Era el héroe del unionismo. Era el pedigrí de un "ilustrado" de izquierdas que le hacía falta al movimiento para representar transversalidad y profundidad discursiva. En las manis y en los actos siempre era uno de los más aplaudidos por lo que decía y por cómo lo decía. Pero ahora el verbo tenemos que utilizarlo en pasado. Era. Josep Borrell fue y ya no es. La culpa no ha sido del chachachá sino de dos frases expresadas ayer en una entrevista a la BBC. Le recomiendo que se mire el enlace para poder refrescar exactamente lo que dijo, pero si le da pereza (es un error, pero allá usted), la dos cosas serían: 1/ "Catalunya es una nación" y 2/ sobre los presos políticos "Yo personalmente preferiría que estas personas estuvieran en libertad condicional. Creo que hay otras maneras de prevenir que huyan".
¡Pobre Josep! Era una de las bestias de los indepes y ahora, para su desgracia, también lo es para los que le reían las gracias. Terrible. ¡Pobre Josep! Él que dio la cara por la causa, ahora ve como uno de sus compañeros del alma en este viaje para salvar España de las garras del separatismo golpista-xenófobo-racista-supremacista-nazi-infectado organiza en twitter una etiqueta en su contra.
Y esta tarde del miércoles, la etiqueta #borreldimision (sic) va y se convierte en la segunda más tuiteada, pero con una ele de menos en el apellido. ¡Pobre Josep! ¡Incluso le quitan letras!
Son los mismos ex compañeros de viaje que hoy van por Europa dejándolo a la altura de la planta -5 del parking de una pocilga:
Hombre, es que a quién se le ocurre tamaña felonía...
¡Pobre Josep! Es que ya no es ni garantía de nada. De un día para otro ha sido expulsado del paraíso unionista incluso por Cayetana, la albacea de las esencias más puras.
¡Pobre Josep! De salvador de la patria a defensor de golpistas:
¡Pobre Josep! Y después de pasarle por encima un huracán bautizado con el nombre de Facha, ha pensado que podría solucionarlo subiendo la apuesta antiindepe. Y es así como ha aprovechado para comparar los plenos del Parlament que aprobaron las leyes de desconexión con la Hungría de Viktor Orbán. Madrededioshermoso, qué falta de conocimiento de cómo las gastan los que un día fueron los suyos y que ya no lo serán nunca más. Para el unionismo radical, Josep Borrel ha pasado al lado oscuro. Es un traidor de quien hay que huir como de la peste. ¡Pobre Josep!
Se han acabado los discursitos delante de la estación de Francia de BCN al lado de Vargas Llosa. Adiós a los cordiales abrazos de los señores (y señoras) de Societat Civil Catalana y de Ciudadanos. Se ha acabado compartir Olimpo con Arcadi Espada. ¡Pobre Josep! Ahora ya sabe cómo las gastan quienes hasta ayer al mediodía él creía que eran de los suyos y que ahora ya sólo lo quieren para difamarlo e insultarlo. Pobre Josep, él que fue elegido ministro como cuota unionista, ahora ya no es ni cuota. ¡Terrible!