En una de las reuniones del Banco Central Europeo más importantes del año, sus responsables abordaron el aumento de los tipos de interés, algo que no ocurría desde 2011. Con una inflación del 8,1% en mayo, tras el 7,4% en abril, ¿qué hacer, si no? Pues seguir a la Reserva Federal y al Banco de Inglaterra.
Desde Ámsterdam, la presidenta Christine Lagarde anunció el jueves el fin inminente de la compra de bonos y deuda pública para que subiera el precio del dinero, con un alza de los tipos de interés hasta un cuarto de punto en julio y otro en septiembre. El economista jefe del banco, Philip Lane, lo definió como un nuevo "ritmo de referencia".
Más allá, el Deutsche Bank rompió el consenso y apoyó subir medio punto como un mensaje fuerte y casi agresivo contra la inflación. El gobernador del Banco de Austria, que también está en el BCE, respaldó esa propuesta porque se trata de una "acción decisiva".
Los datos del martes mostraron que la inflación en Europa se ha acelerado hasta superar cuatro veces el objetivo del BCE. "Una señal clara de los tipos de interés es que también ayudará a respaldar el euro, que se ha debilitado ante los avances de la Reserva Federal".
Los datos del martes mostraron que la inflación en Europa se ha acelerado hasta superar cuatro veces el objetivo del BCE
Además, los expertos indicaron, para acallar aquellos que temen debilitar la economía, que una recesión se define como un retroceso del PIB durante al menos dos trimestres consecutivos. Y añadieron que la creación ininterrumpida de moneda desde hace una docena de años ha contribuido a la débil trayectoria del euro.
La moneda común se ha visto pillada entre el crecimiento de la zona euro y la fuerte revalorización del dólar empujado por los "halcones" de EE.UU.
No obstante, la volatilidad mostrada por el euro durante la noche previa a anunciar nuevas premisas monetarias hizo pensar que el BCE tiene un buen potencial de cambio de juego.
Los estrategas de Morgan Stanley recomiendan la paridad entre el dólar y el euro, algo que podría ocurrir también en septiembre.
Además, el BCE puede controlar el riesgo de que los países más débiles de la Unión puedan sufrir el valor de su deuda al eliminar como norma su compra, eventualmente podrían superarlo con las compras del Banco Central sin caer en una acción sistemática, si Alemania lo permite.