Hoy el Congreso de los Diputados ha celebrado un pleno en el cual Mariano Rajoy tenía que explicar su relación con el caso Gürtel y la financiación ilegal del PP. Y el presidente ha subido al atril, ha sacado una flauta de pan y nos ha interpretado "El Cóndor Pasa".
Con la excusa de que en la Cámara ya ha hablado de corrupción hasta 52 veces (Congreso de los Diputados, tenemos un problema... bueno, o 52), ha decidido que hoy no tocaba. Se ve que con el número 53 tiene un mal recuerdo. Y "Cóndor pasa" va, "Cóndor pasa" viene, ha hablado de terrorismo, del procés, de los GAL, de Venezuela, de Irán... Y ha conseguido subir al coche oficial de retorno a Moncloa sin haber pronunciado ni una sola vez las palabras Gürtel ni Bárcenas. Y eso tiene mucho mérito en un debate que iba de Gürtel y Bárcenas.
Y así ha sido como hemos asistido a una bonita clase de eufemismos donde los nombres malditos han sido sustituidos por expresiones como: "sobre la materia que nos ocupa", "estas cuestiones" o "sobre estos mismos asuntos". Pero lo peor de todo es que hemos asistido a un menosprecio de nuestras capacidades.
Sí, porque hoy se nos ha dicho aquello de "con la que está cayendo, mire que hablar de corrupción, y concretamente de este caso que es una cosa de hace muchos años...". Oigan, que somos capaces de caminar y masticar chicle a la vez. Oigan, que vivimos en un régimen de corrupción sistémica. Económica y política. Es Gürtel, son los EROS en Andalucía y es el 3%, sí, pero también es la Operación Catalunya. Y también lo es intentar capitalizar una manifestación contra el terrorismo y, cuando ves que se te han avanzado y que los otros son más, acusarlos de no respetar a las víctimas. Oigan, que como ha dicho Joan Tardà durante el debate: "No somos imbéciles"
Y, oigan, que eso del "Y tú más" está muy bien para no dar explicaciones, para salir del paso y para el consumo interno de los ultras propios, pero que para el conjunto de la sociedad es terrible. Si cada vez que los ciudadanos pedimos explicaciones, la respuesta que recibimos es ver como le pasan la pelota de mierda al contrario y el contrario la devuelve un poquito más gorda, mal vamos.
Pero, una vez más, la culpa de que eso sea así es nuestra. Si después de Gürtel, Correa y Bárcenas, Rajoy sigue gobernando, es culpa nuestra. Y eso es aplicable al resto de partidos que tienen casos de corrupción y que siguen gobernando. Si los corruptos mantienen el poder, ¿por qué tendrían que ir al Congreso de los Diputados a dar explicaciones de nada? Como dijo aquel: "¿pa qué, pa cagal·la?". Pues eso.