Estos días se han producido algunas novedades en relación con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) que seguramente han pasado algo desapercibidas. La primera es que el Govern de Catalunya y los Comuns han acordado eliminar este impuesto para las cooperativas de vivienda sin ánimo de lucro. Es un acuerdo relevante y sorprendente, sobre todo porque pone al descubierto cierta hipocresía de los Comuns; siempre acusan a la derecha de impulsar rebajas fiscales para sus amigos, pero ahora precisamente han hecho lo mismo con los suyos. Impuestos altos para todos, pero no para sus bolsas de votantes. Dejando a un lado, claro, que por coherencia ideológica los impuestos los debe pagar todo el mundo, desde los que cobran el salario mínimo hasta el que cobran mucho, porque ya se sabe que Hacienda somos todos y todos debemos contribuir, en la medida de nuestras posibilidades. Por eso no deja de ser surrealista que los Comuns pacten que un grupo de personas tengan una bonificación del 100% de un impuesto particularmente sangriento. La segunda noticia, vinculada con la primera, es un incremento del ITP para quien compre una vivienda más cara, por lo que se mantiene el 10% para las viviendas de hasta 600.000 euros, pero asciende al 11% para los que superen esta cantidad hasta los 900.000 euros, será del 12% hasta los 1,5 millones de euros y del 13% para los que superen este precio.

Si realizamos una comparativa con otros territorios del Estado, veremos que en Andalucía y el País Vasco este impuesto es del 7%, en Navarra y en Madrid es del 6%, y en Galicia es del 8%. Seguro que puede adivinar qué territorio tiene un ITP más elevado. ¡Bingo! Catalunya. La diferencia es más sangrante si echamos un vistazo al ITP de los países europeos. Por ejemplo, en el Reino Unido no se paga ningún impuesto si el valor de la propiedad es inferior a 125.000 libras, es del 2% hasta 250.000 libras y es del 5% hasta 925.000 libras. En Alemania este impuesto varía entre el 3,5% y el 6,5%. En los Países Bajos la horquilla va del 1,2% al 8%, pero este tipo solo es para las viviendas que superan el millón de euros. Para no extenderme, en Irlanda se sitúa entre el 1% y el 6%, y en Noruega existe un tipo único del 2,5%. Por lo general, en todas partes se paga menos que en Catalunya. Ninguna sorpresa, por otro lado.

Seguro que puede adivinar qué territorio tiene un ITP más elevado. ¡Bingo! Catalunya

El problema de este impuesto es que impacta directamente sobre las clases medias, que son las que ya sostienen todo el sistema y las que pierden poder adquisitivo año tras año. No hay nadie que tenga un gran poder adquisitivo a quien el ITP le impida comprar una vivienda. Da igual si es del 10% o del 13%. Si puedes pagar una casa de un millón de euros, seguramente puedas pagar 120.000 euros de impuestos a la Generalitat (cifra que sigue siendo escandalosa, pero ahora esto no es relevante). Y, en paralelo, las clases menos favorecidas y los jóvenes seguramente ni siquiera se planteen comprar una vivienda y opten por el alquiler de pisos o habitaciones. Por tanto, el ITP tiene un impacto directo y muy relevante en las clases medias y las familias. Pongamos un ejemplo. Imaginemos a una pareja joven que quiere comprar un piso para formar una familia y tiene un presupuesto para adquirir una vivienda de 300.000 euros (un precio normal para una vivienda normal en muchas zonas del país, empezando por Barcelona). Dado que el banco le concederá la hipoteca si aporta un 20% del precio, tendrá que pagar de golpe 60.000 euros. Este dinero no lo tiene todo el mundo, y por eso a menudo lo ponen los padres. Pero al menos ese dinero sirve para pagar el piso. Ahora hay que añadirle los 30.000 euros de ITP que se queda la Generalitat de Catalunya sin hacer nada. Por tanto, esta pareja joven necesita 90.000 euros solo para firmar el piso. Sumemos una cantidad adicional por si debe realizar una mínima reforma o comprar los muebles.

Por tanto, este es un impuesto que debería suprimirse en su totalidad o en buena parte, porque afecta de lleno a las clases medias y dificulta enormemente el acceso a la vivienda, agravando la crisis habitacional que vivimos. De rebote, tiene derivadas demográficas, porque si una familia tiene dificultades para pagar un piso, puede que tenga un hijo menos, y si solo puede comprar un piso de dos habitaciones, puede que tenga un solo hijo y no dos. También tiene consecuencias comerciales porque con el dinero perdido del ITP esta familia comprará menos cosas, viajará menos, cenará menos fuera de casa e irá menos al teatro. Y "last but not least", si los Comuns justifican la eliminación del ITP para las cooperativas de vivienda con el argumento de que estas "no tienen ánimo de lucro" esto vale también para las personas que quieren comprar una vivienda para vivir. ¿O alguien piensa que la familia del ejemplo utilizado tiene algún ánimo de lucro? O alguien empieza a ayudar a las clases medias de este país o pronto tendremos un enorme desierto entre las clases altas y las clases bajas, y un país sin clases medias es el caldo de cultivo idóneo para los agravios, las desigualdades, el extremismo, el populismo y la degradación de la democracia.