En esta humilde columna, hoy recuperamos el viejo sistema de las películas o las series donde un detective, o el Holmes de turno, intenta descubrir al culpable de un hecho a base de hacerse preguntas. Y el hecho que nos ocupa es la contratación por parte del Barça de una empresa "de monitorización" para saber qué se decía del club en las redes y que al final ha resultado que, además de monitorizar, se dedicaba a desprestigiar jugadores del club en activo, exjugadores, expresidentes, futuros candidatos a presidente, empresarios de la comunicación y políticos.
Pero antes de las preguntas, un reconocimiento para el trabajo de Albert Llimós del diario ARA, que ya habló del tema hace unos meses y de Adrià Soldevila y Sergi Escudero de Ràdio Barcelona, que han acabado destapando un caso que todavía no sabemos si es un Bartogate o un Barçagate. Dicho esto, cogemos la pipa, la lupa y empezamos a hacernos preguntas.
¿El Barça contrató la famosa empresa de monitorización? Ayer era que no y hoy, como han aparecido las pruebas que lo demuestran, ya ha resultado que sí. Y la prueba de la contratación es que el presidente del Barça ha anunciado que le rescindía el contrato.
¿La empresa fue contratada para desprestigiar enemigos y rivales y para crear estados de opinión contrarios a jugadores en activo? El presidente ha dicho que no, que el contrato era para monitorizar. Pero como esta empresa acabó desprestigiando personas, la siguiente pregunta es: ¿qué persona del club les dio la orden de hacerlo? Porque es evidente que la empresa no decidió por su cuenta empezar a desprestigiar gente al azar sino que quien les pagó la cifra no menor de un millón de euros, les encargó el trabajo y les señaló las víctimas.
¿El presidente del club fue la persona que le dio a la empresa la orden de desprestigiar o fue otra persona? ¿Y si fue otra persona, lo hizo por su cuenta y nunca lo explicó al presidente o lo hizo por su cuenta, pero sabiéndolo el presidente?
El presupuesto de un trabajo de monitorización, muy bien hecho y con mucha dedicación, se puede despachar tranquilamente por30 mil euros. E incluso este precio es muy caro. Si el Barça pagó esta cantidad y otros 970 mil euros más por el trabajo, es evidente que desde el principio el contrato no era sólo para monitorizar sino para una cosa más compleja.
Adrià Soldevila y Sergi Escudero han explicado que la semana pasada fueron al club para avisar de que tenían la noticia y que la publicarían. Y que la respuesta fue "intentar dar pena" para que no la publicaran. ¿Si usted fuera el presidente del Barça, se encontrara en esta situación y fuera inocente, no se habría puesto a disposición de los periodistas para averiguar la verdad y descubrir a los culpables? ¿O quién encargó el trabajo tiene cogido el presidente por allí donde no suena?
Y después de todas estas preguntas, llegamos a las dos cuestiones clave: ¿1/ Quién del club ha filtrado la información? Sí, porque es evidente que eso sólo ha podido salir de dentro y que el objetivo es Bartomeu. I 2/ ¿Por qué? El actual presidente ya ha anunciado que no se presentará a las próximas elecciones, por lo tanto con la filtración no se le desgasta como candidato y como mucho se puede conseguir generar una crisis que avance la convocatoria, cosa que en principio no favorecería a nadie. A no ser que Messi se haya enfadado por el ataque recibido por parte de la actual junta y tome partido por algún candidato. Por lo tanto es una crisis que, sobre todo, perjudica personalmente a un Bartomeu en retirada y muy de pasada a una posible candidatura continuista.
La respuesta a estas preguntas será la que nos permitirá saber si estamos ante un Bartugate o un Barçagate, que son cosas muy diferentes porque el culpable dependerá del nombre que vaya antes del sufijo "gate".