En la nueva Guerra Fría, principalmente los grandes países deben encontrar su espacio político y económico. A Pekín no le resulta fácil a la vista de lo ocurrido esta semana. Funcionarios estadounidenses dijeron que Rusia había pedido a China asistencia militar para su guerra en Ucrania, señal que a la Administración Biden la dejó muy preocupada.
Pekín parece orientarse hacia un mundo postoccidental, si bien se maneja mejor en ese escenario que en el que busca la desestabilización de la economía. Por ello, el politburó chino prometió el pasado fin de semana políticas para impulsar los mercados financieros y el crecimiento, según indicó el alto funcionario Liu He sin mencionar a Xi Jinping. Esta noticia hizo subir un 9,1% el índice Hang Senz de Hong Kong, el máximo desde 2008. Este índice se había desplomado un 26 % este año hasta el martes a raíz de las duras regulaciones de las grandes empresas tecnológicas como Alibaba o Tencent. Para Pekín llegó el momento de hacer un giro después de las ventas de pánico impulsadas por el riesgo de sanciones a China por ayudar a Rusia en su invasión a Ucrania.
Para Pekín llegó el momento de hacer un giro después de ventas de pánico impulsadas por el riesgo de sanciones a China por ayudar a Rusia en su invasión a Ucrania
Ahora bien, en el politburó se comenta que nadie obligó a Xi a alinearse tan estrechamente con Vladímir Putin antes de que este decidiera la invasión. La incómoda verdad es que la confianza entre los inversores y los activos se fue erosionando. Y, como remate, Rusia ha esquivado la suspensión de pagos al gestionar la empresa financiera J.P. Morgan el pago de sus 117 millones de deuda que, de cumplir sus compromisos lo haría en rublos, cuando la moneda se ha devaluado un 40%. Esta decisión ha llevado a la directora del FMI, Kristalina Geogegieva, a suspender al representante ruso, Alexei Mejine, como "decano honorífico" del Fondo Monetario Internacional, según el "Financial Times".
Pero ahí no acabó la cosa. El ministro de Exteriores norteamericano, Antony Blinken, dijo el jueves que "nos preocupa que estén considerando ayudar a Rusia con asistencia militar para usar en Ucrania". Lo que está en juego es potencialmente un nuevo cambio de rumbo después de una reunión en Roma entre el jefe de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y Yang Yech, principal diplomático de China, sobre si Pekín apoya a Rusia a través de sus bancos en el extranjero. En la conversación prevista entre Joe Biden, presidente de EE. UU. y Xi Jinping se acordó abordar el papel de China, que probablemente seguirá siendo un misterio después de muchas vueltas más.