Vuelve el "No a la guerra". Un clásico. Pero ahora en una nueva versión con coletilla. Porque una parte de la izquierda dice estar contra la guerra, pero también contra la OTAN y contra el envío de armas a Ucrania, porque eso "cronifica" la guerra. Qué fácil era todo cuando el mundo no tenía tanta complejidad, ¿verdad? Había buenos y malos y los malos siempre eran los otros. En cambio, ahora, en este mundo moderno tan lleno de contradicciones, resulta que los tuyos también son malos y en nombre de la verdad absoluta de la que todos gozamos, acabamos dando unas curvas argumentales que para ir de Blanes a Cadaqués acabamos pasando por Tammanrasset, Ushuaia y la isla de Pascua.
La opinión pública "occidental", está a favor de Ucrania, pero sobre todo contra Putin. Putin ahora mismo es a Occidente lo que Figo en el Camp Nou. Él es el agresor, sí, pero y además cae mal. Es desagradable y prepotente y ha perdido el relato. En cambio, Volodímir Zelenski es simpático, próximo y parece un señor normal como usted y como yo. Por lo tanto, los europeos le enviamos armas. Para que se defienda de los malos abusones. Pero el anticapitalismo saca la cabeza para decir que nada de armas porque la carrera armamentística es una vía militar que sólo conlleva guerra y nunca la paz. Si Ucrania también tiene armas sólo habrá una escalada de la violencia y eso tampoco parará a Putin. Armarlos es doblarse a los intereses de la oligarquía europea y de la OTAN.
¿OTAN? ¿Han cantado "No a la OTAN"? ¡Gracias! A algunos eso nos devuelve a cuando teníamos pelo y las noches las utilizábamos para practicar un montón de actividades entre las cuales no estaba, al contrario de ahora, la de dormir. ¡Y han dicho oligarquía! Snifff, si alguien dice proletariado, obrero, lucha de clases o marxismo, es probable que se me humedezcan los ojos. Muy bien, pues fuera armas. Entonces, ¿cómo lo solucionamos esto? Negociando. ¿El qué? La paz. Ya, y eso, con Putin, ¿cómo se hace? Por la vía diplomática, dicen. Y de aquí no nos movemos. Y mientras, van cayendo bombas.
Pero oigan, ¿no habíamos quedado en que al fascismo se le combate, que ni un paso atrás y que hay que plantar cara? ¿Ahora negociamos? ¿Caray, qué ha sucedido? "No, es que a Rusia sólo se le puede plantar cara desplegando tropas de la OTAN y de los EE.UU.". Bien, sí, claro, como se hizo durante la Segunda Guerra Mundial contra Hitler, con la diferencia de que a la OTAN entonces la llamaban "los aliados". Como se armó a la resistencia francesa. Y a los partisanos. Y como existieron los maquis, representantes icónicos del imaginario revolucionario. Pues bien, ahora nada de todo eso, porque al fascismo se le combate, pero a Putin, no.
Por lo tanto, ahora ser pacifista quiere decir que cuando un país fuerte ataca e invade otro más débil, el atacado se defiende negociando. Claro, eso si entre tanta bomba queda alguien vivo para negociar. Es lo que vendría a ser la paz del cementerio. Y entiendo que eso también tiene efecto retroactivo y es lo que tendríamos que haber hecho con el nazismo, ¿verdad? "No, pero espere, ¿Israel y Palestina, qué?". ¡Buuuena, esta! Pero en este escenario, ¿Putin sería Israel, no? El fuerte, "el invasor". ¿Eso quiere decir que Palestina también tiene que defenderse negociando? Si es así, me temo que este no es el discurso que cierta izquierda ha realizado en relación a este conflicto. Quizás es que, sí, al final será verdad que todo es demasiado complicado, que todo era más sencillo cuando Aznar y Bush eran los malos y que los dogmas automáticos ya no aguantan la vida moderna, que hay que empezar a pensar y, sobre todo, hacer autocrítica.