Hoy el gran reto de los periodistas no es explicar qué ha pasado hoy en el Palau de la Generalitat y en el Parlament (que ha pasado de todo y no todo es fácil de explicar) sino resumirlo todo con suficiente habilidad como para no estar cuatro días explicándolo. Porque hoy han pasado tantas cosas que parece que hayan pasado cuatro días.
Todo ha empezado a ir muy rápido a partir de las 11 y cuarto. De hecho, para seguir la actualidad, hoy habrían tenido que repartir cinturones de seguridad. Por precaución. A aquella hora ha empezado a circular que íbamos a elecciones. Y ya había fecha: el 20 de diciembre. Al cabo de un rato se nos ha dicho que el president comparecería en Palau para hacer una declaración sin preguntas. Venga, todos hacia la plaça Sant Jaume. Saliendo del Parlament compruebo que el perímetro de seguridad se había ampliado. De la puerta del parque de Ciutadella había pasado a la plaza Palau.
Es allí donde me encuentro viniendo en sentido contrario a un cámara de una cadena de Madrid que me dice que no, que la radio ha dicho que el president hará la declaración en el Parlament. ¿Qué hago? ¿Sigo adelante o doy media vuelta? Decido continuar adelante. Llegando a Palau me encuentro a una compañera de un diario de papel. El taxista que la ha traído le ha visto la cara y le ha dicho: usted necesita un gintonic y dormir dos días. En la plaça Sant Jaume a aquella hora todavía había poca gente.
Son las 13.17 y en la zona de prensa de Palau, cámaras de TV, gráficos y juntaletras hacemos cola para subir a la galería gótica donde seguiremos una comparecencia en la cual, hasta aquel momento, todo el mundo daba por hecho que habría convocatoria electoral. Twitter hierve. Menos bonito, al president le llaman de todo.
A la una y media hemos hecho el recorrido hasta el lugar donde había dispuesta una tarima y un montón de sillas. Todo estaba a punto.
El helicóptero del CNP no para de sobrevolar el Palau. Pero cuando digo que no para es que ahora pasaba de derecha a izquierda, ahora de izquierda a derecha, otra vez de derecha a izquierda. Pasaba tantas veces que no he podido evitar preguntarme: ¿Cuánto debe gastar eso en gasolina? ¿Y, cuánto dura un depósito? Y, sobre todo: ¿por qué pasa cada 30 segundos? Sí, ya sé que hoy han sucedido un montón de cosas a una velocidad dragonkhaniana, pero tampoco hay que pasar cada 30 segundos a ver si abajo ha cambiado alguna cosa. Esto es uno no parar, sí, lo sabemos, pero las cosas pasan al menos cada dos minutos. No hace falta tanta insistencia. A no ser que el objetivo sea provocar dolor de cabeza a la gente. O acojonarla. Yo voto por estas dos últimas opciones.
A las 13.50 nos dicen que la comparecencia se retrasa una hora. Como arriba no hay enchufes, vuelvo a la sala de prensa de abajo para poner a cargar los aparatos. Después salgo a la plaza de Sant Jaume, que ya está bastante llena porque parte de la mani de estudiantes ha ido hasta allí. Como llevo encima la acreditación de Palau, mucha gente me pregunta qué pasa y qué pasará. Les digo que ni idea. Y lo debo decir con una cara tan convencida que me creen. Y me tenían que creer porque era cierto.
A las 14.22, Marta Lasalas me comunica que se suspende la declaración. Definitivamente. Baja una persona de prensa y nos lo confirma y nos dice que se mantiene el pleno del Parlament. ¿Y ahora qué? Pues hacia al Parlament y, por el camino, intentar comer y de la manera más decente posible porque vaya usted a saber a qué hora acabará el día, cómo acabará y dónde.
A las 15.00 nos dicen que el president hará una comparecencia en Palau. ¿Y el pleno? Bien, ya veremos. Empiezan a circular rumores de todo tipo. Si los escribo ahora y aquí, estaremos con los canelones de Sant Esteve y todavía no habré acabado. Los canelones del 2023, naturalmente.
A las 15.57, en la zona del Born hay un helicóptero arriba y abajo, pero veo otro helicóptero parado en la zona de plaza Sant Jaume. Me encuentro a una diputada de un partido catalán en el Congreso de los Diputados y me dice que lo que tenemos encima es de la Guardia Civil y el otro de los Mossos. O sea que, en argot del baloncesto, el de los Mossos habría cogido la posición. Al menos la de Palau.
