La Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (Renfe) es una empresa creada por Franco en 1941 cuando nacionalizó todas las compañías ferroviarias privadas. Desde entonces el ferrocarril en Catalunya ha estado bajo gestión estatal. Dos ideas clave a partir de este fragmento: 1. Renfe es una imposición franquista; 2. Renfe es del año 1941, por tanto, antes de Renfe había trenes. Lo subrayo porque eso que dicen que sin Renfe no podemos gestionar Rodalies, nada de nada. En Catalunya hubo trenes antes de Renfe y hubo trenes antes que en España, ya que la primera línea de ferrocarril de la península Ibérica fue entre Barcelona y Mataró en 1848. Empezaba la expansión ferroviaria de Catalunya. Barcelona-Granollers-Girona en 1854; Barcelona-Tarragona en 1861; Barcelona-Lleida en 1862; Barcelona-Portbou en 1877, etc. Durante la Guerra Civil española (1936-1939) la red ferroviaria quedó muy deteriorada. El franquismo la nacionalizó.

El ferrocarril fue muy importante en el desarrollo económico y social de Catalunya durante muchos años. Pero la gestión y planificación por parte del estado ha sido un freno; por el déficit de inversión y por el boicot a los retos de futuro. En 1992 se inauguraba la alta velocidad entre Madrid y Sevilla. A Lleida llegó en 2003 y a Barcelona en 2008, 16 años después. Peor ha sido el trato al proyecto estratégico de Europa, el Corredor Mediterráneo, que acumula grandes retrasos. Es cierto que actualmente Renfe solo gestiona los servicios de trenes y es Adif quien gestiona las infraestructuras. Pero hasta 2003 Renfe era la responsable de todos los aspectos del ferrocarril; típico del sistema ferroviario estatal integrado. Renfe como símbolo del monopolio de las grandes empresas franquistas. El objetivo de la Ley del sector ferroviario de 2003 era modernizar y liberalizar el sistema ferroviario en España para fomentar la competencia y eficiencia en el transporte. Veintidós años después, Renfe es la única operadora que gestiona los servicios de Rodalies y Media distancia. Muchos así lo avalan, como la consellera Paneque, que dijo que “el operador que gestiona Rodalies es Renfe y debe seguir siendo Renfe”.

Traspaso significa echar a la Renfe de Catalunya

Esto también lo manifiestan los sindicatos de esta empresa pública creada por el franquismo, que defienden una red ferroviaria unificada en todo el Estado español “para evitar problemas de operatividad”. Como si la operatividad fuera ahora ejemplar. Unos sindicatos, los sindicatos de maquinistas, que son ajenos a la catalanidad. Lo son como consecuencia de su propia composición: más del 80% de los maquinistas de Renfe que trabajan en Catalunya son de fuera de Catalunya. Es muy significativo. Por eso, para oponerse al traspaso de Rodalies han convocado y teóricamente desconvocado huelgas políticas que son ilegales. Digo teóricamente porque no se nota la diferencia. El servicio de Rodalies va fatal siempre; haya huelga o no haya huelga. Es una constante que la semana previa a una negociación el servicio de Rodalies empeore. Los sindicatos anuncian una huelga que desconvocarán a última hora. Pero la semana siguiente todo irá como si hubiese huelga y encima sin servicios mínimos garantizados. En 2024 hubo más de diez mil incidencias. En Madrid mil. Entre 2010 y 2021 el Estado planificó invertir 7.340 millones en Renfe y Adif en Catalunya. Ni el 50%. En Madrid, el 121%. ¿Que esto es Estado y no Renfe? Renfe es el Estado.

Y ese es el problema. Renfe como empresa nunca presionará al ministerio del que depende. Porque son lo mismo. Al igual que el PSC, que nunca presionará al partido del que depende, el PSOE, porque son lo mismo. Sobre el traspaso no valen subterfugios. Traspaso significa echar a la Renfe de Catalunya. Para los usuarios es una cuestión de cultura empresarial: los mismos de siempre no lo harán diferente. Para los pragmáticos es una cuestión de eficiencia: un subordinado no cambiará al dueño ni se enfrentará a él. Para los catalanistas es una cuestión de proyecto: lo que fue motor económico y social en el siglo XIX y que detuvo el franquismo puede volverlo a ser en el siglo XXI. Y sin complejos: quien crea que no somos capaces de que analice Ferrocarrils de la Generalitat.