Día magnífico para recuperar dos frases muy tópicas que aparecen cada vez que hay hostias dentro de un partido político. O sea, muy a menudo. Vaya, siempre. Konrad Adenauer, canciller alemán considerado el padre de la idea de la Europa moderna, decía que "Hay tres tipos de enemigos: los normales, los mortales y los compañeros de partido". Giulio Andreotti, quien fue primer ministro italiano, afirmaba que "en la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido".

Pues bien, desde la época del duelo en OK Corral entre Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy, los pasillos de la sede del PP están llenos de carteles de "Made in Albacete" y "Ojo, a tu espalda". Sí, porque por allí circulan, y con gran alegría, cuchillos, puñales, navajas, espadas, guillotinas, dagas, bayonetas, katanas, hachas, machetes, tijeras, estoques de torero, cuchillos del pan, picadores de hielo, peladores de patatas e incluso algún cortaúñas de cañones recortados. Pero lo que ha sucedido hoy a lo largo del día entre la una y los otros ha sido tan bestia y todo eso que le he citado se lo han clavado tantas veces y con tanta fuerza que han tenido que llamar al "afiladoooooooooor" para que les recuperara la capacidad de punción perdida.

Presuponer qué puede pasar a partir de ahora en aquel partido es imposible. Está claro que veremos pasar cadáveres, pero todavía no sabemos de quién. ¿Será el de Casado o el de Díaz Ayuso? Y si fuera el de ella, ¿alguien puede asegurar que no encontraría cobijo en VOX? Pero el auténtico problema es que mientras Aznar siga enredando en la sombra, convertido en una especie de Jessica Fletcher en "Se ha escrito un crimen", que allí donde va allí hay un asesinato, no hay solución. Y lo peor para el PP es que Aznar todavía es muy joven y tiene muchas ganar de hablar. Como ha demostrado esta tarde diciendo que "la situación en Ucrania es mejor que la del PP porque allí no hay armamento nuclear".

Ahora bien, todo esto no es nada comparado con un tuit que ha perpetrado una de estas "jóvenes esperanzas" del PP que duran tanto como la ilusión por Démbélé cuando sale al campo. Bea Fanjul, diputada en el Congreso y líder de Nuevas Generaciones —la rama juvenil del partido— ha vomitado esta repugnancia en Twitter:

Me ahorraré cualquier comentario. No hace falta. ¿Para qué perder los tiempos con gente miserable, verdad? Simplemente imagine la crítica más dura posible con las expresiones más ofensivas ya existentes y por inventar y multiplíquelas por infinito. Y una vez tenga el resultado, lo vuelve a multiplicar por infinito, infinitas veces. Pues eso es lo que pienso. Ahora bien, si quiere una crítica todavía más dura, por quién la hace y cómo la hace, aquí la tiene:

Pero claro, ¿qué se puede esperar de gentuza que, según la policía, usó la Fundación Miguel Ángel Blanco para financiar irregularmente sus campañas electorales a través de la trama Gürtel, verdad?