En este arranque de año lo que cada vez se torna más evidente es que la economía se cuece en los pucheros de la política. La cercanía de elecciones en Europa, el Brexit, el sinuoso devenir de Italia, el cambio de modelo económico en China y la guerra comercial de Estados Unidos ya de por sí fomentaban un entorno general muy cargado. La crisis de Venezuela ha servido para completar un cuadro general que algunos estarían tentados de calificar de cuasi apocalíptico.
En la Unión Europea, las urnas de mayo no han podido llegar en peor momento para los gobiernos que la conforman, con previsiones de que los partidos y movimientos populistas podrían hacerse con un tercio de los votos esperados. Ni el BCE parece capaz de desviar esa bala.
En la zona euro se prevé un crecimiento en 2019 del 1,5%, pero los signos de debilidad de la actividad y de la confianza se acumulan.
El motor de la economía europea, Alemania, da muestras de estar gripado
El motor de la economía europea, Alemania, da muestras de estar gripado. El Ministerio de Economía, al frente del cual está el socialdemócrata Olaf Scholzor, quien ha avisado que los tiempos de las vacas gordas han acabado, ha reducido su previsión de crecimiento para este año hasta el 1% frente al 1,8% inicialmente previsto. Su dependencia de las exportaciones y de la industria automovilística, le están pasando factura.
En Francia, con los 'chalecos amarillos' como protagonistas, la puesta en cuestión de su sistema político, el retraso en proceder a reformas económicas y a reducir el déficit público, está conociendo un fuerte bache de su economía, cayendo del 2,3% al 1,5%.
Gran Bretaña está perdiendo prestigio a raudales con un Brexit que ha hundido sus previsiones de actividad, que han bajado del 2,8% de antes del referéndum al 1,3%.
La palma la lleva Italia, que ya ha entrado en recesión a causa de su numerosa burocracia, de una deuda pública del 132% del PIB y las secuelas de la guerra entre su Gobierno y Bruselas, que ha elevado su prima de riesgo. El objetivo de crecimiento del 0,6% previsto por el Banco de Italia es juzgado de demasiado optimista.
La subida del salario mínimo hasta los 900 euros, podría destruir 125.000 empleos, según la autoridad monetaria
En el caso de la economía española los 204.865 empleos menos en el peor enero desde 2013 han hecho sonar las señales de alarma. La subida del salario mínimo hasta los 900 euros, podría destruir 125.000 empleos, según la autoridad monetaria.
En EEUU, con el discurso del Estado de la Nación, Donald Trump ha iniciado su precampaña electoral de 2020, advirtiendo el experto Martin Feldstein que su contencioso con China no es una guerra comercial sino una pelea a muerte por el liderazgo mundial.
En el caso de su rival oriental, Nicholas Lardy, del Instituto Peterson de Economía Internacional, ha señalado que la economía china ha cambiado con Xi Jinping su modelo de crecimiento impulsado por el sector privado al capitalismo estatal, lo que traerá malas consecuencias.
Algo de eso ya está experimentando Pekín con la crisis de Venezuela. China no ha logrado salvar su economía latinoamericana del colapso económico. Según el experto Cary Huang, "China ha inyectado durante la última década 62.000 millones de dólares en Venezuela, lo que económicamente le ha hecho sufrir enormes pérdidas. Muchos de sus 790 proyectos en Venezuela han fracasado, víctima de corrupción e impagos". El fiasco de Venezuela ha puesto en evidencia su política de "extensión natural" basada en una red de proyectos que se desarrollan en países y regiones políticamente inestables, señala Cary Huang.
De esta situación de crisis global política, algunos van a salir marcados a largo plazo cuando antes se las prometían muy felices.