El señor Ramiro Grau Morancho firma sus artículos afirmando que es exfiscal de Zaragoza, abogado y académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Coincidiendo con el Día de la Mujer, el señor Grau ha publicado una pieza en Alerta Digital, un medio que, así como para resumir, considera que Franco era demasiado de izquierdas.
Pues bien, el titular de su reflexión ya nos sitúa bastante en lo que vendrá después. Y este después supera todas las expectativas negativas. Es aquello de empezar tirando un par de bombas atómicas en una escuela y un hospital y a partir de aquí ir subiendo:
Bien, una vez centrado el tema, el gran Grau nos regala su saber en ocho puntos, ocho. En el primero nos vendría a decir que no es muy partidario del feminismo, cosa que ya habíamos intuido. Y añade palabras de amor para millones de personas, en general.
El segundo punto es la demostración de su profundo conocimiento del feminismo y de las feministas. Las conoce a todas. Por fuera y, sobre todo, por dentro. Y eso le permite llegar a la conclusión expresada en la última frase:
Efectivamente, para hacer esta afirmación final se confirma que Grau ha hablado con todas las feministas. Una por una. Y él ya ha visto que no, que no llegan. Que escasean mucho. Constatado eso, llegamos a lo que seguramente es el punto más interesante de todos. Y lo es porque la densidad intelectual que acumula es absolutamente abrumadora:
Como ve, a pesar del gran nivel demostrado por nuestro pensador de lúcida agudeza absolutamente inalcanzable, su grandeza y su saber son tan enciclopédicos que es capaz de trufar sus reflexiones con un lenguaje popular. Se percibe con el "pillan cacho" y con el "llevarse a la boca". Sólo espero que un día que vaya por la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación o a la fiscalía que tuvo el placer de acogerlo, nuestro hombrecillo no se confunda y, pensándose que se está con gente vulgar como usted y como yo, les diga al resto de académicos: "¿Pillas cacho, chato?" o "Ahora mismo no sé si llevarme a la boca alguna hembra o el desagüe de una pocilga de 673 mil gorrinos. Todos ellos machos, por supuesto". Sería terrible. Sobre el resto, bueno, queda claro que si no eres lesbiana o bisexual no tienes futuro feminista y que las divorciadas lo son porque una vez pasados los efluvios iniciales, el marido ya no las aguanta. Entiendo que el marido entonces se busca a alguien más para seguir calmando el calor que le brota de forma espontánea y natural y que cuando ya lo tiene cubierto se vuelve a marchar. Vaya, que la maleta siempre está en la puerta para ir marchándose en busca de nuevas atracciones carnales.
Y es así como llegamos al cuarto punto, donde queda demostrado que hay hijos que no han sido concebidos de una manera sana. Desconozco en qué casos ocurre tal fatalidad y cómo se evita. Y eso me inquieta...
Ya ha quedado claro que Grau conoce a todas las feministas pero resulta que, cosa que yo ya sospechaba, el muy "tremendo" también conoce a todas las mujeres. Y sabe cómo son. Ahora bien, quien avisa no es traidor y ya se lo encontrarán...
En cambio, las mujeres casadas "felizmente", que son las que están casadas como el señor Grau dice que tienen que estarlo, ni son envidiosas ni miserables sino que son inteligentes.
Por lo tanto, cojámonos de las manos y aprovechemos el día para salvar el alma de las malditas pecadoras que quieren desarrollar un proyecto vital y profesional en vez de hacerle la cena a un marido que, por suerte para ella, todavía mantiene la atracción carnal primera.
Y llegados a este punto, usted me dirá: "¿Hay que hacerse eco de lo que excretan personajes como este? Si les hacemos de altavoz, extendemos su mensaje". Y quizás, después añadirá: "¿Escuche, pero usted no está a favor de la libertad de expresión? Pues que Grau diga lo que quiera". Y entonces yo le diré: Sí a todo. El problema es que este señor ha sido fiscal. La cuestión es que este señor no dice eso en un bar después de haberse bebido una botella de Cynar, una de Ponche Caballero y dos de pacharán. No, este personaje escribe y publica un artículo usando su condición de exfiscal y de miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Y aquí la gran duda es saber cuántos como él todavía trabajan de fiscal y/o forman parte de las diferentes reales academias existentes. Porque, claro, si se les coló uno como este, se les pueden haber colar 456.902. O más...