Lo he intentado. He estado todo el día tratando de ponerme en la piel de la chica violada este fin de semana en Igualada y que todavía está ingresada en el hospital. ¿Una vez recuperado físicamente, qué sentiría dentro de mi? ¿Odio? ¿Asco? ¿Desolación? ¿Rabia? ¿Autoculpabilización? ¿Sensación de injusticia de sufrir una cosa que no te mereces? ¿O qué? He pensado muchísimo en si podría recuperarme de una cosa así. He intentado retornar a mis 16 años e imaginar cuándo tienes toda una vida por delante y no tienes ni idea de todo lo que te sucederá y resulta que, de repente, ya te ha sucedido todo. Y que toda tu vida tendrás que arrastrar una barbaridad como esta. Pero es imposible. Yo nunca podré saber que siente ni que sentirá esta chica. ¿Sabe por qué? Porque soy un hombre.
Y como hombre que soy nunca he tenido que moverme de sitio en el bus o en el tren porque me estaban arrambando o me tocaban el culo. Nunca he tenido que soportar ir por la calle y oír comentarios, actitudes y acosos intolerables. Ni he sufrido miradas lascivas en la playa o en el gimnasio. Tampoco he vuelto a casa de noche -o quizás no tan de noche- cagado de miedo porque iba solo por la calle, estaba demasiado oscuro y me ha parecido oír un ruido cerca de mi o allí a lo lejos venía un hombre de cara. O he ido a buscar el coche a un parking solitario, me ha parecido ver una sombra y el corazón me ha ido a 300. Ni cada vez que salgo, mis padres me envían varios mensajes preguntando si todo está en orden. O con las amigas nos monitorizamos, por si acaso.
He intentado ponerme en la piel de los padres y de los familiares de la chica. La culpa es de los culpables y sólo suya pero, ¿me culparía de lo que ha sucedido por haberla dejado salir? ¿Y, cómo lo afrontaría? ¿Estaría hundido pero no me lo podría permitir porque debería estar allí lo más fuerte posible para ayudar a mi hija? ¿Sería lo bastante fuerte como para darle todo mi amor, comprensión, paciencia, apoyo y ayuda? ¿Podría vivir sin venganza? ¿Si tuviera los violadores delante, podría abandonar el odio y la rabia o podría ser racional? ¿Sentiría la necesidad real de hacerles lo mismo y multiplicado o sólo sería una manera de desahogar la impotencia y la desolación?
Lo primero que han hecho siempre los ejércitos cuando han invadido territorio enemigo ha sido violar a todas las mujeres y niñas. Para demostrar quién tiene el poder y para humillar al derrotado. Y entonces he intentado entender al o a los culpables de esta barbaridad. ¿Qué poder quieren demostrar y a quien? ¿A quién quieren derrotar? ¿Cómo es posible que alguien pueda hacer eso y como final de fiesta de una noche más? ¿Qué impulsa un pretendido ser humano a cometer esta inhumanidad. ¿Dónde está el placer? ¿Y cómo se obtiene la excitación?
¿Y la sociedad, qué? ¿Qué tenemos que hacer con esta gente? ¿Treinta años en prisión? Perfecto. Pero, ¿y la violación de mañana, qué? ¿Y la de pasado mañana? ¿Qué podemos hacer para acabar con las violaciones y como afrontamos la "moda" esta de las violaciones en grupo? ¿Qué mierda de sociedad hemos creado para que alguien decida que es una buena idea hacer una cosa que no practican ni los animales? Porque en el mundo animal no existe ninguna "manada" ni ninguna de las otras manadas de jóvenes, muy jóvenes, que se han creído que la vida es como la película porno que vieron ayer.
Y, finalmente, he intentado entender a los que están creando un paraguas intelectual que banaliza las violaciones. Lo disfrazan con una pretendida denuncia de la ideologización partidista pero el objetivo es aguar y desviar el debate. También mujeres. A las que las puede su sectarismo y su menosprecio supremacista. Personajes que buscan atraer el voto de los que se sienten desplazados de un mundo que no entienden y que se agarran a aquello tan primitivo del "ellas se lo buscan" o "era lo que estaban deseando". Personajes que cuando los señalas, encima, se ofenden. Y hablo de política, pero también de justicia. Y vuelvo a "la manada". Aquella sentencia con la discusión de si era un abuso o era una violación fue intolerable. Y sus responsables deberían haber sido retirados para siempre de cualquier responsabilidad relacionada con la justicia. Y con una exposición pública de su degradación.
Hoy siento la terrible impotencia de no poder hacer nada por esta chica. De no poder colaborar en que tenga un futuro dónde ella, su familia y los amigos puedan construir una vida lo más feliz posible. De no poder ayudarla a intentar recuperar lo que unos salvajes le han robado. Y siento mucho no saber qué hacer para que esta sea la última violación.