Hace más de un mes que volvemos a estar en la prisión de Alcalá-Meco. Que nos tengan aquí, faltas de libertad entre paredes grises, con normas obsoletas y absurdas, tiene una lectura peor para nosotras: la sensación y el sentimiento constantes de estar alejadas de todo lo que más amamos: la familia, las amigas y amigos, "nuestro propio paisaje", costumbres y culturas de nuestro país... ¡Lo añoramos todo! Recientemente fue la festividad de Sant Jordi, la celebración que llena de alegría... compartir un día de raíces profundas en nuestro país... Nos lo habéis hecho vivir a través de vuestras palabras y rosas de papel, que nos habéis enviado en cartas.
Las cartas que recibimos diariamente son nuestra conexión con la realidad. Es lo que nos da un soplo de aire fresco. Queremos deciros que las leemos todas (cada día recibimos un centenar cada una de nosotras) y, aunque nos gustaría poder contestaros, nos es imposible. Así que desde aquí aprovechamos para agradeceros el apoyo y el calor que nos mandáis, que nos aporta coraje y nos ayuda a mantenernos firmes.
Intentamos llevar la falta de libertad con la máxima dignidad posible.
Nuestro día a día es monótono, las horas pasan muy lentamente. De hecho, no hay diferencia entre un día y otro, por eso son importantes las noticias que recibimos por correo. Agradecemos a los medios de comunicación que penséis en nosotros: El Punt Avui, Ara, El Nacional, VilaWeb, El Temps, revistas comarcales y artículos que nos hacéis llegar en las cartas. De hecho, solo se nos permiten tres actividades: leer (libros que traen nuestras familias en el paquete mensual o clásicos de una pequeña biblioteca de la prisión) y escribir, practicar ejercicio físico (una hora tres días a la semana, organizado por una interna) y andar por el patio.
Estamos esperanzadas y confiamos en vosotros. Sabemos que encontraréis una solución para esta injusta situación.
A menudo nuestro padecimiento va más allá de lo que es personal. Pensamos que se ha alterado la vida de nuestras familias ―las dos tenemos madres de edad avanzada―, de nuestros compañeros; pero también la vida de gran cantidad de personas en nuestro país.
Esta semana pasada prestamos declaración ante el juez y fuimos claras en nuestras convicciones: la defensa del mandato popular del 27-S, de la soberanía del Parlament, de la libertad ideológica, de expresión y política. Creemos que se nos vulnera el derecho a la defensa por la falta de intervención de nuestros abogados en procesos paralelos que alimentan la causa general, y que es un abuso la prisión preventiva a la que estamos sometidas, sin que hayan cambiado ni el presunto delito que se nos imputa, ni las condiciones por las que el mismo juez decretó libertad provisional para nosotras tan solo unos meses antes.
Estamos convencidas de que todo esto va de democracia. Por eso agradecemos las mil y una muestras de apoyo que sabemos que hay por todas partes, desde muchas asociaciones, entidades, grupos políticos y muchas personas individualmente. Os pedimos que no olvidéis a los presos políticos, que no olvidéis a los que estamos en la prisión y en el exilio, que trabajéis para echar el 155, para mejorar la cohesión social y la vida de las personas que viven en Catalunya. ¡Nuestra dignidad es la dignidad de todos vosotros y todas vosotras!
¡Gracias por estar siempre ahí!
Carme Forcadell y Dolors Bassa