A las 16.02, justo delante del zoo, que hoy vuelve a estar cerrado por motivos de seguridad, me cruzo con un viejo amigo fotógrafo. Se marcha a Palau porque le han dicho que no habrá pleno y, al menos, podrá tener material de la comparecencia. Justo cuando nos despedimos me dicen que sí, que habrá pleno, pero que será a las 6. Pero no está confirmado. Llego al Parlament, después de pasar otra vez los tres controles de seguridad. Allí circula ahora que al final no habrá elecciones. Empiezo a recibir mensajes que lo confirman.
A las 16.18 pasan por mi lado varios diputados del PDeCAT. Las caras han cambiado. Convocan junta de portavoces para las 5 menos cuarto. Es la confirmación de que habrá pleno. Consigo hablar con mucha gente que sabe de qué va la cosa. Me reservo los detalles de lo que me explican. Y lo hago porque hoy no es el día. Pero por tres fuentes diferentes, de tres ámbitos diferentes, me llega lo mismo: las presiones del Estado han sido muy bestias. MUCHO. Y cuando digo mucho, quiero decir mucho.
A las 17.02, en Palau, comparece el president. Dice que estaba dispuesto a convocar elecciones, pero el Estado no le ha dado ninguna de las garantías que ha pedido. Por lo tanto, que sea la mayoría parlamentaria la que decida lo que hay que hacer. Y dice una cosa importante para entender la postura del Estado: fue derrotado el 1 de octubre y eso no lo perdonan. Por eso nos castigan, convoquemos o no elecciones.
En el Parlament, unos 70 periodistas siguen el discurso mirándose los monitores de una de las salas de prensa. El resto usan todos los medios posibles. Acaba la comparecencia y empieza a hablar Soraya Sáenz de Santamaría en el Senado. Está muy constipada y le sale una voz que parece Dolores de Cospedal, quien fue en un momento su máxima enemiga interna. Tiene que ser terrible. Para las dos.
A las 17.33 nos dicen que Carles Puigdemont sale de Palau. Viene hacia el Parlament. Llega a las 17.48 y el pleno empieza en las 18.00. Muy puntual.
En la tribuna de invitados hay dos asientos vacíos con dos lazos amarillos en honor a los Jordis. Lluís Corominas, que interviene en nombre de Junts pel Sí, los cita y la mayoría indepe de la cámara aplaude levantada. Durante un minuto. Como proponientes del pleno, este grupo y Anna Gabriel en nombre de la CUP hablan durante unos breves instantes.
El debate como tal empieza a las 18.08 con la intervención de Inés Arrimadas que pronuncia un discurso crítico con el president donde le dice, entre otras cosas, que conseguirá una cosa muy difícil: enfadar a las dos mitades de Catalunya.
18.40. Interviene Miquel Iceta. Empieza con unas reflexiones de tipo personal y humanas hacia el president. Después deja claro que Puigdemont no ha declarado la independencia en ningún momento. Y le dice que si mañana va al Senado, él lo acompañará.
19.11. Turno para Lluís Rabell, que le dice al president que nada de DUI porque proclamarla impediría una mayoría social lo más amplia posible.
19.33. Sale Albano Dante Fachin. Resulta que el grupo de CSQP se ha dividido la intervención. El diputado de Podem pregunta a la bancada de la oposición si piensan que con el 155 solucionarán el problema político o harán desaparecer más a dos millones de personas. Y ha hecho un Coscubiela, pero al revés. Si en el pleno del día 6 de septiembre toda la oposición aplaudió el discurso del portavoz de CSQP, menos la mitad de su grupo, hoy Junts pel Sí y la CUP han aplaudiendo varias veces a Albano, mientras la mitad de su grupo enmudecía.
19.44. Momento para Xavier García Albiol. Saca una bandera andaluza, reivindicando el origen de su padre. Invita al president a ir este viernes al Senado y le dice que él también lo acompañará. O sea que si el president aceptara, irían juntos, él, Iceta y Albiol. Sería bonito de ver.
20.13 El diputado de la CUP Benet Salellas manifiesta desde el atril, entre otras cosas, que el unionismo quiere unas elecciones con el independentismo ilegalizado. A las 20.27 toma la palabra Albert Botran, porque la CUP también ha repartido su tiempo. Botran pronuncia un discurso inclusivo sobre los catalanes de varios orígenes, dedicado a un García Albiol que se pasa la mayoría de la intervención hablando por teléfono. Pagaría un guisante para saber con quién. Y de qué.
Después de la intervención del diputado no adscrito, Germà Gordó, a las 20.44 cierra la jornada Lluís Corominas, con una intervención crítica con la oposición y de reconocimiento de la unidad de un grupo de Junts pel Sí que ha tenido días mejores.
El pleno ha acabado a las 21.01. Este viernes a las 12 volvemos con las votaciones de resolución. Esperamos que sea un día de sólo 24 horas.