"Yo de historia no tengo ni idea". "Ahora mismo no sabría...". "El final de la guerra fue en 1945, pero no sé cuándo murió ni nada". "¿Era el chico de la Guerra Civil?". Son respuestas de chicos y chicas publicadas en las redes sociales del 3Cat, a partir de la pregunta "¿quién es o quién fue Franco?", hecha principalmente a las "nuevas generaciones", 50 años después de que el dictador español muriera en la cama. Y es para echarse a llorar.

El único comentario sobre Franco que recuerdo en la escuela fue el de un cura que me dijo que el Generalísimo tenía razón, pero que quizás hubiera tenido que marcharse veinte antes. Al parecer, en diecisiete años de ir al cole como un calvario, no hubo tiempo para que el temario llegara a la República, la Guerra Civil y el franquismo. Mucho Antiguo Régimen, Cánovas y Sagasta, mucho trienio liberal, y muy caótico siglo XIX, pero nada del golpe de Estado de 1936, el franquismo o la Transición.

Y eso que el hombre ya estaba muerto. O no. Y eso que fui de final de no sé qué curso a Perpinyà e, incluso, bajamos a Cotlliure. Pero mucha tumba de Machado y nada de contexto. Nada de la retirada. Y no era un problema de desconocimiento de los profesores, porque alguno de ellos es un reconocido experto. Hace pocos años hablé de los campos de Argelers, ahora que sabemos todos los abuelos que pasaron por ese campo, pero se ve que en la escuela no habíamos tenido tiempo.

Una cosa es no estar todo el día con esa brasa y la otra que se fomente el silencio y el desconocimiento

Y ahora resulta que 33 años después, la cosa sigue igual. No solo por la encuesta aleatoria de la tele, sino según varias investigaciones. Resulta que hablar de Franco sigue siendo una asignatura pendiente en las aulas. Porque son muchos los jóvenes que saben que estas etapas existieron, pero desconocen o confunden muchas de sus características, según un estudio con chicos y chicas de entre 16 y 30 años realizado para la Asociación de Descendientes del Exilio Español.

Todos saben nombrar algún campo de concentración nazi, pero si les preguntan por los de aquí o por las cárceles, saben poco y tienden a menospreciar la importancia que tuvo la represión. De ese desconocimiento salen mitos y creencias falsas, que entroncan con los de la sociedad: con Franco se vivía mejor, hacía pantanos o se podía tener la puerta de casa abierta. Y a esto añadidle el auge del discurso de la extrema derecha, simplificador del pasado y poco científico, que ya ha permeado en parte de los estudiantes.

Porque la primera vez que a un alumno le hablan en clase del franquismo, no es hasta 4.º de ESO. Pero la gran extensión del programa no favorece un tratamiento en profundidad. Además, dado que el temario suele seguir un orden cronológico, se deja para el final de curso y esto fomenta su "evitación o un abordaje superficial", según el estudio Franquismo y transición en las aulas, de investigadores de la Universitat de València.

No hace falta vivir siempre pensando en el pasado y no sé si es necesario conmemorar los 50 años de la muerte de Franco. Pero una cosa es no estar todo el día con esa brasa y la otra que se fomente el silencio y el desconocimiento, porque después pasa lo que pasa y Donald Trump nos acaba cayendo simpático.