Nueva encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió. Y enseguida todo el mundo ha ido a mirar lo que miramos siempre: ¿Ahora hay más o menos indepes que hace un tiempo? ¡Ay, qué nervios! ¿Usted qué cree, eh? Pues bien, ahora haré como los programas aquellos de TV y de radio, incluidos los informativos, que dicen aquello de... "después de la publicidad llega la cosa buena" y, como aquí no tengo publicidad, la respuesta vendrà tras una información consistente en el resultado de la encuesta, pero no desde el punto de vista del porcentaje de respuestas a ciertas preguntas sino de cómo un día aparecen unos números y otro día otros.
Resulta que cuando el jueves hicieron públicos los resultados, aparecieron unas cifras. Y el viernes otras. Dijeron que era una "corrección". Y eso es un gran avance. Hasta ahora las encuestas te las hacías venir bien para sostener tu pensamiento, pero había que interpretarlas un poquito. Vaya, que era necesario el esfuerzo de manipularlas. Ahora es más sencillo. ¿Para tu discurso va mejor el jueves? Pues coges los números del jueves. ¿Mejor los del viernes? ¡Adelante! Y eso está muy bien, porque ahora ya no es necesario "interpretar".
De todas las opciones posibles que tenía para resumir los datos, que podrían ser destacar cuánta gente quiere la independencia y cuánta no o cuánta quiere o no un referéndum, he escogido la que destaca que la independencia es la forma de organización política preferida de los catalanes pero con el porcentaje de apoyo más bajo desde el año 2012. ¿Le parece bien que lo haya hecho así? ¿No? ¡Vaya! Nada, pues elija la suya sin problema. ¡Sólo faltaría! Mientras, si me lo permite, le desarrollo la cosa. Un 33% de los catalanes quiere que seamos un Estado independiente, un 32,7% prefiere una autonomía, un 20,8% un estado federal y un 7,3% aboliría la autonomía y convertiría Catalunya en una región. Pues bien, ahora que ya tenemos las cifras de las cifras, vamos a la subcifra de la cifra que es la que dice que estamos ante el momento con menos apoyo hacia el independentismo desde el año 2012. Y ahora usted exclamará: "¿Ah sí? ¡Caray, qué sorpresa más sorpresiva! No me lo habría imaginado nunca!". Y es lógico.
¿Cómo es posible que el resultado sea este si cuando miras la relación entre los tres partidos indepes con representación parlamentaria, la translación en imágenes que te viene en la cabeza son aquellas parejas que cada uno de sus miembros (o miembras) está en una parte de la playa y corren a cámara lenta el uno hacia el otro... y justo al momento de encontrarse se hacen -mutuamente- un Putin en Ucrania? ¿Cómo puede ser que todavía quede un 33% de indepes con la cantidad de puñaladas que se clavan sus partidos en público y cuando ya no pueden hundirse más la navaja, sacan espadas, puñales, cuchillos, tijeras, bisturíes, machetes, cutters, abrecartas y entonces empiezan a hacerse dolor de verdad. Pero si se han visto comandos de los partidos A y B yendo a la sede C (y viceversa entre todos ellos: B y C al A y C y A al B), a poner pica-pica en el papel de WC para que cuando el enemigo lo utilice le provoque un efecto posterior muy superior al de comerse una tortilla de chile, wasabi, guindilla, harissa y massala de curri acompañada de tabasco para mojar...
Si con el panorama existente, con la sensación de derrota por KO y la ausencia de un proyecto futuro conjunto el resultado es este, ¡imagínese yendo bien! Pero es que quizás estos números lo explican todo. Los partidos indepes hacen lo posible para que la gente deje de serlo ya que si no todo sería demasiado fácil. Y a los catalanes no nos gusta ganar por goleada ni en un pim-pam. Porque somos tan discretos... Vaya, que nos matamos entre nosotros porque no queremos abusar en la victoria contra los otros. ¡Somos tan generosos!