Disculpe la autocita, pero el día 1 de julio del 2019 un servidor de usted publicaba aquí mismo una pieza titulada "Puigdemont es su grano en el culo". Si le da pereza leérsela toda, cosa que entiendo perfectamente, le recupero un par de cositas: 1/ "Mientras él esté en Bélgica, España tendrá un problema. Porque no podrá controlarlo ni desactivarlo. Y España lo sabe. Porque Puigdemont se ha convertido en el símbolo de quien se ha enfrentado a un estado todopoderoso y que se pasea por media Europa explicándoselo. Y no por cualquier Europa, ni en cantidad ni en calidad europeísta. Estamos hablando de Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza" y 2/ "Mientras Puigdemont se pasee por Europa, España paseará la vergüenza de quien es incapaz de poner fin a la aventura de un hombre a quien tendrían que poder aplastar como un elefante aplasta a una hormiga. Pero ha resultado que la hormiga era de goma y cada vez que el elefante intenta pisarla se produce un efecto rebote y el elefante empieza a saltar descontrolado. Como si fuera una pelota de playa en medio de un huracán. De grado cinco. El máximo".
Pues bien, dos años y dos meses y medio después, Carles Puigdemont y su equipo jurídico siguen siendo el molesto grano en el culo que deja en pelotas a la justicia política española y que le muestra al mundo su poca preparación técnica. Sí, claro, esto es lo que acaba pasando cuando sólo trepan los fieles y los pelotas y lamedores profesionales, que al final el nivel es el que es. Porque mientras tú eres el árbitro de tus propias decisiones, todo va bien, pero ay el día que el VAR lo controlan profesionales... entonces pringas como el pagamento.
En eso de la justicia nunca se sabe cómo acabarán las cosas, pero hasta ahora lo que denominaremos el llarenismo no sólo no ha obtenido ni una pequeña victoria sino que ha perdido estrepitosamente en todas las instancias donde se ha personado. ¡En todas! Y gracias a su magnífica ineptitud hemos visto como tres "prófugos" de la justicia proscritos, han acabado siendo... ¡EURODIPUTADOS! Un caso único en la historia de la humanidad en que unas personas calificadas de huidas de la justicia, no sólo todo el mundo sabe dónde viven y dónde trabajan, sino que se presentan a unas elecciones y obtienen, no uno, no, sino TRES escaños en un parlamento. Ah, y que cada vez que la justicia les solicita que comparezcan, lo hacen.
Pero lo más terrible para el deep State, al menos a fecha de hoy, es que lo que ha sucedido en l'Alguer ha sido consecuencia de un intento de troleada a las instancias judiciales europeas tan vulgar, tan mal hecha, tan de Pepe Gotera y Otilio, que no sólo no podía salir bien de ninguna de las maneras, sino que estaba condenada a ser el hazmerreír de la gente, la vergüenza de los servidores del Estado que no forman parte de este despropósito y la mofa y la befa de los estamentos jurídicos europeos y mundiales. ¡Madedelseñorbendito, qué papelón!
Por mucho que se intente aislar, silenciar, putear, despreciar y hacer olvidar al President Puigdemont, su caso siempre flotará. Porque es un despropósito que no se sostiene por ninguna parte. Y hasta que el Estado no lo asuma y lo resuelva, una vez y otra se irá estrellando contra el muro de la verdad. Sí, ya sé que el orgullo les puede, pero algún día tendrían que cansarse de hacer el ridículo, aunque fuera por amor propio. Ya no digo por amor a la que dicen que es su patria, porque ha quedado demostrado que España les lame un pie y parte del otro.
El Reino de España debería hacerse un favor a sí mismo, acabar con el llarenismo constitucional y empezar a hacer las cosas con gente preparada, que la hay. Les importa todo un rábano, sí, pero el Estado democrático debería hacer limpieza de este otro Estado paralelo que actúa descontroladamente y por intereses propios. Aunque fuera para conseguir su propia supervivencia.