Todos los días algo va a peor. El S&P 500, el índice bursátil más seguido del mundo, cayó el miércoles más de un 4 %, algo que no le ocurría en dos años.
En esa sesión se vinieron abajo Wallmart y Amazon, las dos grandes compañías norteamericanas orientadas hacia el gran consumo. La presión de la inflación está comenzando a hacer estragos en lo que compran los consumidores. Tienen que gastar más en alimentos y van aplazando la adquisición de ropa y muebles para otro momento más tranquilo. La capitalización de las dos marcas supera los dos billones de dólares, de los que se han deshecho ya 850.000 millones.
Esta caída de la escalera muestra que la resistencia de los consumidores se ha agotado cuando, según algunos eran el soporte de la economía norteamericana. En paralelo, en Europa, las ventas de coches nuevos se contrajeron por décimo mes consecutivo.
El-Erian, exdirector ejecutivo de la gran firma financiera Pimco, indica que el crecimiento actual a medio gas y desordenado no podrá evitar un episodio de estanflación (economía estancada y alta inflación). En su opinión, "los mercados aún no han sintonizado con el riesgo de la desaceleración general del crecimiento. Hemos visto caer el crecimiento y estamos viendo que la inflación se mantiene alta. Eso es lo peor para los bancos centrales, especialmente para la Reserva Federal (Fed) porque pone sus dos objetivos en conflicto".
El presidente senior de Goldman Sachs, LLoyd Blankfein, advirtió a los empresarios y consumidores sobre una recesión en EE. UU. que es "un riesgo muy, muy alto".
Comprar en las caídas de la economía y las bolsas en un entorno de repetidos repuntes del mercado bajista está demostrando ser frágiles en medio de ajustes monetarios más estrictos. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, dijo el martes que aumentará los tipos de interés hasta que haya evidencia "clara y convincente" de que la inflación está retrocediendo.
Goldman Sachs estima que el desempleo aumentará el 3,7% a finales de 2023, cuando el mercado del empleo no ha sufrido hasta ahora grandes recortes
La Reserva Federal subió los tipos de interés en medio punto a principios de este mes y hay dos medidas similares sobre la mesa para las dos próximas reuniones de la Fed. A su vez, esos mismos funcionarios anunciarán que comenzarán a recortar las compras de deuda por un valor de 9 billones de dólares a partir del 1 de junio y a un ritmo que aumentará rápidamente con el fin de eliminar 95.000 millones de dólares por mes.
A su vez, Goldman Sachs estima que el desempleo aumentará el 3,7% a finales de 2023, cuando el mercado del empleo no ha sufrido hasta ahora grandes recortes.
La amputación de las rentas de los hogares y de los márgenes de las empresas es duradera. Los problemas de las empresas se traducirán inevitablemente en el ajuste de sus inversiones y de sus plantillas laborales a la baja. En Europa, el analista francés Nicolas Baverez dice que "volvemos a los años 70" cuando la guerra del Yom Kipur y el precio del petróleo se cuadriplicó.
En la reunión celebrada en Alemania el miércoles cerca de Bonn, los expertos del G-7 se mostraron totalmente de acuerdo con la tesis de Baverez.
En Europa, entre el peligro de la inflación y el de la recesión, el Banco Central Europeo escogió atacar al primero. Christine Lagarde, presidenta del BCE ha reducido el crecimiento para este año hasta el 3,7%, en lugar del 4,2% previo después de un récord del 5,8% de inflación el mes pasado. Puesto que su mandato de estabilidad a largo plazo es del 2%, el consejo de gobernadores decidió acelerar la retirada del apoyo monetario a la economía después de 4.800 millardos de euros invertidos desde 2015.
Lagarde vería con buenos ojos medidas de relanzamiento a nivel de la Unión Europea, eventualmente financiadas con un nuevo préstamo común. La posición del G-7 no parece cercana a esa posición, si bien la aceleración del calendario del ajuste monetario del BCE ha sorprendido a todo el mundo.