La justicia política española continúa allí, como Paco Martínez Soria en Don Erre que Erre. "Impasible el alemán", "inasequible al desaliento", "si ellos tienen ONU, nosotros tenemos dos" y la culpa es del "contubierno de Munich" porque España es diferente.

Se han leído aquello del Consejo de Europa, aquella bofetada con la mano abierta que las tres Mellizas de la prensa de papel de Madrit (concepto) han optado, o bien por ignorar o bien por decir que el Consejo de Europa ni es de Europa ni es un Consejo. Y la justicia política española ha concluido que "deplora el informe", que rehúsa aplicar ninguna de las recomendaciones que incluye y, atención que esta es de premio especial en el festival de la OTI, ¡¡¡lo acusan de saltarse la separación de poderes!!! ¡¡¡Ja, ja, ja!!! Ellos, precisamente ellos haciéndose los estupendos hablando de separación de poderes. ¡Es como Pitingo hablando de música!. Humor del bueno! ¡¡¡Arevalo y Bertín han vuelto por la puerta grande!!! Usted no lo ve, pero un servidor está por el suelo revolcándose de risa como una croqueta se revuelca en un plato de pan rallado poco antes de ser frita.

Y mientras, Pedro Sánchez I el Indultador les ha dicho a los indepes, y en el Congreso de los Diputados, que defiendan el Estatut. Y la pregunta siempre es la misma: ¿Cuál? ¿El que votamos, sancionaron el Parlament y el ya citado Congreso, firmó su majestad Felipe VI de España y III de Octubre o el Estatut que el Tribunal Constitucional se petó pagando a medias con el PP? ¿Qué Estatuto catalán tenemos que defender, el que tiene artículos declarados inconstitucionales y que tienen un redactado exactamente igual en otros estatutos en vigor como el andaluz porque resulta que hicieron un copiar-pegar?

Es como el gesto que le pide al independentismo la vicepresidenta Carmen Calvo, de gira por el nordeste. ¿Un gesto? ¡¡¡Ja, ja, ja, Arevalo y Bertín continúan con nosotros!!! ¿Un gesto? Ahora mismo me vienen a la cabeza unos cuantos, pero no sería elegante escribirlos ni describirlos. ¿Un gesto para agradecer que los indultos han servido para restablecer parte de la legalidad que en su momento fue subvertida por un Estado? ¿Un gesto de quién? ¿De los indultados que han salido de prisión y todavía tienen pendientes otras causas ante el juzgado 18 de BCN -caso de Raül Romeva- o del Tribunal de Cuentas?

Y mirando dentro de casa, una gran alegría. Ahora que los líderes del Procés ya no están en chirona, por fin todos (y todas) los (y las) que afirman que hoy no hay nada que celebrar porque los nueve presos políticos indultados son unos traidores podrán hacer lo que hace tres años dicen que se debería haber hecho. Ahora ya tienen el camino abierto para poder presentarse a unas elecciones y poner en práctica las lecciones que han estado dando a la sociedad catalana. Ya que ellos (y ellas) saben perfectamente como proclamar la república, hacer la independencia y conseguir que nos toque la loto, ¡adelante! Ahora somos los otros los que nos sentaremos en el sofá y esperaremos nerviosos (y nerviosas) que les vote la mayoría y de esta manera puedan poner en práctica sus conmovedoras lecciones. Y si necesitan un empujoncito, que llamen a Arevalo y a Bertín.