley de Memoria Histórica que en su artículo 15 obliga a las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, a tomar las medidas oportunas para la retirada de “escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. No se cumple. Y no pasa nada.
Somos el país del mundo con más fosas comunes después de Camboya
Somos el país del mundo con más fosas comunes después de Camboya y en el que más de 100.000 desaparecidos jamás han podido ser llorados en una tumba por sus seres queridos, gente que nunca había empuñado un arma, pero era afín a la República y fue asesinada por quienes decían actuar en nombre de Dios y de la moral cristiana.
Hace más de dos años ya que la ONU dijo que España hacía poco y mal por la búsqueda de la verdad y la justicia sobre lo ocurrido durante la Guerra Civil, que jamás hubo en nuestro país una política de Estado en materia de verdad y que el modelo vigente de “privatización" de las exhumaciones, que delega la responsabilidad a las víctimas y asociaciones, alimentaba la indiferencia. Y no pasa nada.
Ellos mantienen la apariencia, aunque les delatan sus silencios, sus omisiones y sus actitudes. Por eso no fueron capaces de condenar en el Congreso de los Diputados el golpe militar del 36 hasta que no pasaron 30 años de la muerte del dictador. Y por eso el presidente del Gobierno se enorgullece -como hizo públicamente en noviembre de 2015- de no dedicar ni un euro al desarrollo de la ley de Memoria Histórica.
¿Acaso creen que es casualidad que en España no exista un partido de extrema derecha con cierto peso electoral como ocurre en otros países europeos?
¿Acaso creen que es casualidad que en España no exista un partido de extrema derecha con cierto peso electoral como ocurre en otros países europeos? No lo es. La respuesta, sí, está en el PP porque son sus siglas las que dan cobijo a decenas de alcaldes, y otros cargos públicos, que aún quieren recordar a Franco y rendirle tributo con ignominiosas placas y calles, sin ser amonestados o expedientados por la dirección de su partido.
Y no pasa nada.