Servidor de usted vio el debate electoral de TV3 con un único objetivo: saber cómo piensan gestionar los candidatos (y las candidatas) lo que parece ser la recta final de la pandemia pero, sobre todo, la etapa posterior. Y no. Le dedicaron una hora al bloque denominado "pandemia", pero no hablaron de LA pandemia sino que la usaron para comentar otras cosas que no tenían nada que ver. Fue una gran oportunidad perdida.

No se cuando, pero es evidente que pronto (y desconozco como situar en el tiempo este "pronto") dejaremos atrás la parte más hospitalaria de la COVID y entraremos en la fase que denominaremos "la de los efectos". Y aquí y ahora, básicamente se ven dos. En el ámbito social, un aumento de los problemas mentales y en el económico una crisis que destruirá muchos pequeños negocios y tendría que hacernos replantear, básicamente, el modelo turístico. Eso último, un clásico del estilo de cuando te encuentras por la calle alguien con quien tienes una relación que permite cinco minutos de conversación y pare de contar y en el momento de despedirte le dices al interlocutor "Hey, llamémonos y quedemos para comer". Y no llamas nunca. Y el otro, menos.

De los problemas psicológicos post-COVID sólo apuntar que las consultas de los expertos en la cuestión cada vez están más llenas. Y con gente muy joven que manifiesta problemas muy preocupantes. Perder un año de tu vida es terrible, pero cuando te sucede en una época donde cada día vivido es como un mes en la suma de tu experiencia vital, la cosa es una tragedia. El "No Futuro" de los punks de finales de los años 70 del siglo pasado será una broma comparado con lo que se está cociendo para los más jóvenes. Y de las personas mayores, ya ni le explico. Les van disparando cada vez más cerca, ven como a su alrededor desaparece su mundo y, mientras, les roban un año de los pocos que saben que les quedan. Y cuando tienes una cierta edad, cada día perdido es un regalo demasiado generoso para un futuro que te resta a una velocidad imparable. Y todo esto acabará explotando por algun lado.

De la crisis económica, aparte de la gente arruinada, con el negocio cerrado y debiendo dinero, aquí el gran tema es qué sucederá con los millares de puestos de trabajo de un turismo que tardará a ser el que fue. Eso si lo vuelve a ser. Hace poco hablaba con el alcalde de un pueblo turístico de costa que me explicaba la bajada de ingresos sólo en aparcamiento de pago. Y estamos hablando de cifras de siete dígitos. A partir de aquí, aumento exponencial de ayudas sociales con un presupuesto municipal que no para de perder ingresos. Insostenible.

Al respecto fue muy interesante la pieza que hizo Ivan Gutiérrez, de la sección de economía de los informativos de TV3. El resumen es que de las 30 ciudades más pobres de Catalunya, 18 son de costa (el año 2000 eran tres). Y de estas, doce están en las comarcas gerundenses. Pero hay más. Mírese las cifras del tuit que hizo:

Desgraciadamente estas cuestiones no han aparecido ni en la campaña ni en ninguno de los debates. Desconocemos las propuestas sobre cómo intentar solucionarlas porque es que ni han existido los problemas. Y la noticia es que este futuro ya está aquí y volverá a pillarnos totalmente en pelotas. Y nadie podrá decir que no estábamos avisados.