Subo la persiana. Continúa el sol y el calor. Y los momentos impagables. A primera hora me estaba preparando para salir a seguir haciendo mi humilde recuperación y de la calle me ha venido una música proveniente de un altavoz de alguien que pasaba. Eran los Stay Homas. Los que sonaban, no los que pasaban.
Los "Homas" (los "enrollados" ya les llamamos por uno de sus dos nombres, como hacemos con los Stones -según siempre decía Jordi Tardà-, o los Rolling -cómo decímos el resto-) son tres músicos que tocan en varios grupos y que comparten piso (cosas de la precariedad en general y la de la música en particular). El confinamiento los aburría y decidieron hacer lo que hacen a los músicos, tocar. Desde la terraza de casa. La primera pieza fue una especie de bossa nova. La segunda fue su gran éxito, una canción sin pretensiones que colgaron en la red.
Y por aquellas cosas que suceden en la vida, la canción se hizo viral. Y después hicieron más canciones y se convirtieron en un fenómeno mundial de tal magnitud que ya tienen discográfica, ya han grabado aquello que antes le llamaban un single (que no es un soltero que quiere rollo sino grabar una canción) y tienen conciertos comprometidos (cuándo se puedan hacer). Y para hacer más bonita la historia, Michael Bublé ha versionado una de sus piezas.
Servidor no tiene ni idea de redes ni de música, pero como me pagan para dar mi opinión le diré que, creo, el secreto de este fenómeno inesperado, desde el punto de vista del marketing, es que no es fruto de ninguna estrategia pensada por un grupo de expertos en hacer virales. Fue una cosa espontánea, natural, sencilla, simpática y nada impostada, que gustó a la gente, que se la hizo suya y decidió compartirla. Como podía no haber sucedido nada. Y en relación a la música, en un momento de tristeza general, de no futuro, de desconcierto, de todo el día recibiendo malas notícias y de saturación informativa, ellos ofrecieron una canción alegre y pegadiza. O sea, los ingredientes de la canción del verano de toda la vida, pero casera y sin aditivos. Y sin ser verano, a pesar que hace calor de verano. Y sin pretendrelo. ¡Felicidades!
Después de oir los Homas, ha venido el ejercicio recuperador y un pequeño homenaje posterior, que me he efectuado en forma de bocadillo de sobrasada ibérica. ¡IN-SU-PE-RA-BLE! Y le diré una cosa, cuando me lo he zampado, me he aplaudido y todo porla brillante idea de que he tenido. Y le diré otra cosa, este glorioso bocadillo me ha servido para recuperarme de un momento previo que no me había sucedido nunca y que me ha desmontado totalmente.
Volvía de hacer este ejercicio del cual ya le he hablado hoy tres veces y estaba en la acera de casa a punto de entrar la bici. Se me acerca una señora que pasaba y me dice: "Mira, ahora que te veo te quiero agradecer una cosa de tus artículos y de las cosas que haces". "¿Ah, sí?", le he dicho en un tono que pretendía ser simpático. Ella iba con mascarilla, por lo cual yo sólo le veía el ojos y una mirada entre dulce y triste. "Sí", ha seguido, "estos días se me ha muerto mi pareja y la única persona que me ha hecho sonreir i me ha animado has sido tú". En décimas de segundo me he quedado sin saber ni poder reaccionar, se me ha encogido el corazón y, encima, no he podido abrazar a aquella señora para llorar juntos. Y he pensado que me acababa de decir la cosa más bonita que te pueden decir como persona, que has ayudado a alguien que lo estaba pasando mal -aunque fuera sin saberlo-, pero a la vez me estaba diciendo la cosa más triste que te pueden decir. M. J., ánimo y muchas gracias.
Pero, ¿sabe aquello que dicen que la vida continúa? Pues es cierto. Y a veces continúa fatal. Porque mientras pensaba en ella he oído la entrevista que Carlos Alsina (Onda Cero) le ha hecho a Pablo Casado (líder del PPA, Partido Popular Aznariano). Lo he dicho otras veces e insisto, Alsina es uno de los mejores entrevistadores de políticos del panorama periodístico hispano. No entiendo cómo es que no tiene un programa semanal en una cadena de TV por dónde vayan pasando nuestros prohombres (y nuestras promujeres) y él pregunte y repregunte hasta situarlos desnudos (y desnudas) ante sus contradicciones y frases vacías de contenido.
Hoy mismo ha ido hurgando a Casado a ver cuál es su propuesta alternativa en Sánchez. Y Casado no ha sacado el violín, no, sino la sección de cuerda de la filarmónica de Viena. Pero no la actual, no, sino todas las que han ido pasando desde su fundación el año 1842. Y a la vez. Un ejemplo:
- ¿Usted que dice que hay que abrir la economía, habría permitido abrir hoy las tiendas?
- Habría hecho tests masivos a la población.
- Pero no se han hecho, por lo tanto no sabemos si los trabajadores de las tiendas están infectados o no. ¿Habría abierto?
- Yo habría hecho tests masivos y ahora lo sabríamos.
- Pero no se pueden hacer tests a toda la población...
- A una parte selectiva.
- Y a una parte no y quizás estarían infectados...
- Yo habría hecho tests masivos.
... Y así hasta el infinito y más allá.
Total, que sin saber todavía como hoy hemos hecho un paso más para seguir volviendo a la nueva normalidad. Un retorno que, por lo que se va viendo de momento, la mayoría de la gente lo hará con prudencia, observando qué va sucediendo y aplicando el sentido común. Aquello del paso a paso. Y después hay una minoría que sigue instalada en su mundo irreal, sin haberse dado cuenta que ahora mismo hacer una previsión temporal tiene el mismo futuro que los conciertos organizados por el ayuntamiento de BCN en los terrados de la ciudad. Oiga, si una de las pocas cosas que tenemos claras ahora mismo es que los grandes acontecimientos de masas no serán posibles hasta tener la vacuna y eso tardará todavía un tiempo, ¿por qué esta manía de poner fechas a las cosas?
¿Qué no han entendido la Real Federación Española de Fútbol, el At de Bilbao y la Real Sociedad sobre lo que está pasando? En qué planeta viven que hoy han anunciado el deseo "de disputar la Final de la Copa del Rey cuando las circunstancias sanitarias y deportivas permitan celebrarla abierta al público y con la presencia de las dos aficiones y de todos aquellos aficionados que deseen asistir". ¿Un partido de fútbol con público? ¿Abierto a todo el mundo que lo quiera? ¿Sí? ¿De verdad? ¿Y en qué planeta piensan jugarlo? ¿O irán a la Arabia Saudí, como hizo la Liga de Fútbol Profesional con la Supercopa? Quizás el virus funde en medio de un desierto a 70 grados. El problema es que tal vez también se fundirán los jugadores. Y las dos aficiones. Y todos aquellos aficionados que deseen deshacerse como un azucarillo.
O quizás le deberían preguntar a Casado, a ver qué propone. Igual nos dice que antes del partido canten los Homas...