La cosa esta llamada "España Global", heredera de la otra cosa denominada "Marca España", está dejada de la mano de Dios. Pobrecitas. España y la marca.
Encuentro absolutamente insultante que el presupuesto para "proyectar y defender la reputación de España" sea este año de sólo un millón de euros. No porque haga falta más dinero para defender la reputación de España, que no hace falta porque la reputación de España es tan impoluta que no habría que gastar ni un solo céntimo de euro, sino porque por España todo es poco. Por España hay que gastar lo que haga falta, aunque no haga falta. Y también encuentro ridículo el sueldo de la secretaria de Estado de la España Global, Irene Lozano (exdiputada de UPyD), que sólo es, según varias informaciones, de 110.600 euros anuales, 9.216 euros mensuales.
El problema es que trabajar con presupuestos tan ajustados como estos, crea incertidumbres. Y nervios. Y los nervios generan malentendidos. Y esto lo aprovechan los enemigos de España para hacer daño. Por ejemplo Gonzalo Boye, que hace un par de días hacía este tuit, pensado sólo para destruir y para lanzar insidias malévolas:
Plenamente de acuerdo con @lozanoirene sobre efecto vinculante de las resoluciones ONU... confío en el principio de coherencia pic.twitter.com/8BHdHhyjdd
— Gonzalo Boye (@boye_g) 29 de mayo de 2019
O sea, el tal Boye insinuaba que, según cómo sopla el viento, Irene Lozano tiene opiniones diferentes sobre el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas que anteayer, según el Gobierno que paga la nómina a Lozano, era un grupo que no pertenecía a Naciones Unidas y que al final ha resultado que sí, que era un poquito de Naciones Unidas. Y no, Lozano no cambia de opinión según sus intereses. No, ella siempre piensa lo mismo. Y lo volvió a dejar claro en un tuit de respuesta a los compañeros de Diario 16, que habían recogido el tramposo tuit del coordinador de la defensa internacional de los exiliados:
Sostiene Lozano que los presos políticos suspendieron la Constitución española en Catalunya pero, claro, por aquello que le comentaba antes de las prisas, que no son buenas, olvida especificar cuándo sucedió exactamente lo que ella dice que sucedió. Porque si tú dices que pasó una cosa, tienes que decir cuándo pasó. Porque aprobar una ley en un Parlament no quiere decir que esta ley se haya aplicado. Y hacer una declaración política no quiere decir haber hecho efectivo nada de lo que dice esa declaración. Aquí y en Ganímides.
¡Ah, las prisas! Y la presión. Y los nervios. Todo junto empuja la encargada de la imagen exterior de España a hacer una afirmación que no puede sostener con datos, hecho que la convierte en una afirmación falsa. Y a ella en una falsaria.
Pero la cosa todavía empeora más cuando Lozano excreta que en Catalunya se desobedeció al Tribunal Constitucional. Sin añadir nada más. Y lo empeora porque eso querría decir que a los presos políticos se les está juzgando por desobedecer un tribunal y por haber suspendido una Constitución que no consta en ningún sitio cuánto tiempo estuvo suspendida de facto. Ergo, hace alrededor de un año y medio que nueve personas están en prisión preventiva por desobedecer. Por lo tanto, la rebelión y la sedición son la venganza y el escarmiento contra el disidente y el espectáculo del Supremo es solucionar judicialmente un problema político.
Ojo, que está muy bien que la broma global que nos cuesta un millón de euros anuales y la individual que nos vale 9.216 euros mensuales, al menos nos diga la verdad. Pero no sé yo si eso es muy bueno para la imagen exterior de España, que es de lo que va el negocio.