El novelista más importante de Europa por su descripción naturalista y fría del mundo, lo que le permite revelar el trasfondo de la vida moderna, saca ahora una nueva obra (con una tirada de 300.000 ejemplares), Anéantir, que en castellano quiere decir 'Aniquilación'.
De hecho, Anéantir esconde el deseo de aniquilar el mundo tal como lo conocemos y es otro modo de decir 'deconstrucción'.
Paul Raison, protagonista del relato, descubre pistas que apuntan a las "anarprimitivistas", cuya misión es la de "devolver a la humanidad al nivel del paleolítico medio", y a las "ecofascitas".
El "woke" (el que echa abajo estatuas) lidera popularmente el movimiento que busca "cancelar la cultura" prohibiendo la libertad a quien impugne el pesimismo descolonial o el ecofeminismo. Todo en este mundo es un complot. "Yo sufro, alguien debe ser responsable". La mecánica del resentimiento está en el corazón de estas teorías con secuelas. "Son mentiras", según el autor del libro.
Según Houellebecq, no habrá un nuevo mundo después del coronavirus: "Será el mismo, algo peor"
"Cuando un país, una sociedad, una civilización viene a legalizar la eutanasia, pierde a mis ojos todo derecho al respeto. El derecho a envejecer dignamente", dice Houellebecq.
Afortunadamente, éste ha reencontrado a Bruno Le Maire, ministro de Economía. Estando el novelista en Irlanda, sufrió la pérdida de un perro en 2005 y Le Maire se ofreció desde su cargo para que los despojos del animal pudieran ser enterrados en Francia. Ahí nació una amistad que continúa.
Emmanuel Macron no es nombrado en la novela, pero es perfectamente reconocible en el libro cuando un asesor le describe como un "magnífico animal político". Según Houellebecq, "ha gobernado en un país en declive", plagado de desigualdad, que asistía a la muerte de pequeñas ciudades y áreas rurales, enfrentado a un desempleo persistente". Además, indica, no habrá un nuevo mundo después del coronavirus: "Será el mismo, algo peor".
Por el contrario, Bruno Juge (es decir, Le Maire) es "probablemente el mejor ministro de Economía desde Colbert". El ministro tiene algunos datos a su favor: ha aplicado una política inclusiva, ha mantenido vivas muchas empresas con un crecimiento anual del 6,8% y con una deuda bien encauzada.
En lo que coinciden los dos amigos es en la reindustrialización del país dejando espacio a la energía nuclear. Nada que ver con la perspectiva de Europa verde y ecológica.
Cada uno en su sitio, Bruno y Michel forman una pareja prometedora en un espacio aún sombrío y en pleno impasse. ¿Qué salida? La del amor, lo contrario de la destrucción que alientan sus enemigos.