La fábrica de coches Fiat se fundó en Turín en 1899. Agnelli y su familia se han convertido en un icono de la modernización de Italia, y sus automóviles, un referente también para el Vaticano. No es una casualidad que la palabra "Fiat" (Fabbrica Italiana Automobili Torino) sea también en latín "sea, que se haga". Y es lo que María dijo cuando recibió la visita del ángel: Fiat voluntas tua, que se haga tu voluntad. A pesar de este nombre tan sugerente, la flota automovilística vaticana es sobre todo Mercedes Benz, y también se utilizan Toyota, Citroën o Renault. Desde hace poco, todos los coches de la Santa Sede son eléctricos y es Volkswagen quien los ha suministrado a través de alquileres a largo plazo. No tendría sentido que el Papa vaya haciendo discursos y escritos a favor de nuevas políticas ambientales y él mismo no trabajara por un espacio neutro de carbono. El Papa Francisco defiende acciones contra la degeneración climática y quiere reducir los residuos con el ejemplo, y se refiere al "consumismo inmoral" y pide acciones como utilizar el transporte público, compartir viajes en coche, plantar árboles y cerrar luces innecesarias. Se ha ganado adversarios, con esta mentalidad. Él, a sus 87 años y andando con dificultad, sigue incombustible dando consejos para un mundo que debe abordar con urgencia algunas desviaciones.
El Papa cada vez se muestra más ecologista y preocupado por la Tierra
Cuando el Papa habla, son millones los católicos que lo escuchan, pero también se dejan impactar por su mensaje personas que no se identifican con ninguna religión, pero que tienen sentido común y sobre todo comparten con él una idea de mundo mejor. El Papa no es un señor mayor con ideas antiguas e impracticables, un nostálgico derrotado. Es, de hecho, uno de los influencers de más edad, con más seguidores y con más recorrido y temáticas globales que existe. Si el Papa utiliza un tipo de coche, o se refiere a un determinado estilo de vida, no lo hace por capricho, moda o porque no tenga otra opción. Y en el Vaticano, no piensan volver atrás, a pesar de las oposiciones. El Papa cada vez se muestra más ecologista y preocupado por la Tierra. Los detractores que lo acusan de ser poco espiritual porque habla demasiado del clima, quizás si tienen una Tierra recalentada no tendrán tiempo, ni sitio, para rezar ni realizar sus prácticas devocionales. Sin un planeta habitable, nos queda poco margen para nada. Anciano y con muchas urgencias, es uno de los líderes mundiales que cuando terminan las cumbres por el clima, no regresa a casa y hace como si nada, sino que se pasa los días repitiéndolo, haciendo encíclicas y pronunciando discursos. Gestos, gustos, costumbres y discursos configuran un gobierno y una manera de gestionar el poder.