Quien esto firma hoy ha visto en la red mensajes de mujeres indignadas afirmando, con una gran vehemencia, que en una jornada como esta lo que tenemos que hacer los hombres es callar. Y también he visto mujeres reclamando que los hombres no callemos ante la discriminación y los actos que parecen normales pero que están cargados de machismo. En virtud de mi derecho a decidir, que espero me sea respetado, opto por la segunda posibilidad.

Un hombre puede ir tranquilamente en transporte público sabiendo que no tendrá que pasar por el asqueroso aprieto consistente en que alguien le sobe. Bueno, de hecho, es que un hombre ni se plantea que eso le pueda suceder. No está ni en su cerebro. En cambio, me atrevo a decir que el 99% de las mujeres que ahora están leyendo esta pieza alguna vez han sufrido algún tocamiento. O un intento. O tienen alguna experiencia desagradable para explicar. Si no eres mujer, nunca podrás tener esa sensación permanente de estar siempre alerta. De ser vulnerable. Y lo peor es que es una situación tan violenta y desagradable que muchas mujeres que lo han sufrido en aquel momento no han sabido cómo reaccionar. Y cuando te lo explican te dicen "es que me bloqueé". Alguna cosa pasa cuando esto sucede tan habitualmente.

Una mujer "atractiva" ocupando un espacio profesional de responsabilidad tendrá que oír a lo largo de su carrera centenares de veces la frase: "Seguro que se ha beneficiado a alguien para llegar hasta aquí". O bien: "Ha llegado donde está porque es 'mona'". Y si es joven, peor todavía, porque entonces tendrá que sufrir la condescendencia de muchos hombres que le perdonarán la vida.

Caso real vivido por un amigo mío que es "conocido" y que le sucedió comprando en un supermercado con su pareja. Pasa un matrimonio por su lado y escucha el siguiente comentario: "Pero cómo puede ser que un famoso vaya con una mujer así". La "mujer así" se refería a que no tenía medidas de modelo y era una persona tirando al sobrepeso. A ver, señora (porque lo dijo la señora), ¿usted ha valorado la posibilidad de que 1/ se quieran, 2/ juntos sean felices, 3/ la pareja de mi amigo le dé a usted 467.893 vueltas en todos los aspectos aunque pese un poquito más que usted? y 4/ ¿por qué una persona que, por lo que sea, es famosa sólo tiene que poder ir con gente considerada "atractiva" o "delgada"?

Sobre el tema de volver sola a casa por calles poco transitadas y cuando está oscuro, sólo recordar una práctica muy recomendable. Si usted es hombre y ve que se tiene que cruzar con una mujer por una calle solitaria y de noche, cambie de acera. Parece una banalidad, pero piense que la mayoría de mujeres van con miedo. Porque alguna vez ya han tenido algún susto, o porque lo ha sufrido alguna familiar, amiga o conocida. O simplemente por prevención. No cuesta nada.

Pareja que trabajan los dos. La criatura estaba en la escuela y se ha puesto enferma. ¿A quién llaman normalmente para que vaya a buscarla? A la madre. ¿Quién va normalmente con las criaturas al médico (incluido el dentista)? La madre. Sí, hay de todo, pero digo "normalmente". Para verlo, sólo hay que ir a las salas de espera de los CAP.

¿Cuántos hombres van alargando su jornada laboral, perdiendo el tiempo miserablemente, para conseguir llegar a casa después de la hora del baño de las criaturas? Sí, sí, hay padres encantados de bañar a su descendencia, pero servidor de usted ha visto con sus ojitos unos cuantos casos donde para llegar tarde ya sólo les faltaba fabricar kilos de confeti con unas tijeras y una hoja de papel.

Una mujer que vaya sola a un bar de copas (a una discoteca o incluso a veces a un restaurante), sencillamente porque le apetece tomar alguna cosa, verá como (no falla) se le acabará acercando algún moscardón que la quiere invitar. ¿Por qué? Porque ella va "a buscar rollo". No va a escuchar música, ni a distraerse, ni a disfrutar de un momento de soledad... No, no, lo que quiere es sexo. Y el moscardón, que acostumbra a ser un saldo de planta de oportunidades de un bazar de polígono industrial muy alejado de cualquier civilización (conocida y por conocer), se piensa que, precisamente, lo quiere con él porque él es irresistible.

Y acabo con aquello de las mujeres, sobre todo las jóvenes, de ir a los lavabos de los locales públicos de dos en dos y que a algunos hombres les hace tanta gracia. ¿Se han planteado que muchas veces es porque una le aguanta la puerta a la otra, y por si acaso? Y que seguramente ellas ni se lo han planteado que sea por eso, pero lo hacen de manera natural, cuando es de todo menos natural. Como el resto de situaciones que he explicado y que podemos observar cada día a nuestro alrededor como si fueran normales. Y no lo son.