De la misma manera que el sol sale cada día, también acaba saliendo cada día el 155. Por algun lado u otro. De hecho, hay personajes que si les sacas el 155 de la boca, la boca les queda prácticamente vacía de palabras. Si quiere, hacemos la prueba.
Después de esta frase que usted está leyendo ahora mismo vendrà un punto y aparte donde, entre paréntesis, estará escrito el discurso de Pablo Casado o de Albert Rivera un día cualquiera al azar. Pero con una particularidad, le sacaré la tradicional demanda de aplicar el 155. ¿A punto? ¿Sí? Pues aquí lo tiene:
( Cierre TV3 )
Efectivamente, si les sacas el 155, sólo les queda pedir, y en un rincón, que cierren TV3. Y ya está. Esta es la variedad de los argumentos. Pero tenemos un problema. Bien, mejor dicho, lo tienen ellos. Resulta que justamente hoy es el día siguiente de La Marató. Y no, no es el mejor momento del año para ir pidiendo que desaparezca TV3. Por culpa de la maldita Marató.
La Marató no sólo demuestra solidaridad y unidad momentánea en un país dividido y fracturado donde la gente ya no sólo ha dejado de subir en ascensor con sus vecinos paramilitares (sobre todo en los edificios sin ascensor), sino que La Marató destroza discursos unionistas llenos de buenas intenciones. Es que no tienen compasión. Los golpistas, quiero decir. Naturalmente.
Ahora imagínese usted que Dupond te Dupont, también conocidos como Hernández y Fernández o Thomson and Thompson (dependiendo de la zona), aparecieran precisamente hoy diciendo que adiós TV3. Hoy, cuando TV3 acaba de recaudar 11 millones de euros en sólo 24 horas y para dedicarlos a investigar el cáncer. ¿Quedaría muy mal, no cree?
No quiero ni imaginar que de su boquita saliera una cosita como: "¿Saben estos que han conseguido 11 millones? Pues chapados. Y en el local que quedará vacío que monten una casa de apuestas. Bueno, o la capilla ardiente permanente de Chiquetete. O un almacén para guardar todas las lesiones de Vermaelen. No lo sabemos exactamente, pero que hagan alguna cosa de provecho...".
Yo, qué quiere que le diga, no lo veo. Ahora mismo, no.
Por lo tanto, no es difícil suponer que eso de La Marató es una maniobra más del golpismo para desobedecer la ley. La Marató es como un escudo humano para proteger la sede central del adoctrinamiento de la desinfección que necesita Catalunya. La Marató es un cuento y una engañifa para enmascarar la realidad. Un engatusamiento para dejar a la buena gente unionista sin saber que decir. Además de golpistas, son un grupo de boicoteadores de discursos. ¡Mala gente!
¡Que le apliquen el 155 en La Marató! ¡Y que la cierren! ¡También!