¿Los partidos políticos tienen que hacer lo posible para conseguir el poder? Sí, claro. Ese es su objetivo. No tendría ningún sentido crear un partido político para quedarse siempre en la oposición. Sería absurdo.
¿Los políticos tienen que hacer todo lo que esté en sus manos para gobernar? Efectivamente. Y por el mismo motivo expuesto como respuesta a la anterior pregunta. El límite sería el código penal, cosa que algunos todavía no han entendido, pero este sería otro tema.
¿Los políticos y los partidos tienen derecho a buscar cualquier posible pacto para conseguir el poder? Todo el derecho y más, sólo faltaría. Ahora bien, hay pactos y pactos. Y hay algunos que, como dijo el poeta, no pueden ser y además son imposibles. Por aquello del aceite y el agua. Y sí, la cosa vuelve a ir de BCN.
Pero antes, una previa. Estos días se ha contrapuesto el caso de Ernest Maragall en las municipales con el de Inés Arrimadas en las catalanas. Y resulta que es sumar garbanzos con ruedas de tractor porque son situaciones que no tienen nada que ver. Unas elecciones y las otras tienen reglas diferentes.
En los dos casos, si un partido obtiene la mayoría absoluta, gobierna. Y punto y final. Clarísimo. Pero si eso no sucede, en las municipales hay dos opciones y la primera lleva a la segunda y la segunda cuelga de la primera. O bien una suma de partidos obtiene la mitad más uno de los concejales o bien automáticamente gobierna la lista más votada. Por eso en BCN (41 concejales en el pleno) no es suficiente sumando Comuns y PSC (18) y les hacen falta los votos de alguien más para llegar a los 21 concejales necesarios. Son los famosos tres de Ciutadans. Y no hay segunda vuelta donde sirva la mayoría simple.
En cambio, en las elecciones al Parlament gobierna, o bien quien consigue mayoría absoluta en primera votación, sumando a los diputados de un solo partido o de los que sean, o bien gobierna el partido o la suma de partidos que obtengan mayoría simple (un voto más que el resto de partidos) en segunda ronda. Y esta situación es perfecta para explicar esto del apoyo de Valls a Colau.
Ciutadans fue la lista más votada en el Parlament, pero los partidos unionistas en ningún caso sumaban más diputados que los indepes. Por eso Arrimadas ya ni planteó su investidura. "¿Paqué?" El modelo BCN consistente en un apoyo de Valls a Colau es como si en aquel momento la CUP le hubiera dado a Arrimadas los votos suficientes para ser investida. ¿Habría sido lícito? Y tanto. ¿Habría sido legal? Totalmente. ¿Habría sido comprensible? Pues mire, tanto como el nuevo diseño de la camiseta del Barça o como la marcha de Rubi del Espanyol. ¿Habría sido ético? Esto de la ética, oiga, cada uno tiene la suya, pero si me pregunta si habría sido comprensible, la respuesta es no. ¿El poder lo justifica todo? Casi todo, y hay situaciones que no se sostienen por ningún sitio. Y esta habría sido una de ellas.
Los votantes del PSC en Lleida (que no necesariamente son todos socialistas porque en las municipales se votan las personas) no entendieron el pacto con Ciutadans de hace cuatro años y este ha sido uno de los motivos por los cuales el partido ha perdido la alcaldía. En cambio, los votantes del PSC de l'Hospitalet, Santa Coloma de Gramenet o Granollers han dado mayoría absoluta a Núria Marín, Núria Parlón y Josep Mayoral, a parte de la gestión, porque en los momentos que ha hecho falta los han sentido próximos, han estado en su lado y no han hecho cosas extrañas ni imposibles de digerir.
Los Comunes de Barcelona tienen todo el derecho a obtener el apoyo de Manuel Valls para mantener la alcaldía. Pero si lo aceptan, tienen que asumir el coste. Político e ideológico. Y no será menor. Y cuatro años pasan muy rápido, sobre todo cuando después viene el abismo.