Les ha caído encima mucho trabajo. A los autollamados "defensores del bilingüismo". Sí, hombre (y mujer) son aquellos que solo ellos (y solo ellas) hablan de bilingüismo y que lo hacen por disimular porque realmente hablan de monolingüismo. Concretamente del suyo. Porque si te llenas la boca defendiendo el bilingüismo pero siempre lo haces usando una sola lengua, que resulta ser siempre la misma, es como si dices que practicas el poliamor pero siempre te encamas con tu pareja de toda la vida, que es con la que te casaste de blanco en Montserrat y con la que hiciste un convite donde se sirvieron dátiles con bacón y cóctel de gambas con salsa rosa y lechuga iceberg.

Y ¿ por qué les ha caído encima tanto trabajo, me pregunta ahora usted? (a los bilingüistas constitucionales, no a los señores y señoras poliamor). Bien, pues porque justamente ahora la realidad les da la oportunidad de ejercer lo que tanto han reclamado desde que descubrieron que la mejor manera de intentar crear dos Cataluñas era a través de la politización de la lengua mediante unos grupos tan minoritarios como misteriosa es su financiación. ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Noooo, es un bilingüista constitucional vestido de superhéroe (o de superheroina) que se ha leído la Encuesta de Juventud 2020 impulsada por el Ayuntamiento de BCN y vuela veloz al rescate del catalán. Chanchachanchan chanchachán, chanchachanchan chanchachan chan chan (sí, efectivamente, es la música de Superman).

¿Y por qué están de duelo, me pregunta también usted? Bien porque tras tantos esfuerzos, tanto capital invertido en actividades y en propaganda y tantas horas de presencia en el monopolio televisivo de las cadenas privadas españolas no han servido de nada y la encuesta demuestra que el bilingüismo es inexistente en los lugares de Catalunya con más población. Vaya, que han fracasado en su cruzada.

Los datos, como el algodón, no engañan: 1/ Durante los últimos cinco años el porcentaje de jóvenes barceloneses que tienen el catalán como lengua habitual ha bajado un 7,2%, pasando del 35,6% al 28,4% y 2/ En este tiempo el uso del castellano ha aumentado un 5,6%, subiendo del 56,5% hasta el 62,1. Por lo tanto, y viendo esta enorme diferencia del 33,7% a favor del castellano, no dudo de que las diversas -y siempre combativas- asociaciones bilingüistas empezarán una cruzada en defensa del catalán. Aunque sea para justificar su existencia conceptual. Y seguidamente exigirán que la inmersión lingüística en las escuelas no solo no se modifique a la baja como algunos pretenden sino que se refuerce a un nivel adecuado a la realidad existente.

¿Ah, que usted no cree que esto suceda? ¿No? ¡Caray! ¿Y por qué? Ya, en el País Valencià, por ejemplo, y con un retroceso mucho más evidente de la lengua minoritaria, allí el bilingüismo constitucional nunca ha abierto boca. El dominio de su lengua ya es suficientemente evidente y no necesitan disfrazarse de equidistantes para justificar que lo que les molesta realmente es que se hable la otra lengua de forma y manera habitual. Pues fíjese, no lo hubiera dicho nunca. Suerte hemos tenido de la encuesta...