Tengo la costumbre de levantarme cada mañana y poner en marcha la radio. Me gusta la rapidez con que me pongo al día de las noticias, los comentarios, la previsión del tiempo... ¿Hace falta que me ponga más abrigo y llevarme paraguas o no? Esta pregunta queda rápidamente resuelta. La emisora que escucho también ameniza los datos crudos y duros de las noticias diarias con noticias de interés global, algunas curiosas u otros que me tocan más de cerca porque diseminan el mensaje principal de algún artículo científico. Los mismos periodistas mencionan las fuentes, que suelen ser grupos periodísticos o diarios de todo el mundo.
Esta semana le ha tocado a efectos del tabaco sobre las células de los pulmones. Mejor dicho, sobre la potencial reversión, si dejamos de fumar, de los efectos mutacionales que tiene el tabaco sobre las células pulmonares. Sorpresa, tengo que admitir que cerré el grifo de la ducha para escuchar con detalle una noticia que duró menos de lo que he tardado yo a transcribirla. Según parece, en una publicación de la revista Nature de esta misma semana, se pueden revertir los efectos de años y años de fumar, si dejamos el vicio, dado que se han descubierto unas células resilientes al efecto mutagénico de los componentes del tabaco, que son capaces de quedar incólumes, y después de dejar de fumar, podían regenerar el tejido epitelial bronquial.
Como os podéis imaginar, una noticia así me ha llamado fuertemente la atención. Me dedico a dar clases de Genética Molecular, donde hablamos de mutaciones, lesiones y mecanismos de reparación. Así que, incluso, he sopesado si podría hacer, en el examen de la asignatura, una pregunta relacionando este hecho con el efecto de los agentes mutagénicos y carcinogénicos.
La realidad es que he ido directamente a buscar el artículo original y he tratado de entender exactamente qué nos explica. Los autores, han obtenido muestras bronquiales de unos pocos pacientes: niños, adultos que nunca han fumado, exfumadores y fumadores. Hay que decir que la cifra es pequeña para obtener significación estadística. Han extraído y obtenido DNA para secuenciar todo el genoma de las células y averiguar cuántas mutaciones han incorporado con respecto al resto de células no pulmonares. Es decir, han comparado qué diferencias hay entre el genoma de células únicas de los pulmones de estas personas con respecto al DNA que han recibido de sus padres (en este caso, han obtenido como DNA de referencia, el de las células sanguíneas). Así se pueden obtener las mutaciones que se han adquirido, bien a causa del paso del tiempo (la edad también implica un incremento de mutaciones), o a causa del hecho del fumar o haber dejado de fumar. Como os podéis imaginar, el número de mutaciones por célula es muy bajo en los niños, que han vivido poco tiempo para incorporar mutaciones y tampoco fuman. Las personas que nunca han fumado, de una edad superior, tienen un número de mutaciones un poquito más alto, pero similar en el genoma de cada una de las células analizadas. Este panorama mutacional cambia totalmente cuando analizamos las células de fumadores y no fumadores. Es mucho más alto, lo cual tiene mucha lógica porque sabemos que el tabaco tiene muchos componentes mutagénicos (no hablemos sólo de la nicotina y el alquitrán). Sin embargo, los autores identifican que los individuos que son exfumadores, a pesar de tener un elevado número de mutaciones en muchas células, muestran un pequeño porcentaje de células inermes al ataque mutagenizador del tabaco. Este grupo de células madre tienen un número de mutaciones relativamente bajo y son capaces de ir colonizando/regenerando el pulmón de los exfumadores. En resumen, que el daño que el tabaco ejerce sobre las células de los bronquios podría ser reversible. Este es el principal mensaje del artículo. Y aunque estoy bastante de acuerdo, mi acuerdo es parcial. Querría que os fijaseis en la figura del artículo, a fin de que podáis vosotros mismos valorar los resultados. Tanto si sabéis inglés como si no, o si sois más de ciencias o no, se puede interpretar fácilmente. La cifra de mutaciones en los no fumadores es más similar a la de los niños, y la de los fumadores, a los exfumadores. Por lo tanto, los exfumadores no están tan fantásticamente bien por lo que corresponde al número de mutaciones, ni mucho menos es comparable este número de mutaciones en lo que presentan los no fumadores. Ni os penséis que podéis ir fumando toda la vida para dejarlo el último minuto, que ya tenéis tiempo y todo volverá a la normalidad. ¡No, este no es el mensaje!
Ahora bien, tienen razón los autores cuando encuentran señales de esperanza para los no fumadores, ya que cuando se deja de fumar, parece que se activan células madre (que hasta el momento estaban inactivas), que no han sido tan dañadas por el tabaco y que, cuando un exfumador deja de fumar, quizás toman las riendas e intentan sustituir todas las células mutadas del resto de los bronquios.
Hay que considerar, sin embargo, una serie de cuestiones que son relevantes a toda la sociedad: 1) fumar incrementa muchísimo la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón; pero también otros cánceres, como el de esófago y el de boca (por los que fuman cigarrillos sin filtro); 2) la edad hace que incrementen mucho las mutaciones en muchas células, y estas mutaciones suelen seleccionarse hacia nada que pueden favorecer que surja cáncer; 3) el tabaco es un agente mutagénico MUY importante (incrementa en órdenes de magnitud el porcentaje de mutaciones), que nunca tenemos que menospreciar; 4) cuanto antes dejamos de fumar, mejor, porque tendremos más tiempo para regenerar nuestro epitelio bronquial y quizás, con suerte, no hemos incorporado mutaciones que puedan ser causantes de cáncer.
Quizás el problema es que el tabaco está tan implementado en nuestra vida diaria que no somos conscientes del montón de ideas erróneas que tenemos sobre su consumo. Os recomiendo que leáis varios artículos de divulgación publicados en The Conversation por un médico australiano especialista en este tema. Están escritos en inglés, pero los mensajes son meridianos, un primer artículo nos habla de mitos urbanos sobre el hecho de fumar; y un segundo, sobre otras ideas sobre el tabaco que son erróneas. A veces, nos hace falta una dosis de realidad. He buscado una imagen que muestre crudamente, como de carbonizado está un pulmón de un fumador de los que fuma 1 paquete diario de cigarrillos. En este caso, los pulmones de un fumador impenitente fueron rechazados en una donación de órganos, porque el cirujano encargado consideró que aquello más que un pulmón, era casi hollín y no podría ayudar a sobrevivir al receptor del órgano.
Juzgad vosotros mismos, pero por favor, dejad de fumar cuanto antes.