En el planeta Tierra hay ahora mismo, aproximadamente, unos siete mil ochocientos millones de personas. Fíjese usted si había gente para escoger. Pues bien, el PP ha ido a proponer dos para formar parte del Tribunal Constitucional que si generan alguna cosa es polémica. Y dudas. Los de Casado podrían haber elegido cualquiera de los otros siete mil setecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y ocho homo sapiens que pululan por el planeta y no habría pasado nada. Pero no, justamente querían a Concepción Espejel y a Enrique Arnaldo y sólo a ellos dos. Sabiendo que eso provocaría un pitote considerable. Y han seguido insistiendo hasta que hoy lo han conseguido y estas dos personas ya son magistrados del TC. Pero centrémonos en Arnaldo.
Es muy difícil que entre estas siete mil setecientas noventa y nueve mil novecientas noventa y nueve -ahora ya cuento a Espejel que "sólo" fue apartada del juicio de la trama Gürtel por su proximidad al PP- coincida en una misma persona: 1/ haber trabajado en dos universidades a la vez, una de pública y una de privada, cosa que prohíbe la ley y es una infracción administrativa muy grave que puede comportar la suspensión de empleo y sueldo públicos entre tres y seis años, 2/ coordinar jurídicamente durante un año varias comisiones parlamentarias en el Congreso de los Diputados mientras, a través de su despacho privado, asesoraba administraciones donde gobernaba el PP, como la balear en la época de Jaume Matas, cosa que también prohíbe la ley, 3/ aparecer al sumario del caso Lezo, que salpicó el PP de Madrid, y donde se incluyen unas grabaciones en las que se le oye decir que está moviendo hilos para situar en la causa a fiscales afines, 4/ haber sido imputado al caso del Palma Arena, una causa de donde finalmente fue excluido porque los hechos habían prescrito, 5/ haberle dicho al entonces presidente madrileño Ignacio González que se estaba moviendo para encontrarle a la Fiscal General del Estado Consuelo Madrigal "un sustituto que sea bueno", 6/ haber participado en unas 150 actividades y charlas organizadas por la FAES, aquella famosa fundación de José María Aznar, 7/ haber maniobrado con el rector de la Universidad Rey Juan Carlos para conseguirle "algún vínculo académico" al ya citado Jaume Matas a quien, por cierto, contrató a través de su empresa para hacer trabajos en América del Sur y 8/ y la traca final con piromusical, elefantes rosas y majorettes barbudas... Según explica Infolibre, existe una sentencia de la Audiencia Nacional de diciembre del 2020 donde se dictamina que Enrique Arnaldo burló la Ley de Administraciones Públicas cuando estaba en el frente del Tribunal Administrativo del Deporte. ¿Cómo? Interviniendo en un expediente disciplinario como instructor y como presidente del organismo, una cosa que, como ya es habitual en su carrera, está prohibido por la ley.
Sí, es muy difícil que, aparte de Arnaldo, en el planeta exista una persona con este currículum tan lleno de sospechas y certezas tan diversas. Pues bien, alguien del PP nos debería explicar porque ni se han planteado revocar la decisión y buscar a otra persona. Nos deberían explicar esta tozudez. Sí, ya lo sé, quizás no todo es cierto, pero es que no estamos ante una sombra de duda, no. Estamos ante un eclipse infinito de sol, luna y universo entero. ¿Por qué el PP se empeña en situar a esta persona en el Tribunal que tiene que velar por el cumplimiento de la Constitución? ¿Es un "pormisgüebos" y "sujétamelcubata"? ¿Es situar a un peón en el que cada vez más se ha convertido en una Tercera Cámara? ¿Son las dos cosas? Pero, por encima de todo, ¿tanto les suda la imagen pública del TC? ¿Tan impunes se creen? ¿La desvergüenza institucional no tiene límites?
Y situado en la otra lado de la ética, Odón Elorza, histórico diputado del PSOE que ha roto la disciplina de voto de su grupo y se ha negado a avalar el nombramiento de Arnaldo, cosa que también han hecho otras dos diputadas de Podemos. Elorza lo ha justificado "en defensa del prestigio y la dignidad de las instituciones del TC y del Congreso de los Diputados". Los próximos días Elorza recibirá las consecuencias de su acto. Y no serán nada positivas. Mientras, Arnaldo estrenará despacho y chófer en el Tribunal Constitucional. ¡SEN-SA-CI-O-NAL!