(Aviso: este artículo está escrito en catalán para molestar y para imponer la lengua desde el totalitarismo, como siempre hacen los que hablan, escriben y piensan en catalán. Ah, una cosa que hacen sólo ellos, porque el resto de la humanidad habla su lengua porque es lo más normal y natural del mundo. En cambio, los catalanes, no).

Pablo Casado no tiene ningún problema de liderazgo en el PP, y mucho menos a causa de los movimientos de Isabel Díaz Ayuso por el flanco aznarista. Por lo tanto no necesita un "y yo más" en forma de recurso de inconstitucionalidad contra la llamada Ley Celaá y basado en el concepto que él mismo ha verbalizado textualmente con la frase "el castellano está en peligro en España". Si presenta este recurso es porque, efectivamente, la lengua española está a punto de desaparecer de España. Ahora mismo, usted va a Valladolid, ppor citar un lugar escogido al azar, se dirige en español a un ser humano de la zona y, ¿ya sabe qué sucede, verdad? Exacto, le responderán en lenguas totalitarias e impuestas. Quien dice catalán, dice vasco. O gallego. O incluso moro. O aquello otro que hablan los pakis de las tiendas. O los chinitos en los bazares. O le pueden hablar valenciano, que todo el mundo sabe que es una lengua diferente del catalán. Lo que pasa es que los catalanes se la quieren apropiar porque además de gentuza son imperialistas.

Pero si "el castellano está en peligro en España", así en general, la situación en Catalunya es mucho peor que comer espaguetis napolitana cinco minutos antes de una entrevista de trabajo y llevando puesta la camisa de los domingos sin tener una sola servilleta a mano. Es como Godzilla con quince redbulls y recibiendo por vía rectal el menú de un restaurante mexicano con la máxima puntuación de picante de la tabla de Scoville.

Y eso Casado lo sabe. Porque Casado conoce muy bien la realidad catalana. Tanto que en las últimas elecciones españolas consiguió 2 de los 48 diputados catalanes que hay en el Congreso, con la famosa maniobra de Cayetana Álvarez de Toledo que tan buen resultado le dio. Aparte de alegrar muuucho a la gente del PP catalán que hace años pican piedra, pero que no son nadie ante el carisma de la marquesa. Fíjese si aquello fue una idea brillante que en las posteriores elecciones al Parlament, y a pesar de tener un gran candidato, sacó tres diputados, uno menos que en la anterior legislatura.

Casado sabe que en Catalunya vas por la calle hablando español y no te entiende a nadie. Bien, aparte que te agreden, queman tu casa con toda tu familia dentro y te obligan a hacerte socio del Barça. Y, además... ¡¡¡DEL FÚTBOL FEMENINO!!! En Catalunya pones la TV y todas las cadenas, aparte de adoctrinarte para que seas un nazi, lo emiten todo en catalán y subtitulado en catalán. Y cuando intentas apagar el televisor, te envían descargas eléctricas a través del mando para impedírtelo. Y en las plataformas de pago, todavía es peor. Netflix es un nombre catalán que traducido quiere decir "si mira una película o una serie nuestra, recibirá señales subliminales telepáticas que le eliminarán el español del cerebro".

Casado sabe que en las adoctrinadoras escuelas catalanas el 183% de las clases son en catalán y que en las universidades si un alumno pide dar clase en español, le envían los CDR para que le hagan terrorismo. Y también sabe, porque hoy lo ha dicho textualmente, que "la lengua catalana se utiliza como instrumento de ingeniería social", un concepto que no acaba de saber exactamente qué quiere decir, pero ahora hará un máster sobre la cuestión y ya verá usted. Concretamente será en Oxford del Besòs, al lado de Harvard del Penedès.